PRÓLOGO

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Antes que nada, otra pequeña aclaración: Este es mi primer fic, con un lenguaje mucho más obsceno y crudo de lo que estoy acostumbrada a escribir, por lo que les recomiendo discreción. Este fic lo tenía hace años guardado en mis "futuras historias" y finalmente logré darle vida. Esta es la primera vez que escribo algo de este calibre, o al menos eso creo. 

Como vieron en las etiquetas, o no, les reitero que este fic es bastante angustioso, contiene lenguaje crudo, violaciones, y semi pedofilia, después de todo imaginarán de que trata la historia si leyeron la descripción.

Otra advertencia: A excepción de SeongHwa y San, los personajes fueron elegidos al azar. No le profeso odio a nadie, y espero que ustedes tampoco. ES UN FIC, UNA FICCIÓN, NADA ES REAL. Hay personajes que quizás no vean como malos, o buenos, pero NO ES POR NADA EN PARTICULAR. SUS PERSONALIDADES REPRESENTADAS EN ESTE FIC, NO SON REALES.

Este FIC lo escribí solo POR ENTRETENIMIENTO. Si no les gusta, no lean, nadie los obliga. Evitemos alterarnos por algo QUE NO ES REAL...

¿Todo aclarado? Bien... ahora sí, espero que les guste el fic n.n

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Park SeongHwa con catorce años había convencido a su madre para que lo dejara ir solo al pequeño mercado a comprar unas pocas cosas para hacer la cena. YongSun, su madre adoptiva, al principio se había negado diciéndole que ya iría ella, pero SeongHwa insistió tanto en que ya era <<grande>> y que podía ir por un poco de verduras y una caja de leche para el desayuno mañana que a su madre no le quedó más que suspirar y aceptar. Después de todo no quedaba tan lejos, tal vez unas siete u ocho cuadras de la casa como mucho...

–Escucha mi niño, por favor ve rápido. No te detengas a hablar con ningún extraño y si sientes miedo puedes dejar todo y venir corriendo a casa. Yo te estaré esperando con la puerta abierta, ¿de acuerdo? –

Habló YongSun mirándolo y sujetándolo bien de los hombros y asegurándose que la mirara a los ojos y estuviera escuchándola atentamente.

–No te preocupes mamá, voy a estar bien, no sucederá nada. Soy un niño grande ya–.

SeongHwa sonrió a su mamá mientras flexionaba sus brazos intentando mostrar aquellos músculos inexistentes en sus delgados brazos.

–Aun así cariño, ten muchísimo cuidado, ¿sí? Ya es algo tarde, y realmente no puedo creer que me hayas convencido para dejarte ir solito–.

–Quiero hacerlo mami, después de todo quiero ayudar en algo, tú ya estás demasiado cansada por el trabajo–.

SeongHwa sonrió nuevamente a su madre adoptiva y la pelinegra sonrió ampliamente ante la consideración que su hijo tenía para con ella y suspiró besando su frente.

–De acuerdo. Ve con cuidado y regresa rápido, ¿sí? Mami te estará esperando–.

–Bien, entonces me voy mami, ya vuelvo–.

Dijo el menor tomando el dinero que su madre le había dado y se lo guardó en el bolsillo de su pantalón mientras su madre terminaba de arreglarle la chaqueta para que estuviera bien abrigado y no enfermara a causa del clima frío. SeongHwa ya listo sonrió y se despidió y comenzó a caminar lejos de la puerta de la casa y YongSun se abrazó así misma pues estaba bastante preocupada. Había luchado muchísimo para que le permitieran adoptar a un SeongHwa de dos años. Park JinYoung, su papá adoptivo estaba en otro lugar en un viaje de negocios, por lo que hacía dos semanas que YongSun y SeongHwa estaban solos, a excepción de la niñera WheeIn que venía a cuidar del niño hasta que su mamá llegase de trabajar también.

Flores NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora