𝐂𝐈𝐆𝐀𝐑𝐑𝐈𝐋𝐋𝐎𝐒, 𝐋𝐈𝐂𝐎𝐑, 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐄𝐋 𝐀𝐙Ú𝐂𝐀𝐑

Explicaciones Vacías

—¡Me encantan los finales felices!— Taehyung intervino, excesivamente alegre a las seis de la puta mañana.

—¿De qué estás hablando?— Me quejé, encendiendo un cigarrillo y esperando que me ayudara con el dolor de cabeza.

—¿Por qué estás tan gruñón? Sé que no soy el único que se durmió bien anoche. ¿Era esa tu forma de consolarlo?— se rió desagradablemente. —Lindo.

—¿Qué te hace pensar que nosotros-

—Ni siquiera lo intentes, Kook. Veo esa marca en tu cuello. ¿O qué tal los susurros súper silenciosos cuando te llamé? Tienes tu propia habitación, así que la única razón por la que estarías tratando de estar callado es si...

—Bien vale. Jesús, sólo conduce. ¿Desde cuándo te preocupas tanto por mi vida sexual?— Me burlé, un poco divertido.

—¡Cómo te atreves! Siempre me preocupo. Deberías agradecerme lo sabes. ¿Recuerdas cuando estabas suspirando desesperadamente? Rompiendo cosas... caminando por acantilados y mierda.

—Yo no estaba-

—Pero Hoseok y yo los juntamos, así que de nada.

—Realmente no creo eso... Si alguien nos unió, sería Junhong, honestamente.

—¿Junhong? Espera... ¿El restaurantero de pollo alto y lindo, Junhong?

—¿Eh? Sí. Conocía a Y-Suga.

—Amigo, puedes terminar con el juego de nombres. Les dijo su nombre a tus padres, y esa mujer seguía preguntando a todos por él ayer en la fiesta, después de que se fue. Todos lo sabemos ahora.

—Oh. Lo siento... Junhong y Yoongi solían conocerse. —Tosí.

—¿En serio?.

—Sí. Cuando Yoongi llegó a mi trabajo, Junhong entró en su turno y lo reconoció... y lo invitó a salir, y cuando Yoongi no se presentó a su cita, lo encontró herido y me llamó, y luego nos acercamos cuando estaba cuidando de él, así que... es culpa de Junhong.

—Está bien, pero es por mí que estaba en tu trabajo para que Junhong lo reconociera—. Taehyung persistió, dándome una sonrisa maliciosa.

—Según esa lógica, es mi culpa solo por gustarle—. Señalé. —Cual es. Así que, no te agradezco una mierda. Este fue mi propio trabajo duro.

—Bien, bien. Sé ingrato. Mira si te ayudó la próxima vez —. Él resopló.

—Lo que sea. ¿Por qué nos levantamos tan temprano de todos modos?— Bostecé, mirando perezosamente por la ventanilla del coche.

—Porque Seokkie tiene una clase matutina y yo trabajo esta noche, y necesito su regalo y necesito tu ayuda, y todavía necesitas darle un regalo a Yoongi, y ninguno de nosotros tiene mucho tiempo libre estos días. Además, tengo que conseguirlo mientras Hoseok no esté en casa para que no lo vea.

—¿Mientras Hoseok no está en casa? ¿Cuándo diablos se mudaron juntos? No pensé que hablaras tan en serio.

—No lo hacemos… oficialmente. Quizás pasa más noches en mi apartamento que en su casa —. Tae se encogió de hombros. —No te sientas mal. Jimin tampoco lo sabe.

—Entonces... ¿Tú y Hoseok son algo serio?

—Sí, eso creo. Realmente me gusta... y soporta mi rareza. Dios... hemos estado saliendo durante casi un año, huh...

—Mierda, entonces deberías agradecerme. Te lo presenté.

—Solo nos presentaste para poder meterte en los pantalones de Yoongi.