Disclaimers: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling y son utilizados sin ánimo de lucro alguno.
Este drabble/viñeta forma parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de facebook "DrinnyZone".
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La desesperación se mostró en su comportamiento una vez que se topó con el puesto de revistas. Buscó con desesperación las primeras planas pero no había noticia alguna sobre ella y Malfoy teniendo sexo junto a unas escaleras en un lugar bastante público, suspiró aliviada haciendo que su cuñada la observara frunciendo el ceño ante su conducta.
Simplemente negó y sonrió un poco más aliviada de lo que había estado en cuanto pisaron esa calle, aun así tendría que estar atenta para que el acoso de ese tipo comenzara, posiblemente no tenía tanto dinero como Malfoy tenía pero era una famosa jugadora, tenía buenos ingresos.
La alegría de su cuñada se le contagió cuando entraron a la tienda de disfraces en la que había encargado un disfraz de dragón que su pequeña hija Rose había pedido para su cumpleaños. Había estado obsesionada con un libro infantil sobre un famoso mago, y ahora su fiesta sería temática de esa saga. No es como si los adultos estuviesen muy entusiasmados por tener que ir disfrazados de algún personaje.
La mirada de Ginny se perdió en un disfraz a lo lejos aunque era como para un niño pequeño de no más de cinco años, no pudo evitar pensar en Draco Malfoy. Se trataba de un atuendo de dragón, pero uno albino y sumando el nombre del chico solo ayudó a incrementar la imaginación de la chica. Aunque no debería estar pensando en él por haber sido tan imbécil de no defenderla del ataque de aquel papanatas pseudo reportero.
—Te pusiste de mal humor de la nada ¿tiene que ver lo que se filtró a la prensa sobre ti? –Cuestionó Hermione.
No había mejor manera para poner sobre aviso a alguien sobre que algo no iba bien, que malentender las palabras y sus significados. La cara pálida y el sobresalto de aquella simple expresión dijeron más de lo que la joven pelirroja estaba dispuesta a explicarle a su cuñada.
—Es cierto ¿no? –Suspiró –no puedo creerlo, Ginevra ¿después de todo eres capaz de hacer algo así? –Negó.
—No era mi intención, no sé lo que estaba pensando cuando me dejé llevar esa noche en el bar y...
—Bar ¿qué bar? –Le miró confundida la castaña –tus padres aún están esperando que desmientan tú y Harry que se comprometieron en un restaurante de la ciudad sin ni siquiera invitarlos.
—Oh –se burló –sobre eso, realmente nunca pasó, no nos hemos comprometido.
—The Sun técnicamente lo confirmó porque alguien cercano a ustedes lo confirmó por ustedes.
—Bueno, quien lo confirmó sin duda tiene más información que yo o que el mismísimo Harry –se burló –mira aquel disfraz, Rose se vería genial en eso.
La joven se alejó lo más rápido que pudo de la mirada de su acompañante; lo que menos quería era darle tiempo de pensar sobre su exagerada reacción una vez que supo que se refería a su compromiso con Harry, se relajó. No había indicio alguno sobre que ese reportero de aquel periódico mediocre hubiese publicado algo todavía.
Solo tenía que preocuparse por elegir el mejor disfraz de dragón para su sobrina.
Aunque el único dragón en su mente, era un rubio engreído de ojos grises y todo lo que podía imaginar no eran pensamientos dignos de mezclarse con su pequeña sobrina.
Más bien eran dignos de una historia pervertida y para nada sana donde involucraba relaciones inter-especie que dejaría la versión original de la Bella y la Bestia en un cuento para niños pequeños si se les comparaba. Tenía que estar odiando a Draco Malfoy, en lugar de imaginarlo en aquella fantasía que cada vez se estaba volviendo un poco más perturbadora. Incluso para ella misma. Pero ahí seguía avanzando cada vez más en lugar de retroceder al mundo sano. De personas normales al cual ella pertenecía normalmente.