El sonido de la camioneta rompe el sonido de las chicharras. Cleo y Terrance están parados en medio de la carretera. Cada vez más cerca la camioneta. Terrance levanta el cartel de stop y Cleo imita su gesto. Mi hermano, a mi lado escondido, se sube el pañuelo a la cara a modo de máscara. Rafe, Sarah y Ward bajan de la camioneta y siguen sin rechistar las órdenes de Terrance. Despejan el camino y los tres, despacio, se ponen de rodillas. Mi hermano y yo nos miramos. Estamos nerviosos. Un paso en falso y todo se va a la mierda. Agarro su mano y le doy un apretón. Él asiente dándome a entender que está listo. Volvemos a fijarnos en la escena a la espera de la señal. Entre Ward y Terrance comienza a haber una conversación. Nosotros seguimos atentos. En cuanto el padre de los Cameron está completamente tumbado en el suelo, Terrance se gira hasta donde estamos escondidos y nos da la señal.
Mi hermano y yo salimos de donde estábamos escondidos y corrimos en dirección a la camioneta. Cuando estamos a punto de subir la voz de Sarah nos para en seco. Mi hermano con la puerta entreabierta se queda congelado. Mirándola.
— ¡John B! — grita, haciendo que se giren su padre y su hermano — ¡estás vivo!
— ¡Cállate! — intervengo — No te acerques — digo en cuanto la veo levantarse.
— John B, espera por favor — suplica Sarah.
— John B vamos, sube — no reacciona — ¡John B! — no me mira, ni contesta. Está petrificado. Con la mano temblando saco de detrás del pantalón una pistola y apunto — atrás. No quiero hacerlo — mi dedo tembloroso se mueve hasta el gatillo — ¡no te acerques! ¡Quieta! — vuelvo a mirar a mi hermano — John B, por dios, ¡sube de una puta vez!
— ¡Eh!
El grito de Rafe queda opacado por el sonido de un disparo. Un pitido se establece en mis oídos durante una milésimas de segundo y miro mi arma. No he sido yo. Me repito. Enora no has sido tú. Me repito una y otra vez. Con las piernas temblando y el corazón latiendo a mil por hora me deslizo por la camioneta hasta la puerta del conductor. Piso el acelerador y desaparecemos por la carretera.
— ¡Cobarde! — escucho gritar a Rafe, pero no hay quien nos pare.
— Nos siguen — le digo a John B. Intento maniobrar con la camioneta pero es imposible — Pesa demasiado. El oro nos frena.
— ¿No podemos ir más rápido? — pregunta John B mirando detrás nuestra.
— Este cacharro no da más de sí.
— ¿Qué hacemos?
— No lo sé. Agárrate.
— ¿Qué?
Cuando el camino nos obliga a girar a la izquierda piso el acelerador meto marcha y tiramos por una carretera de tierra. La camioneta va sobre dos ruedas durante unos segundos que se convierten en minutos. Cuando conseguimos volver a conducir sobre las cuatro, me meto entre los campos de caña y permanecemos ahí escondidos, mientras nos recuperamos de todo lo que acaba de pasar. Mi respiración acelerada se mezcla con la de mi hermano. Vuelvo a mirar hacia atrás. Los hemos despistado.
— John B — susurro — no vienen, el oro es nuestro.
Miro en dirección a mi hermano. No dice nada y yo tampoco lo hago en cuanto veo sus dedos manchados de sangre. El corazón deja de latirme por unos segundos. Abro los ojos, sorprendida. Aterrada. Las manos vuelven a temblarme de nuevo. No, no, no. Mi hermano no.
— Me han disparado — dice. Ambos nos miramos.
Me quito el pañuelo que tengo atado al cuello y se lo coloco encima de la herida.
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ONESHOTS - OUTER BANKS ╣PAUSADA╠
Short Story"𝙇𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙚𝙨𝙩𝙪𝙥𝙞𝙙𝙖𝙨 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚𝙣 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤𝙨 𝙧𝙚𝙨𝙪𝙡𝙩𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙚𝙡 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤" - 𝙅𝙅 𝙈𝙖𝙮𝙗𝙖𝙣𝙠. 𝘾𝙤𝙢𝙛𝙤𝙧𝙩 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙚𝙨: 𝙀𝙨𝙖𝙨 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙫𝙞𝙚𝙧𝙩𝙚 𝙚𝙣 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙧𝙚𝙛𝙪𝙜...