Día 5: Columpio.

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Disclaimers: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling y son utilizados sin ánimo de lucro alguno.

Este drabble/viñeta forma parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de facebook "DrinnyZone".

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"Te veo donde siempre".

Esas eran las palabras escritas en el mensaje que recibió. Que el cielo le permitiera poner los ojos en blanco esa vez y todas las veces que necesitara para poder soportar aquello. Weasley sin duda le debía más de una por lo que había hecho por ella. Aunque para él y el dinero que algún día iba a heredar no era nada, mover hilos era algo que se les daba bastante bien a los de su clase. Y esta vez no hablaba de gente adinerada.

Los favores que tendría que pagar por aquello era lo que más le preocupaba. Principalmente por quien era la persona que había cumplido aquel capricho. Habían sido mejores amigos en aquel aburrido internado. Pero el tiempo había hecho lo que sabe hacer mejor; separar a las personas, poner barreras entre ellos y hacer todo incómodo una vez que hay un cúmulo de él en medio de su último encuentro. Sumándole que solo envío un frío mensaje con las instrucciones en el que en su lugar debió ir escrito un "Por favor".

Los cabellos rubios se mecían con el viento al mismo tiempo que el estúpido columpio se balanceaba de un lado a otro, la sonrisa de la mujer era grande y como siempre, amigable. A Draco le gustaba pensar en el pasado que ella era algo así como un alma amable y considerada. Cuando no estaba siendo una maldita sin sentimientos con el resto.

—Estaba bastante descuidado este columpio, informó con una sonrisa de niña.

—No es lo que parece –informó, sonriendo de lado –pero esta vez me permitiré a mí mismo reírme hasta que el estómago duela, si se revienta una cuerda y quedas aplastada en el suelo.

—Ah; que dulce –informó lanzándose del columpio en movimiento una vez que iba hacia delante, haciendo una salida impresionante. Si ella fuese una gimnasta y el un juez de las olimpiadas. Lo cual. No eran.

—Eso es lo que más adoras de mí ¿no es así? –Se burló.

—Me alegra que supieras donde te cité, y a decir verdad, leíste mi mente con ese mensaje

—Como sea –restó importancia –no me interesa retomar nuestra amistad, digo lo que hiciste fue un favor, nada que no piense regresar.

—Qué bueno que lo dices, no te busqué solo porque pensara que te ves adorable follándote a la futura señora Weasley.

—Diablos, pensé que eso había sido –chasqueó la lengua.

—Vas a pagar ese favor ahora mismo.

—Daphne...

—Draco –sonrió –mi hermana necesita un favor, y no hay otro imbécil que me deba un favor –sonrió.

—Hiciste que tu amante no publicara mi foto con Weasley ¿crees en serio que saldré con tu hermana, aun sabiendo que si tengo otra oportunidad, repetiría mis acciones en esa foto con ella? –Se burló.

—Con ella, ¿te refieres a mi hermanita o a Weasley?

—Sabes a que ella me refiero –soltó en un tono frío.

Ninguno de los dos dijo absolutamente nada después de eso. Los dos sabían perfectamente la naturaleza del otro así que no había forma en que Draco fuese a hacer algo más que negarse de forma rotunda. Simplemente estaba haciendo las cosas a su forma porque siempre habían funcionado así las cosas en su mundo; Daphne dejaba que él creyera que realmente se hacía la voluntad de él. Pero su habilidad para manipularlo se había perfeccionado y seguía ahí. Latente.

—Haré que ella te dé todos los detalles –se encogió de hombros la joven –y creo que sería un lugar que le gustaría conocer, era bonito, deberías... ya sabes, regresarle su gloria anterior y traerla aquí.

—Gracias por el consejo, que no pienso seguir.

—Cuando no sepas a donde llevarla, sin duda la traerás aquí –le guiñó un ojo –ha sido un placer verte, Draco, en nuestro lugar secreto y en una situación menos turbia –sonrió y se alejó de él.

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