^Capitulo 3^

1.1K 98 218
                                    

(Ese señalador me gusta cada vez menos, algún día lo voy a cambiar :"D)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Ese señalador me gusta cada vez menos, algún día lo voy a cambiar :"D)

México se levantó al sonido de su alarma. Estaba extrañamente animado, empezó el día de buen humor y esperaba que siguiera así. Agarró su celular, Jueves, 9:30 AM.
Se estiró y levantó de la cama, se cambió la ropa y salió de su habitación. Fue a la cocina y se preparó algo rápido, realmente no tenía mucha hambre y no le apetecía desayunar mucho. Una vez terminó de comer, miró al rededor, su casa estaba hecha un desorden, así que decidió limpiar un poco, más tarde irían Argentina y Chile y, por más que sean amigos cercanos, quería que su hogar estuviese presentable.

Estaba barriendo tranquilamente, pensando en sus propias cosas, cuando una notificación de su celular sonó. Al ver de quién se trataba, resopló con molestia, ni siquiera necesitaba ver el número para saber quién era, incluso cuando no lo tenía agendado.

**** **** ****

Oh, Mexi~
Answer me
México, i know you are reading My messages

A ver cabron...
No te había bloqueado?

Yeah, me bloqueaste

Y como me escribes pues?

Cambie de number :)

...
Mira, si está vez no chingas tanto entonces no te bloqueo

No prometo nada :)

México suspiró y dejó su celular de lado. Estados Unidos, que país problemático, un tiempo atrás empezó a bombardear el chat del mexicano con mensajes "declarando su amor", Incluso después de que el latino lo rechazara educadamente, USA siguió mandando mensajes amorosos, todo el día, todos los días. Finalmente, el de sangre azteca terminó bloqueandolo, pero está vez decidió darle otra oportunidad.

Volvió a fijarse la hora, 11:21, aún faltaba un tiempo para que los otros dos países llegaran.

Buscó una chamarra para ponerse, quizá no sería mala idea salir un rato, pasear, tomar aire. Justo cuando estaba caminando hacia la entrada, el timbre se hizo oír por la residencia, abrió la puerta, encontrándose ni más ni menos que

- ¡Chilito, wey! - Saludó con una sonrisa

- Hola Méxi - Chile devolvió el gesto, se notaba claramente emocionado por esa juntada

- Llegas temprano -

El sudamericano rió con algo de nerviosismo, un leve sonrojo se hizo notar en sus mejillas, pasando desapercibido gracias al color ya rojizo de su bandera

Hermanos de corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora