Disclaimers: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling y son utilizados sin ánimo de lucro alguno.
Este drabble/viñeta forma parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de facebook "DrinnyZone".
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El gesto de confusión no solo estaba instalado en el de Ginevra Weasley al remover lo que fuese que estuviera en aquel plato hondo con forma de caldero. El resto de los invitados a la fiesta de Rose Weasley, que no estaban al día con la obsesión de la niña la tenían. La poción que en realidad era cualquier otra cosa que lucía igualmente desagradable seguía en el mismo lugar siendo llevada de un lado a otro con una cuchara que tenía forma de un mini cucharón.
No era la única que quería estar en cualquier lado menos ese. Y no es que no quisiera a su sobrina, la adoraba completamente. Pero su mente solo estaba en otro lugar intentando hacer que el cuerpo en el que habitaba se trasportara de alguna forma mágica al lugar en donde realmente quería estar. Para su desgracia, la magia no existía.
—Vaya, espero que no usaras una poción de este calibre con Potter, Weasley –le sonrió Neville Longbottom.
—No, era peor –sonrió divertida.
—Fue de amor ¿no es así? Una bastante potente, por lo visto.
La mirada chocolate de Ginny se posó sobre el chico a lo lejos, que hablaba con sus mejores amigos de toda la vida, se limitó a sonreír pretendiendo que estaban completamente enamorados, como si ella no estuviese pensando en tomar una escoba y emprender vuelo hasta donde se encontraba el dragón con el que quería escapar. Ella no era la damisela que quería al héroe; ella era la rebelde que quería al chico malo, posiblemente al mago oscuro que les daría muchos dolores de trasero a los buenos.
Suspiró agobiada, al menos solo un poco ¿de qué servían todas aquellas fantasías si él jamás la querría a ella? No podía enfadarse con él por jugar con ella porque no lo hacía, desde aquel evento era más que claro que Draco Malfoy estaba saliendo con Astoria Greengrass; y ella estaba en una relación seria con Harry, así lo gritaba todo el mundo. Sí, ella era la que estaba jugando con alguien más, ni por un momento era la víctima de nada, posiblemente se merecía lo peor que pudiera pasarle.
¿Por qué? ¿Sólo por enamorarse de Draco Malfoy?
—Oh, Ginny, tiraste tu poción –soltó Neville un poco frustrado cuando el líquido café lo manchó al caer cuando ella se puso de pie.
—Lo-Lo lamento, Nev –soltó inquieta por sus propios pensamientos.
¿Enamorada?, ¿Enamorada de él? No, sin duda estaba confundiendo las cosas, era muy diferente disfrutar del sexo casual que podía tener con él y otra tener sentimientos solidos por él, enamorarse de alguien solo por acostarse con él no era algo lógico, había otra palabra que describía mejor aquello, porque ¿qué sabía de Malfoy aparte de lo bien dotado que estaba ahí abajo? O de lo mucho que le prendía las charlas sucias en el sexo. Nada. Absolutamente nada sabía de él ¿por qué y cómo se enamoraría de él?
Dejó el pequeño caldero con el resto de la poción —o sopa—, y entró al baño para lavarse la cara para despertar un poco de aquella fantasía que había despertado desde una estúpida noche donde pensó que estaría muy bien tener una aventura de una noche con nada más y nada menos que Malfoy; y lo estúpida que fue cuando se dijo que no había estado tan mal y que no tendría nada de malo repetirlo una vez más.
¿Cuántas veces más iba a estar diciéndose que no estaba tan mal como para repetirlo una vez más?, ¿Cuánto más iba a seguir mintiéndose a sí misma diciendo que ella podía detener aquello cuando quisiera?, bueno, posiblemente podría hacerlo si quisiera, pero sabía perfectamente que no iba a querer detener los encuentros con Malfoy, pudiese o no hacerlo, porque no podía tener suficiente de aquello, como si a quien le hubiesen dado la poción de amor hubiese sido a ella.