^Capitulo 12^

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Unos golpes en la puerta lo despertaron

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Unos golpes en la puerta lo despertaron. Abrió los ojos con cansancio, sentía como si no hubiera dormido más de dos minutos en toda la noche, se levantó y estiró, mientras escuchaba los suaves golpes en su puerta, fantaseando con arrancarle la mano a quien quiera que estuviera golpeando.

Suspiró adormecido y caminó a su puerta, al abrirla se encontró con aquel que había estado en sus pensamientos toda la noche, sin dejarlo dormir.

Por alguna extraña razón, pudo sentir el nerviosismo subir por su cuerpo, junto a los acelerados latidos de su corazón.

- Buenos días - Saludó el mexicano con una sonrisa

- Hola, Méx - Devolvió Argentina

- ¿Vienes a desayunar? - Preguntó el tricolor, para luego reír con nerviosismo - Quiero decir... Al chile te iba a preguntar si podía cocinar con tus cosas antes de hacerlo, lo juro -

El bicolor rió enternecido, confundiéndose a sí mismo, con cualquier otra persona lo insultaría en broma o incluso se quejaría, pero con México... Simplemente no era capaz.

El mexicano también pareció algo aturdido por eso, pero aparentemente no le dió mucha importancia.

El argentino esperó a que el mayor saliera del medio, así podría salir e ir a la sala de esta para desayunar, pero el norteamericano no se movió. Miraba al menor con algo de curiosidad y picardía, como si estuviera tratando de recordar algo que le parecía divertido.

- ¿Pasa algo? - Preguntó el del sol, extrañado

En vez de responder, México tomó con su mano el mentón del contrario, apoyado su pulgar en los labios del argentino.

- ... ¿Méx? - Trató de llamarle la atención este, completamente nervioso, aún que el mayor parecía muy metido en su propio mundo

- Tuve un sueño muy curioso anoche... - Contó en voz ensoñadora, sus ojos brillaban como si hubiera otra intención en sus palabras

El de piel celestina desvió la mirada, no estaba muy seguro de a lo que se refería el contrario, pero con esas simples palabras su mente iba a lugares a los que no debía ir. Esos mismos pensamientos le hicieron sentir el calor subir en sus mejillas. México rió.

- Te ves lindo sonrojado - Dijo, para luego darse media vuelta y alejarse a paso rápido

Argentina sintió una extraña vergüenza correr por su cuerpo que solo logró aumentar su sonrojo. Respiró un poco para calmarse antes de salir de su habitación, no quería mostrarse tan nervioso, mucho menos que México lo viera así ¿Que pensaría el mexicano al darse cuenta de que su amigo se puso tan nervioso por una broma tonta?

Estaba yendo a la cocina a paso rápido, pero se detuvo en seco al escuchar un extraño sonido en el exterior. Se dió media vuelta y caminó hacia una ventana, corrió la cortina y soltó un jadeo sorprendido al notar como la calle se había inundado.
Gracias a la pequeña elevación de la casa, el agua no podía entrar, pero ahora ya no podrían salir hasta que el agua bajara.
Apoyó su frente en el vidrio de la ventana, suspirando con impotencia.

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