Capítulo 28. Regreso.

51 2 2
                                    

[PENSAMIENTOS DE CHRIS]

Okay Christopher, inhala y exhala, cuenta hasta diez... Uno, dos, tres, cuatro...
¡No funciona!

Ay no puede ser, ahí está mamá con un enorme letrero. "Bienvenido a casa", no está muy bien elaborado que digamos pero ma intención es lo que cuenta.

-¡Christopher!-.

-Hey, ¿qué tal?-.

-Ven aquí mi bebé- en cuanto me tuvo cercas me abrazó fuertemente.

-Ya no soy un bebé, mamá- le di un beso en el cachete- Ahora tengo dieciocho y lo demás ya lo sabes-.

-No sabes cómo me dolió no celebrar tu cumpleaños-.

-No es nada, mamá-.

Sólo sonrió y salimos de ahí. Esperaba que en dos meses el lugar tuviera un ligero cambio pero no, lo único diferente era el clima. También cambió el carro de mamá, estaba limpio.

Llegar a casa fue algo extraño y más extraño fue entrar a mi habitación, dónde todo comenzó. Diana, ay Diana, ya quiero verte.

-¡Chris!- no se le quita la costumbre de gritar desde abajo.

-¿Qué pasa?-.

-¿Ya tienes un traje para la graduación?-.

-No, de hecho planeaba ir por uno- la escuché subir las escaleras.

-Ya no lo hagas-.

-¿Por qué?- se encaminó a mi armario-.

-¿Te gusta?- sacó un traje negro con una camisa blanca y una corbata azúl marino. Excelente elección por parte de mi madre.

-¡Mamá! No tenías que hacerlo-.

-Es pasado mañana la ceremonia, se iban a acabar-.

-Gracias mamá-.

Ella sonrió y se fue del cuarto, cerró la puerta y me tumbé en mi cama.

Lista mental:
*Diana. Ya quiero verla.
*Un bebé. (O una bebé)
*¿Regresaré o me quedaré?
*¿Universidad?

Puede que sólo sean cuatro cosas pero son demasiado importantes para alguien de dieciocho años.
-----------------
La alarma no sonó, maldita sea, ¿qué hora es? Reviso el reloj, ¡LAS DIEZ CON CUARENTA!

Salté de la cama y corrí al baño.

-¡Christopher!

-¡Mamá! Estoy bañandome-.

-Sólo quería avisarte que el desayuno está listo-.

¿Es en serio?

Cinco minutos y ya estaba afuera, iba tan rápido que casi se me caía la toalla. ¡En traje! ¿Dónde está?

Por fin lo encontré en la colgadera que estaba detrás de la puerta. ¡Qué idiota soy!

¿Qué hora es? Miro el reloj, ¡LAS ONCE EN PUNTO!

-¡Christopher!-.

-¿Qué pasa, mamá?-.

-Baja a desayunar-.

¡Aún no desayuno! Me va a dar a un infarto.
Corrí escaleras abajo y antes de llegar al último escalón caí. Me lastimé el brazo izquierdo. ¡Duele!

-¡Chris!- corrió desde la cocina hasta donde estaba.

-Tranquila mamá, estoy bien-.

-Pero vi cómo caíste. Dios mio, ¿no te rompiste el brazo?-.

Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora