Día 1: Lencería.

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Disclaimers: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling y son utilizados sin ánimo de lucro alguno.

Este drabble/viñeta forma parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de facebook "DrinnyZone".

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El lugar estaba bastante concurrido, por un instante se arrepintió de haber asistido, ver a la joven pelirroja al otro lado del salón charlando con un par de amigos en común no hizo que esa punzada de celos fuese menos intensa y dolorosa, más cuando no tenía derecho alguno de reclamar nada. Hacía unas semanas atrás, ellos habían tenido una aventura, algo de una noche ocasionada por la venganza.

Eso es lo que habían querido creer o mejor dicho el pretexto que se dieron el uno al otro. Se habían ido a la cama porque así lo quisieron. Eran un par de adultos jugando a ser adolescentes todavía; que necesitaban excusas tontas como esa en lugar de la verdad, había una fuerte tensión sexual entre ellos, que quisieron por fin romper.

Bastante mala idea, Draco jamás quiso darse cuenta de forma más consciente de que esa pelirroja le gustaba más de lo que esa tensión decía que lo hacía, ahora estaban en aquel evento a donde habían asistido por separado y tenía una enorme frustración por ese sencillo hecho.

Estar sumergido en sus pensamientos fue algo contraproducente porque cuando intentó encontrarse con su mirada, ella había desaparecido. Se giró rápidamente para ir en su búsqueda pero sintió un fuerte golpe, nada grave pero la colisión no fue accidental.

–Lo lamento –dijo la suave voz de Ginevra Weasley, dedicándole una sonrisa traviesa.

Fue algo notorio para él que había introducido algo en su bolsillo con lo habilidosa que era, podría jurar que hizo aquello con la intención de que se diera cuenta de que había puesto algo en su bolsa del pantalón.

–Caminar detrás de alguien puede ser peligroso, debería tener un poco más de cuidado, Weasley.

–Sí, intentaré recordar eso la próxima vez –le guiñó un ojo y se alejó. Nada de llamar la atención; para que el resto de los presentes en el salón siguiesen pensando que aquello había sido casual. Pero en realidad. Había sido todo planeado por ella.

La mano del rubio se introdujo en su bolsillo, bastante curioso de que había introducido, tenía que ser algo importante para que tuviese que crear todo aquello como si de un accidente sin importancia fuese. Su corazón se agitó por completo cuando sintió la suave tela de encaje.

Su mente comenzó a trabajar a mil por hora, ¿era realmente capaz de ponerle su lencería en la bolsa del pantalón? Una pequeña parte de él era escéptica ante el hecho, pero por la forma en que estaba actuando, le hizo saber que no era más que una forma de provocarlo, pero la pregunta que ahora circulaba por la mente de Draco era, ¿que buscaba al hacer eso?

No.

Mejor aún.

¿Andaba en ese momento paseándose sin bragas en el salón?

La suave risa cantarina de la pelirroja llamó su atención, ella estaba riendo con un tipo que Draco no reconoció, acariciándole el brazo en clara señal de coqueteo. Él la reconoció porque fue lo mismo que hizo con él, claro que en aquella noche, era testigo de que traía toda la lencería puesta, ya que se la había quitado con bastante entusiasmo. Ahora por el contrario. Ella solo tenía la fina ceda del vestido carmesí cubriendo aquella parte tan íntima de ella. Y aquella información burbujeó en deseo debajo de su piel, quería ir hasta ella y arrancar aquel vestido de color horrendo, pero que le iba tan bien.

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