^Capitulo 25^

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Respiraba profundo el suave aire nocturno y ligeramente frío que venía de su ventana abierta, de la cual se asomaba para disfrutar un poco de la vista, además de hecharle un ojo a las grandes nubes grises que se empezaban a juntar bien arriba y ar...

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Respiraba profundo el suave aire nocturno y ligeramente frío que venía de su ventana abierta, de la cual se asomaba para disfrutar un poco de la vista, además de hecharle un ojo a las grandes nubes grises que se empezaban a juntar bien arriba y arruinar la perfección de aquella pintada noche.

Frunció el ceño, no tenía muy buenos recuerdos de la última lluvia en donde México había estado en su casa.
Claro, aquella vez sería distinta, mientras que la pelea de hace tanto tiempo atrás se vio alimentada por Argentina y sus sentimientos conflictivos, ahora todo estaba claro entre ellos.

Igual, no tenía buenos recuerdos.

- ¿Quiúbole corazón? - La voz del mexicano lo sorprendió, a la vez que sentía a este abrazarlo por la espalda

Su cuerpo de hombros anchos cubría casi por completo al flaco argentino, atrapandolo entre sus brazos y acogiendolo en el calor de su pecho... al argentino le parecía adorable, se lo imaginaba como un osito de peluche enorme, solo buscando abrazos a cada oportunidad aparente.

- Todo bien... va a llover - Respondió Argentina, dándose vuelta para encarar a su pareja

El mexicano repartía besos ligeros por su cuello, con los ojos cerrados y un aire que sugería no estar realmente prestandole atención a lo que decía.

- Ah... - Murmuró sin mucha importancia, todavía centrándose en explorar el sabor de la piel de su amado

El argentino acalorado no pudo evitar soltar una risa incrédula cómo producto de su nerviosismo.

- ¿Posta? - Preguntó sin esperar una respuesta, viendo hacia abajo como el mexicano le acariciaba la cintura - Recién empezamos a salir ¿Tantas ganas me tenés? - No era como si se quejara... solo le parecía curioso

Pocas veces había tenido parejas tan interesadas en él.

- ¿Que puedo decir? - Dijo México en un intento de seductora voz grave, lentamente incorporándose para ver a los ojos al contrario - Yo tengo buen gusto y tú eres la obra más cara en la galería de arte - Se acercó más a su rostro

Argentina, sin embargo, respondió con una nueva risa, solo que está vez no era nerviosa ni incrédula, sino absolutamente divertida.
Le tomó por sorpresa esa frase tan rara que el mayor había aparentemente sacado de la nada.

- Wey, no te rías de mi piropo cabron - México reprochó, saliendo de su personaje "Seductor" para reír junto a su amado - Estuve todo el día pensando esa madre -

El bicolor necesitó unos momentos para calmarse y respirar tranquilo antes de decidir seguir el juego de su pareja, está vez fue él el de sonrisa coqueta mientras rodeaba el cuello de su pareja.

- Te pones chamuyero con la lluvia ¿Eh? - Canturreó mirándolo de arriba a abajo

- Un poquito - Respondió el contrario, encogiéndose se hombros

Hermanos de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora