SeongHwa le hizo taparse los oídos cuando preguntó por el paciente y cuando la enfermera le dijo en dónde se encontraba, SeongHwa guio a San, y cuando este abrió la puerta y vio quien estaba adentro, sus ojos brillaron, el paciente habló.
–¿¡Se-SeongHwa-ssi!? ¿¡San-ssi!? –
San estaba patidifuso, estaba literalmente boquiabierto, mientras que SeongHwa finalmente pudo mostrarle una sonrisa sincera a aquella persona.
–¡MINGYU-SSI! –
San exclamó luego y prácticamente corrió hacia el alto y por poco no se le tiró encima para luego abrazarlo.
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MinGyu en verdad que estaba sorprendido de verlos, jamás se imaginó que volvería a ver a esos chicos de nuevo, y por primera vez se permitió sentir maravillado por la belleza de ambos chicos ahora vestidos con prendas normales y bien iluminado con una potente luz blanca y no una roja. Ellos realmente eran hermosos...
MinGyu se asustó cuando vio a San correr hacia él con la intención de tirársele encima, lo cual no se esperaba para nada, pero por lo que más temía es porque le hiciera doler en donde tenía su herida de bala y esta se le volviese a abrir por el impacto y el movimiento brusco, pero se sorprendió cuando San al acercarse disminuyó su velocidad y lo abrazó delicadamente. El castaño alto miró hacia San bajo suyo y luego miró sorprendido y alarmado a SeongHwa quien con una sonrisa suave como jamás lo había visto se comenzó a acercar a paso lento, más calmado que el menor.
–Buenas tardes MinGyu-ssi, es un gusto volver a verlo y sobre todo vivo–.
San se separó de MinGyu y le dio espacio a SeongHwa para que saludara.
–¿Có-cómo me encontraron? –
Preguntó curioso el castaño, no pudiendo decir más nada que eso, porque en verdad la presencia de esos dos chicos hermosos lo estaba inhibiendo un poco. Su mirada no se podía apartar del rostro de ambos, aunque ahora particularmente de SeongHwa, ya que era quien le estaba hablando.
–Yo... luego que se lo llevaran en la ambulancia y nosotros regresáramos a la estación de policía, le pregunté al oficial de policía que nos rescató donde se lo habían llevado, ya que en verdad no me podía permitir no volver a saber más nada de usted...–
–Yo-yo... realmente lamento no haber podido hacer algo por ustedes antes... fui un cobarde–.
–No, no lo fue, y aunque no lo crea nos ayudó mucho sin saberlo. Después de todo cada vez que nos escoltaba y nos trataba como realmente personas y no pedazos de carne o consoladores humanos, para nosotros... o al menos para mí era realmente refrescante. Así que no podía quedarme de brazos cruzados, además aquello último que hizo por nosotros, no había manera que no quisiera agradecérselo en persona, y realmente me alegro poder decirle: "Muchas gracias por todo lo que hizo por nosotros MinGyu-ssi", en persona y no a su tumba–.
SeongHwa miró a los ojos a MinGyu quien los abrió sorprendido ante aquellas palabras y los abrió aún más cuando vio al pelinegro inclinarse hacia su rostro. Tragó saliva, estaba petrificado, tal vez lo mejor sería apartarse, pero por algún extraño motivo no lo hizo y entonces sintió los suaves labios de SeongHwa en su mejilla.
–Muchísimas gracias en verdad MinGyu-ssi. Aunque no lo crea, usted realmente me ayudó a sobrevivir allí dentro–.
SeongHwa hizo una reverencia de cuarenta y cinco grados y se mantuvo así por unos segundos, hasta que MinGyu con algo de dificultad logró hacer un pequeño gesto con su mano frente a los ojos del pelinegro mayor para que este se volviera a erguir.
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Flores Negras
FanfictionSeongHwa de 14 años luego de insistirle mucho a su madre, la cual lo sobreprotegía demasiado, logra que lo deje ir a comprar solo por primera vez. Era tarde, por lo que su madre no estaba del todo convencida, pero su niño insistió tanto que cedió. L...