Capitulo 8

1.8K 177 16
                                    

Al día siguiente.
Narra Kaia.
Klaus me había dicho que confiara en él pero no podía hacer eso, me había vestido, preparado el desayuno y bajé al búnker, puse la bandeja en la mesa que estaba al lado de la cama de Klaus y me senté frente a la computadora sin decir ni una sola palabra.

Klaus: ¿Te pasa algo?

-No, solo estoy trabajando.

Klaus: Muy rico el desayuno, gracias. -Solo asentí con la cabeza y seguí escribiendo un artículo que debía mandarle a Riley.

Klaus: Sueles hablar mucho, ¿Que te pasa hoy?

-Solo estoy cansada, no es nada.

Klaus: ¿Estás segura?

-Si, ahora déjame seguir trabajando.

Klaus: Yo quiero leer lo que escribes. -Se puso detrás de mí y empezó a leer lo que escribía.

-¿Podrías quitarte de ahí? No me dejas concentrar.

Klaus: ¿Por qué ahí dice mi nombre? -Señaló una de las carpetas en la pantalla del computador.

-Cosas que necesitaba saber sobre ti.

Klaus: Yo quiero ver, ¿Puedes abrirla?

-Luego que termine de hacer esto, ahora muevete de ahí que me desconcentras.

Klaus: ¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?

-Ya quisieras provocar eso en mí.

Klaus: Estoy muy seguro de que puedo provocar muchas cosas en tí.

-Yo creo que no.

Klaus: ¿Quieres ver?

-No, estoy trabajando.

Klaus: ¿Te dió miedo?

-Tu no me provocas ni náuseas. -Reí.

Klaus: Auch. -Se hizo el dolido y se acercó a mí cuello.

-¿Qué? ¿Herí tu orgullo de hombre? -Mi piel se erizó al sentir su respiración en mi cuello.

Klaus: Tu dices que no te produzco nada pero tu piel dice lo contrario. -Se acerca más a mí cuello.

-No sabes lo que dices. -Dije tratando de mantener el control pero por dentro quería que me arrancara la ropa.

Klaus: ¿Puedo? -Preguntó y yo asentí, creí que iba a beber sangre pero este comenzó a besar mi cuello delicadamente.
Trataba de resistirme y no perder el control pero por dentro quería todo lo contrario.

Klaus pasó su mano por mi cuello y luego la llevo adentro de mi camiseta, haciendo que mi piel se erizara al sentir el contacto de su piel con la mía.

-Klaus, no puedo hacer esto. -Dije entre jadeos ya que sus besos en mi cuello habían aumentado.

Klaus: Está bien. -Se separó de mí y en esos momentos me arrepentí tanto de lo que había dicho.

-Creo que seguiré trabajando. -Me acomodé nuevamente en mi asiento.

Klaus: ¿Ya ves que causo mucho en ti?

-Solo es un 1% de un 99.

Klaus: ¿A qué te refieres con eso?

-Si jugamos a quien provoca más al otro, bienvenido al juego.

Klaus: Me gusta esa idea.

-Pero no estamos aquí para eso, tú estás aquí para contarme lo que quiero saber.

Narra Klaus.
Me había metido en la cabeza de Kaia y lo que ví no es lo que imaginaba, hay mucho más y ya entiendo porqué me trajo aquí, yo también haría lo mismo si se tratara de mí.
Está herida, rota, vacía y esto que está haciendo es lo único que le queda.

No Estoy Obsesionada -Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora