^Capitulo 14^

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Otra vez ese lugar, otra vez ese clima caótico, con todos los países caminando o corriendo por ahí, charlando a gritos y susurros, dejando risas y saludos formales llenar el ambiente

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Otra vez ese lugar, otra vez ese clima caótico, con todos los países caminando o corriendo por ahí, charlando a gritos y susurros, dejando risas y saludos formales llenar el ambiente.
Algunos buscaban sus llaves mientras otros entraban ya al edificio.

Fin de mes se acercaba, y con ello una nueva reunión de la tan conocida ONU.

Argentina se mantenía parado entre la marea de países, sin saber que hacer... Extrañado.
Con la mirada buscaba a sus "Hermanos" sin mucha efectividad, no lograba comprender en donde Uruguay se había metido, normalmente se verían aún que sea por un momento para saludarse y charlar, pero el de franjas no parecía encontrarse en ningún lado.
Y luego estaba México, algo un poco más complicado... Había pasado casi un mes desde esa discusión estúpida y no habían vuelto a hablar desde ella, lo cual era extraño.
Eran mejores amigos desde hacía años, así que siempre hubieron algunas peleas de por medio, algunas peores, algunas más tontas, pero nunca una que los hubiera separado de esa manera.

Quizá ni siquiera era por la pelea en sí, si no por la confusión que cargaba Argentina desde hacía un tiempo, una extraña sensación que lo rodeaba cada vez que el mexicano cruzaba su mente.
Lo cual era más seguido de lo que le gustaba admitir.

Pero, a pesar de la extrañeza de la falta del normal abrazo del mexicano cada vez que se veían, había una pequeña parte de él que no quería encontrarlo, creía que sería incomodo y... tan solo raro.
Era todo algo complicado.

Con tan solo un suspiro, dio media vuelta y caminó hacia el gran edificio de reuniones en el que se reunían aquella vez, en territorio alemán. Cruzó la puerta, pasando entre la seguridad de la entrada para caminar por el pasillo hasta llegar a la masiva sala de reuniones, en donde ya habían algunos países, mayormente sentados en sus lugares, pero uno que otro levantado y hablando en voz baja con algún compañero, el ruido era notoriamente bajo a diferencia del exterior.
Mirando alrededor, sus ojos se vieron atraídos por dos personas a la distancia, Chile y México... ambos atrapados en una pequeña charla informal sin importancia, aún que uno más emocionado que el otro por estar teniendo esa conversación.

El tiempo se detuvo mientras una nueva sensación cruzaba el cuerpo del argentino, de los pies hasta su cabeza, como un escalofrío. Su corazón empezó a latir con una velocidad poco común a la vez que todo el mundo a su alrededor desaparecía a excepción de aquellos dos países, que parecían brillar a los ojos del bicolor.
El nerviosismo se apoderó de él y desvió la mirada, encogiéndose en su lugar como temeroso a ser visto por los otros dos americanos.

Sacudió su cabeza, soltando un resoplido y mirando hacia arriba, frustrado consigo mismo por la manera en la que estaba actuando.

Caminó con fingida seguridad hasta su lugar, por una vez en su vida tratando de no resaltar. Se sentó en el asiento, frente a este, sobre la mesa, estaba el cartel grabado con su nombre en letras doradas, por los carteles a sus costados pudo ver que se sentaba entre Uruguay y Brasil.
Soltó un suspiro, tratando de librarse de ese sentimiento ansioso. Casi por accidente miró de reojo a aquellos dos países nuevamente, haciendo que ese peso en su corazón volviera al instante, sus pulmones parecieron dejar de funcionar por un momento, para después hacerlo respirar con más velocidad al momento en el que dejó de mirarlos.

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