El elfo al ver qué el humano prácticamente corrió hasta desaparecer lo hizo sentarse sobre una raíz y seguir comiendo, ya que no podría comer esos dulces en la aldea o los demás le preguntarian de dónde sacó eso y dar explicaciones no era su fuerte.
— La verdad es que el elfo jamás pensó que anhelaría que los días y los minutos en que ese humano se la pasaba hablando con él fueran eternos—.
—¿El elfo se enamoró? — pregunto Izuku al ver con suma atención a su madrina.
— Así es, el elfo al ser joven y lleno de curiosidad por saber cosas nuevas no pudo evitar enamorarse de aquel joven humano que día tras día sin falta iba a verlo y platicaba con él unos minutos que después con el paso de los meses se volvieron horas — dijo trece al ver al pecoso, quien estaba en espera de saber más. — Cuando el elfo entendió lo que sentía por ese humano hizo algo que estaba prohibido por la ley del Páramo —.
—¿Es en serio? — pregunto Yagi al no creer lo que había escuchado.
— ¡Shhhh! Guarda silencio, porque si alguien nos escucha estaremos en problemas — le recordó el elfo mientras miraba para todos lados en busca de un posible chismoso, para su buena suerte no había nadie por aquel lugar.
— Pero como puedo pasar estás raíces, si apenas y pongo un pie en la línea y las raíces me sacan — murmuró con decepción.
— Con quien crees que estás hablando — dijo el elfo al hacer un leve puchero al no creer que no confiara en su plan.
—¿Con un elfo precioso? — respondió sin dudar el humano ante lo que el elfo dijo, logrando que este se sonrojara.
— Continuemos que no tenemos mucho tiempo — dijo al cambiar el tema pero sin poder quitar ese sonrojo de su rostro.
Yagi se hizo a un lado al ver qué el elfo empezó a concentrar energía pura en una parte de las raíces y estás empezaron a levantarse.
—¡Ahora! — grito el elfo al ver qué ya había un hueco lo suficiente mente grande como para que el rubio pasará, quien no dudo en arrastrarse por ese hoyo y entrar al Páramo.
Cuando el elfo vio que el humano entro sin problema, dejo de ocupar magia y las raíces tomaron mayor fuerza y se cerraron por todo el lugar, pero Yagi ya estaba dentro, eso era lo importante.
— Bueno, ahora que — dijo el elfo al ver a su amigo rubio, quien al ver tan de cerca al elfo no dudo en abrazarlo, dejando al pobre elfo nervioso y sonrojado.
—Lo siento pero esto lo quería hacer hace tanto tiempo — confeso el humano igual de rojo que el elfo, quien desvío el rostro a un lado.
—¿Osea que solo eso querías hacer? — pregunto un tanto ofendido.
— La verdad es que no — confeso Yagi antes de sujetar aquel mentón con delicadeza y unir sus labios en un suave, tierno pero torpe beso.
Uno que el elfo no dudo en corresponder con todo lo que su corazón sentía en ese momento.
Hasta que se separaron pero al verse ambos a los ojos solo lograron que se sonrojaran aún más.
—Bueno tu sueño es conocer el Páramo, así que ven — dijo el elfo al sujetar la mano del humano y correr con él entre los árboles y buscar el más alto para poder trepar.
—¡Woooo! — la exclamación de sorpresa que soltó Yagi le nació del alma al ver el bello panorama que tenía frente a él.
—¡Te presentó el Páramo! — exclamó él elfo al mostrar ese bello y mágico lugar, donde se podía ver a lo lejos a los dragones volar, a las brujas pasearse por los cielos, a las hadas jugar con las sirenas que salían del agua y daban piruetas en el aire para luego caer al agua de nuevo con gracia y elegancia.
Para Yagi era un sueño hecho realidad al ver qué el Páramo era mil veces, no, era millones de veces mejor de lo que alguna vez se imagino.
Todo el lugar estaba bañado de magia y encantó, donde los árboles de colores le daban el toque perfecto así como las enormes cascadas y montañas que había por el lugar.
Yagi quería ver más y grabarse ese panorama para siempre pero de pronto el elfo lo abrazo mientras le impregnaba su olor y lo escondía detrás de él.
—Hola joven príncipe, que haces por aquí — aquella voz suave pero firme hizo que Yagi quisiera saber quién era por desgracia el elfo lo seguía escondiendo bajo su ropa.
—Hola viejo, aquí nada más viendo el panorama — dijo nervioso, pero se puso aún más al ver qué aquel anciano miraba a su alrededor (del elfo) en busca de algo extraño, cosa que no encontró por ningún lado.
Ya que él elfo tenía encantamientos y ocupo uno para hacer invisible a Yagi para que el anciano que estaba frente a él no notará al humano que estaba ahí en el Páramo. Así como bañarlo con su olor para evitar que el grifo lo oliera.
— Ya veo, no te metas en problemas — dijo aquel anciano antes de seguir su vuelo.
Yagi logro descubrir su rostro a tiempo solo para ver aquel enorme, imponente y hermoso Grifo que volaba por los aires de una manera magistral y perfecta.
—Vaya, un Grifo — susurro feliz de saber que más podría ver.
— Sujetate fuerte que te mostraré algo — aviso el elfo, logrando que Yagi lo abrazara fuerte de la cintura.
El elfo no dudo en silbar tan fuerte como podía para luego ver por los aires a dos pegasos, quienes dominaban el cielo cómo si fuera su llanura.
Yagi había escuchado de los pegasos pero verlos en persona era algo imposible de explicar.
— Todos ellos son criaturas increíbles, pero te demostraré la mejor de todas — dijo el elfo al girarse y ver al humano, quien alzó su ceja rubia al no imaginarse de quién hablaba el elfo.
Hasta que se cubrió la boca para no gritar cuando el elfo aún abrazándolo se boto del árbol y al estar en una altura bastante considerable lo más probable es que terminaría hecho papilla en el suelo.
Pero antes de hacerlo una rafaja de viento los envolvió y les amortiguó la caída.
Yagi al sentir el suelo bajo sus pies pudo respirar de nuevo solo para notar que el elfo se estaba riendo.
— Casi me matas de un susto — dijo un poco enojado.
— Te puedo revivir con un beso — respondió el elfo con coquetería logrando que Yagi sonriera.
—No mori pero si quiero ese beso — susurro mientras se acercaba despacio al elfo, quien hizo lo mismo para luego fundirse en un suave beso.
—Eso significa que ellos dos estaban enamorados, ese elfo y Yagi — dijo Izuku aún procesando lo que había escuchado.
— Y que paso, ¿No hubo alguien que los descubrió? — pregunto por primera vez Katsuki.
— Claro que sí, el Páramo se enteró de la existencia del humano y del romance que tenía con el elfo —.
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ENCUENTRO FORZADO....FUTURO INESPERADO
RandomLa escuela UA se especializa en formar, entrenar, crear a los futuros líderes de cada raza o clan. Pero no solo eso, sino la escuela también esta echa para emparejar a los jóvenes líderes con su otra mitad. Las esposas son dadas cuando los jóvenes c...