—¡No fue él! —grita JJ unos pasos por delante de mí. Shoupe y Pope se paran y se giran a verlo—. Fui yo.
Mis ojos se cristalizan y siento como el corazón se me para por unos segundos. ¿Qué demonios está haciendo?. JJ sigue avanzando hasta quedar frente al agente y a nuestro amigo Pope. Este último lo mira con confusión. Avanzo unos pasos, pero la mirada que el rubio me dedica me deja clavada en el sitio. No quiere que intervenga. No quiere que haga nada por él.
—Intentó que no lo hiciera, pero estaba cabreado porque le acababan de darle una paliza y estoy tan harto de esos cabrones que se me fue la olla. No puedo dejar que cargues con la culpa —se dirige a Pope.
—¿JJ qué estás haciendo? —pregunta Pope.
—Decir la verdad, por una vez en mi vida decir la verdad.
Tras decir esto Shoupe es el que pone las esposas a JJ y lo dirige al coche. No me mira, ni me dice nada. Joder, ayer estuvimos a punto de besarnos y hoy me trata de esta forma. Mis ojos se llenan de lágrimas y veo como el coche se aleja de nosotros. Me quedo unos minutos mirando por donde se acaba de ir el coche. Sin decir nada, me aparto las lágrimas que se me habían escapado y salgo de la tienda de Pope. Mi amigo intenta pararme, pero me zafo de su agarre. No quiero saber nada de nadie durante un rato.
Kiara no para de dar vueltas por la habitación buscando el otro par de sus tacones. Siempre ha sido una tía desordenada, por lo que no me extraña que no encuentre las cosas. Esto es una puta selva. Estamos preparándonos para la fiesta que realizan los kooks todos los años y a la que ambas volvemos a ir juntas. No tengo el cuerpo para mucha fiesta, y mucho menos para esta, ya que mi cabeza sigue estando en JJ. Todavía me cuesta creer que se haya culpado de lo que pasó con el barco de Topper porque, según él, no tiene nada que perder.
Kiara vuelve a pasar por delante de mi sujetándose el final del vestido. Es la cuarta vez que pasa y todavía no se ha dado cuenta que el zapato está debajo de un sillón que tiene en un lado del escritorio. Mi mejor amiga vuelve abrir su armario —que tiene peor pinta que la habitación— y sigue soltando maldiciones mientras mira en la decenas de cajas de zapatos que tiene ahí metidas.
—¿Has visto mi zapato? Dios, estoy harta de estás fiestas —se queja, cerrando la puerta del armario con demasiada fuerza. En cualquier momento, esa puerta pasa a ser una giratoria.
—Lo tienes debajo del sillón —comento, sin prestar mucha atención a lo que está pasando a mi alrededor. No puedo dejar de pensar en lo que pasó esta mañana y en la mierda de situación que tiene que estar viviendo.
—¡Eres la mejor! —exclama con su zapato en la mano. Se acerca a mí y se sienta a mi lado en la cama.
Kiara está especialmente guapa esta noche, lleva un vestido color lila que le llega hasta los tobillos con tiras finas, el pelo recogido en un moño alto con unos mechones que le caen por los perfiles de su cara y una diadema de flores muy delicada. Yo me he decidido por llevar un mono color vino cruzado en el pecho, dejando la espalda al aire, el pelo recogido en una trenza de cascada, dejando algunos mechoncitos por fuera para que no se vea tan estirado.
Mi mejor amiga se queda mirándome cuando ha terminado de abrocharse los tacones. Normalmente, aunque estas fiestas no me hagan especial ilusión, suelo estar animada al saber que voy a poder beber y comer cuanto quiera sin que nadie me moleste. Pero, esta vez, soy incapaz de hacerlo. Me siento triste. Me muerdo el labio inferior conteniendo las ganas de llorar. Ayer estábamos tan bien y hoy..., hoy ha sido horrible.
—Oye, Lena, ¿estás bien? —pregunta, algo apenada. Giro la cabeza, la miro y le dedico una sonrisita.
—Sí, no te preocupes. Estoy algo cansada —Kiara se pega un poco más a mí y me rodea con su brazo para atraerme hacia su cuerpo. Automáticamente, apoyo la cabeza en su hombro.
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ONESHOTS - OUTER BANKS ╣PAUSADA╠
Short Story"𝙇𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙚𝙨𝙩𝙪𝙥𝙞𝙙𝙖𝙨 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚𝙣 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤𝙨 𝙧𝙚𝙨𝙪𝙡𝙩𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙚𝙡 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤" - 𝙅𝙅 𝙈𝙖𝙮𝙗𝙖𝙣𝙠. 𝘾𝙤𝙢𝙛𝙤𝙧𝙩 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙚𝙨: 𝙀𝙨𝙖𝙨 𝙨𝙚𝙧𝙞𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙫𝙞𝙚𝙧𝙩𝙚 𝙚𝙣 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙧𝙚𝙛𝙪𝙜...