- ¿Qué importa? Dejalos que crean que somos hermanos, además, no tienen porqué enterarse de lo nuestro -
- A veces puedes ser un pinche idiota Nargentina... -
- ¿Tú pinche idiota? -
- ... Mí pinche idiota~ -
Que imbéciles... si tan solo hubi...
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Decir que el aire estaba tenso se quedaba corto. Tratar de explicar el silencio sepulcral a su alrededor sería una tarea imposible. Describir como sus cuerpos se pusieron fríos del miedo hasta sentir que andaban en sus pechos el invierno tampoco era suficiente... Ya que muy fácilmente podían sentirse como muñecos de nieve. Ni siquiera decir que les subió la bilis a la garganta, mezclada con todas esas palabras que no pudieron decir sería suficiente para expresar la gravedad del asunto...
La cosa era simple. México y Argentina habían sido vistos a mitad de un beso no muy familiar. Y por ni más ni menos que el acosador favorito de América unida: América.
México por dentro podía insultar a USA hasta en idiomas que no se habían inventado, y Argentina podía desear y suplicar que la tierra lo tragase y no lo volviera a escupir, pero nada de eso podría sacarles de encima la mirada juzgadora y molesta de cierto estadounidense.
- WHAT THE FUCK?! - USA gritó una vez más, aparentemente recién ahí los latinos pudieron espabilarse, porque ambos saltaron
- ¡Loco, no es lo que crees! - Argentina prometió, desesperación bañando sus ojos
- YOU WERE FUCKING YOUR BROTHER - Pero el norteño tan solo se alejó, horrorizado
- Fue solo un beso, mamón, no exageres - México por otra parte parecía más cínico con la situación, cruzándose de brazos incluso
- ¡México! - Fueron la voz ahogada y el codazo seco que le dio Argentina lo único que lo trajeron de vuelta a la situación
- Chinga, q-quiero decir... ¡Ni siquiera es mí hermano, USA! - Se corrigió, logró de alguna manera acercarse suficiente a su vecino como para mirarlo emocional... En sus pupilas brillando la honestidad por sobre cualquier emoción mientras trataba de apelar a la simpatía del contrario, rozando su mano con cuidado, pidiendo paz... - Sé que suena ridículo, USA... Pero si realmente me quieres entonces escúchame, hay una explicación - Habló con cuidado, lento
- ... Nah, fuck you, ya no te quiero, estás enfermo - Lastimosamente USA podía caer bajo pero tenía estándares
- ¡Mira quién pinches habla! - El mexicano reclamó, ofendido no, ofendidísimo - ¡Literalmente no hubieras visto nada de esta verga si no me hubieras seguido a esta PINCHE reunión inexistente a la que NADIE te invitó, cabron! -
- Al menos no me cojo a mí hermano. - El estadounidense replicó, cruzándose de brazos
- Seguro que es solo porque Canadá no se deja - Se burló, mirando de arriba a bajo y admirando la cara de asco de su vecino
- ¡México! ¿¡Qué carajo estás haciendo?! - Le reclamó Argentina con la voz ahogada por el nerviosismo - ¡NO ES MOMENTO! -
- ¡ES QUE ESTOY HASTA LA MADRE DEL PENDEJO ESE! - México no pudo aguantar más... Necesitó gritar y purgar toda esa ira adentro suyo, mayormente causada por el estadounidense - ¡Lleva años siguiéndome a todos lados, y ahora se quiere meter en mí relación! No puedo aguantarlo más... Chinga a tu madre - Agregó al voltear hacia USA con la única meta de insultarlo
