Capítulo 15

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YukHei ya había vuelto de aquel *allanamiento que había hecho junto con MinGi y todo el equipo de comunicación e inteligencia. Había pasado una semana y alguien en la sala de enfermería estaba que caminaba por las paredes, pues aquel chico alto no se había pasado por allí.

YukHei se estaba preparando para el siguiente allanamiento, tocaba finalmente en los últimos dos, en "Jungle" y "Black Rose". Ambos burdeles anteriores, habían sido clausurados por consumo y facilitación de estupefacientes tanto a sus trabajadores como a sus clientes. Por lo que por suerte con unos días intensos de infiltración tanto YukHei como MinGi habían hecho fantásticamente bien su trabajo y habían conseguido la información que necesitaban para comenzar con aquella operación.

Mientras tanto un médico forense estaba haciendo lo imposible por no ser tan obvio y demostrar la preocupación que tenía por cierto chico de gran altura. Y cómo si se tratase de alguna broma cruel del destino de repente sintió la puerta de lo que podía decirse era su oficina ser tocada suavemente.

–¡Adelante! –

Gritó exaltándose por el repentino sonido en aquella puerta a pesar de que fue suave. Aunque se sintió lo suficientemente fuerte para que lo sacara de sus pensamientos. La puerta se abrió y allí estaba el chico alto por el que tanto se había preocupado. YukHei entró temeroso, pues en verdad no sabía que esperarse cuando viera a aquel médico...

YukHei entró vacilando y se quedó allí en la puerta cerrándola despacio detrás de él. Kun se puso de pie de inmediato y con el ceño fruncido se dirigió rápidamente hacia el más alto. Este se encogió en su lugar listo para escuchar gritos, o cualquier otra cosa, menos lo que recibió. El mayor sujetó con algo de agresividad su rostro y lo llevó hacia el suyo para luego besarlo con una desesperada ansiedad.

YukHei abrió sus ojos de sobremanera al sentir los labios del mayor sobre los suyos, y más estando en el trabajo. Ambos venían sintiendo cierta química entre ellos, pero realmente ninguno de los dos se animaba a dar el siguiente paso, hasta ese momento.

Kun soltó los jodidos y voluptuosos labios de aquel hermoso joven alto y empujó al menor contra la puerta ahora un poco agresivo.

–¿¡Tienes idea de lo preocupado que me tenías pequeño mocoso!? ¿¡Cómo te atreves a desaparecer de esa manera sin decirme nada!? Sabía que estabas vivo por tu jefe, porque si fuera por ti, ya te estaría dando por muerto. ¿¡Tienes idea de la angustia que me ha hecho pasar todos estos días!? ¿¡Cómo te atreves a ser tan sádico y hacerme esto!? –

Kun continuó golpeándolo en el pectoral izquierdo con su puño cerrado ahora. Lucas estaba más que petrificado no pudiendo creer todo lo que estaba escuchando del siempre tan sereno y calmado forense Qian Kun.

Kun ya no tuvo fuerzas para seguir golpeando al menor y se detuvo mientras intentaba retener sus lágrimas y sus sollozos. Apoyó entonces su frente en el hombro del menor. Lucas cuando salió levemente de su shock bajó su rostro y vio la cabellera castaña del mayor allí temblando levemente por los sollozos. Las lágrimas del menor también comenzaron a acumularse de repente en sus grandes ojos de cachorro y envolvió al mayor con todas sus fuerzas en sus largos brazos.

–Yo... lo siento Qian-gege–. Lucas rompió en llanto ahora. –Lo siento, sé que no somos nada, pe-pero no podía mirarte a la cara después de lo que hice. Sé que no somos nada, pero mientras hacía mi misión en verdad sentía ¡que te estaba engañando, que te estaba siendo infiel y realmente no me lo podía perdonar! –

Kun entonces comprendió mejor el porqué de su desaparición, pero eso no era excusa suficiente para evitarlo por tantos días. Él en verdad sentía que iba a morir si no sabía nada de aquel grandulón en las siguientes horas...

Flores NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora