Día 24: Oso.

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Disclaimers: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling y son utilizados sin ánimo de lucro alguno.

Este drabble/viñeta forma parte del Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de facebook "DrinnyZone".

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Draco se quedó callado ante las palabras de Ginevra, estaba completamente agradecido con Nott por hacer que ella fuera a verlo, pero una vez que aquellas palabras salieron de su pequeña y perfecta boca no supo que decir exactamente para que ella lo perdonara o para que entendiera un poco la razón por la cual había dado aquella declaración pero ¿había una buena explicación que justificara sus acciones? Ella no iba a perdonarlo aunque hubiese ido hasta ahí.

—Vaya, ahora estoy aquí de pie, haciendo el peor oso de mi vida, reclamándole algo a una barda –negó enfadada, se dio media vuelta y se alejó.

No pudo detenerla. Era la primera vez que se sentía tan inseguro respecto a sus acciones a algo, ella lo hacía sentir vulnerable y temeroso, vaya oso, dijo la misma pelirroja.

La escuchó cerrar la puerta de un automóvil y un tiempo prudente después escuchó el motor ponerse en marcha todavía le había dado tiempo para alcanzarla para detenerla y no lo había hecho. Lo mejor era realmente que cada quien rehiciera su vida sin nada más que decirse uno al otro. Ya había hecho las cosas; las consecuencias de sus actos los habían llevado a que ella lo odiase como lo había hecho tiempo atrás ¿le tomaría todos esos años hacer que olvidara lo que le había hecho?

Regresó al interior de la cabaña donde tomó otra ducha y decidió volver a la persona que había sido tiempo atrás tomó la navaja y la crema de afeitar se acomodó los cabellos y adoptó aquella actitud tan frívola y despreocupada de siempre como si nada le afectara. Como si sus sentimientos por Ginevra Weasley no lo desgarraran por dentro como lo hubiesen podido hacer las garras de un oso grizzly.

El Draco que regresó a la realidad a la civilización de nuevo, fue la última copia de seguridad que tenía en su sistema y esa era una antes de todo lo que había pasado con Ginny Weasley, volvieron las fiestas sin fin las mujeres al por mayor y el alcohol suficiente como para noquear a un oso.

Despertó con un fuerte dolor de cabeza no recordaba la última vez que había visto la luz del sol y procuraría no volver a hacerlo porque eso daba mucha jaqueca y no estaba dispuesto a soportarla era eso o volver a ponerse en un estado que aquello le pareciera insignificante como los días pasados. Y hablando de días necesito observar el reloj a su lado para saber qué día de la semana era.

Lunes por el medio día. Pero no había pasado ni una ni dos semanas sino tres meses y él apenas estaba cayendo en cuenta sobre todos los días que había tirado a la basura. La vista ni siquiera era la de su apartamento en Londres ¿en dónde estaba? Porque aquello realmente no era Inglaterra.

— ¿Despierto tan temprano? –La voz de una chica lo distrajo de la vista –me encargaré del madrugador.

El contacto de la mujer con su parte inferior le dejó en claro a lo que se refería y aunque tuvo el instinto de alejarla no lo hizo, dejó que la chica siguiera con la felación que le estaba haciendo, mientras él se acostumbraba a todo a su alrededor.

—D-Dónde ¿Dónde estamos? –Cuestionó cuando la joven se sentó a horcajadas sobre él mientras se limpiaba la boca y lo besaba en el cuello.

—Estás en el mediterráneo, corazón –sonrió –tienes un mes en Ibiza ¿realmente no lo recuerdas?

La mujer dejó de hablar para adentrarlo en ella cosa que a él no le importó del todo, simplemente se dejó ir hacia atrás y cerró los ojos con despreocupación hasta que la imagen del rostro de Ginny Weasley apareció y el movimiento de cadera sobre él deseó que fuese de ella y no de esa extraña.

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