-¿Estás nerviosa?- sus ojos se llenaban de largrimas.
-No mamá, estoy emocionada- En realidad "Emocionada", no es el término correcto, yo diría "Nauseabunda".
-Toma-.
-Mamá, no necesitabas darme un regalo-.
-No es cualquier regalo-.
Abrí la pequeña caja de regalo que me dio mi madre. Mientras lo hacía oportunamente llega John y pone su mano en el hombro de ella, exhibiendo su anillo de compromiso.
-¿QUÉ ES ESTO?!- son unas llaves con dos colgantes, uno que dice "no hay lugar como el hogar", y el otro "Yale #1".
-Bueno, pronto te irás para estudiar en Yale y necesitas un lugar para dormir-.
-Felicidades por terminar la preparatoria, Diana- dijo John, se veía muy orgulloso de mi, que raro.
-¿Un departamento? ¿En serio?-.
-Si, de hecho fue idea de John- entonces apareció una sonrisa en mi madre de oreja a oreja.
-No se que decir- mis ojos se llenan de lágrimas- gracias mamá y papá John-.
-¿Me dijiste papá?-.
-Si, bueno, pronto serás esposo de mi mamá y ya no me caes mal-.
-Jajaja, está bien, hija- me abrasa.
Después del momento conmovedor nos dimos cuenta de que ya se hacía tarde para llegar a la ceremonia. Tomé mi toga, el birrete, mi bolsa y corrí a mi auto.
-¡Nos vemos allá- grité y arranqué el auto.
Cuando llegué al estadio de Basquet salí del auto y caminé lo más rápido que pude pero no iba a mi lugar, iba al baño. Tenía la necesidad de vomitar (otra vez).
Ya estábamos en plena ceremonia, primero estaban nombrando a los de promedio normal, después la orquesta de la escuela tocó y seguido de eso otra vez entregaron diplomas, ahora a los de promedio alto. No han dicho mi nombre...¿Por qué?
-¡Diana Logan!- todos empezaron a aplaudir y escuché los gritos de mi madre a lo lejos- La alumna con el promedio más alto de la generación. Felicidades por tu 9.9 total-.
¡Oh Dios!
Subo las escalera y paso a la plataforma por mi reconocimiento.
-Felicidades- dijo el director mientras me daba mi reconocimiento y estrechaba mi mano.
-Gracias- no podía borrar mi enorme sonrisa.
Y al fin, después de dos horas de estar sentada, escuchando un montón de nombres y casi quedarme dormida con la orquesta por fin terminó la ceremonia. Al final no podía faltar que todos lanzaran sus birretes al cielo.
Salí del estadio y me dirigí al estacionamiento, todo mundo estaba ahí. Estaba buscando a mi madre y a John. En eso detrás de mi escuché a alguien que me hablaba.
-¿Quién es la joven más inteligente del mundo?-.
-¡Papá!- me lancé a él y lo abracé con mucha fuerza, hacía tiempo que no lo veía.
-Tú madre y John te están buscando-.
-Vamos con ellos-.
-¿Y cómo vas?-.
-¿A qué te refieres, papá?-.
Se volteó a verme con unos ojos de *Sabes a lo que me refiero*.
-Ahh, el bebé... Bueno, no me quejo, apenas tengo cinco semanas-.
-¿Y Chris?-.
-No lo sé, no lo he visto-.
Y a lo lejos vi a mi madre con un ramo de tulipanes amarillos y naranjas, supongo que son para mi.
-¡Felicidades!- si eran para mi las flores- Dejame ver ese reconocimiento-.
-Son hermosas mamá-.
-No tanto como tú- giré a la derecha y ahí estaba Will con un ramo aun más grande pero de rosas.
Le di las flores a mi papá y caminé hacia Will.
-Felicidades "nerd"- me dijo al oído- Te quiero- y me abraza- Son para ti-.
-Gracias por más flores y también felicidades- me acerqué a él y le robé un pequeño beso- También te quiero-.
-¿Has visto a Chris?-.
-No, por ninguna parte, creo que no pudo venir-.
Entonces mi celular empezó a vibrar en mi pantalón, lo saqué y curiosamente era una llamda de Chris.
-¡Chris!-.
-¿Dónde estás?-.
-Cerca de la entrada al campo de atletismo-.
-Voy para allá-.
Colgué y vi a Will, se veía algo tenso y preocupado.
-¿Ya viene?-.
-Si- miré a mis padres- Ya puedes irse, más tarde los alcanzamos-.
-Está bien cariño, dame esas flores- mira fijamente a Will- Es un gusto volver a verte-.
-Igualmente, señora...-.
-Próximamente, señora Paine- se fueron y me quedé con Will.
Veía a todos lados y no lograba ver a Chris, debo confesar que el cuerpo me temblaba demasiado.
-¡Diana- por fin, ahí estaba Chris y venía corriendo directamente a mi-.
-¡Chris!-.
-¿Will?-.
-Hola Chris, es bueno volverte a ver-,
-¿Qué haces aquí?-.
-Chris, tenemos que hablar y Will será parte de esto-.
-¿Por qué?- de la nada se veía bastante confundido.
Decidimos ir al lugar donde empezó todo esto, el Café 365. Ni había ido ahí desde... vaya, demasiado tiempo.
-¿Qué tiene que ver Will con nosotros?- me pregunta algo enfadado. Will se tensó un poco.
-Chris... de una vez te digo... no hay un nosotros-.
-¿A qué te refieres?-.
-Entre nosotros no hay nada- bajé la cabeza un poco- Estaba confundida-.
-¿Están juntos otra vez?-.
-Si- responde Will algo tembloroso.
-¡¿Me hiciste venir para nada?!-.
-No lo veas así, la doctora quiere hablar contigo. En dos semanas es la siguiente cita-.
-Espera un momento...- Will se pasa la mano por el cabello- ¿Qué esperabas de Diana?-.
-No es necesario que lo diga, es bastante obvio-.
-Perdoname Chris-.
-No, no me pidas perdón- da un gran suspiro- Siempre supe que nunca... bueno, tu ya sabes que-.
-Tienes razón-.
-Y mientras tu estés ausente, porque creo que te irás de nuevo, me haré cargo de Diana y de el bebé-.
-O la bebé- añadí.
-Prentendo irme otra vez, de hecho ya tengo trabajo, puedo mandarte dinero, Diana-.
-Te lo agradezco pero Will también quiere hacerse cargo-.
-No siempre podrás estar para ellos, se que apenas tenemos dieciocho pero...-.
-Diesisiete- interrumpo- Mi cumpleaños es el 20 de octubre por sí no lo recuerdan-.
-Cierto, aún tienes diecisiete- dice bulonamente Chris-.
-Entonces... ¿Es un trato?- Will estrecha su mano y Chris lo hace esperar durante algunos minutos.
-Trato- Pff, por fin respiré.
-Socios- dijo Will y comenzamos a reír. Esto fue mejor de lo que esperaba.