NOTA AUTORA: Hola! ya estoy por aquí de nuevo, siento mucho la tardanza pero es que en España hemos tenido varios días festivos y he aprovechado para estar con mi familia, pero ya estoy aquí. No os libraréis de mí tan fácilmente.
Solo quería indicaros que a lo largo de este capítulo se hará mención a un par de canciones por lo que os dejaré el link en cada párrafo por si queréis escucharlas a la vez que va sucediendo las cosas.
Otra cosa es que han renovado Obx por una tercera temporada, lo que significa que tendré aún más ideas para hacer y estoy muy contenta por el cast, por la verdad es que han hecho dos temporadas increíbles.
Poco más que decir, gracias por el apoyo tanto aquí en la novela como en las redes sociales. No te olvides comentar, me encanta leer vuestras reacciones. Nos vemos pronto.
Un beso, Cris.
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—¡La pierna recta! — pausa — ¡aguantamos en equilibrio! — sentía la pierna temblar — y ¡bajamos!
Me dejé caer y los brazos de una de mis compañeras me rodearon. Acabábamos de terminar de entrenar el número de animadoras que tendríamos que hacer esta noche para el partido de baloncesto, el cual era de los más importantes ya que demostraría a los demás como estaba el equipo después de un verano entero. Me acerqué a mi botella de agua y Kiara se acercó también. Estábamos muertas, llevábamos casi toda la mañana entrenando y ahora teníamos clase lo que quedaba de día. Yo solo podía pensar en llegar a casa y descansar.
Kiara se desabrochó las zapatillas y se pasó la toalla por la nuca para quitarse los restos de sudor. Habíamos tenido un entrenamiento bastante duro. La vuelta del verano siempre se me hacía un poco cuesta arriba. Perdía un poco la rutina de tener que estar entrenando día sí y día también, que cuando volvía quería echarme a llorar. Pero bueno, al menos podía ver a Rafe Cameron entrenar también. De vez en cuando se me iban demasiado los ojos pero siempre estaba Kiara para bajarme los pies a la tierra.
— Te juro que en el próximo entrenamiento la mato con la toalla — dijo echándose para atrás en el suelo mientras hablaba de la capitana — ¡por dios!, no me siento los músculos.
— Mañana no voy a poder moverme — dije echándome encima de ella —¿por qué cada vez que volvemos del verano me siento más oxidada?
— Porque estás hecha una vieja.
—¡Eh! — exclamé — tienes la misma edad que yo.
— Sí, pero yo tengo más aguante que tú.
—¿Perdona? — me levanté encima de ella y la miré — eres tú la que ha venido a punto de desmayarse.
— Porque tengo que sujetarte el trasero para que no te caigas de espaldas — las dos nos reímos.
En ese momento el silbato del entrenador del equipo de baloncesto indicó que había terminado. Mis ojos volaron en busca del cuerpo de Rafe. Estaba sentado en el banquillo al lado de mi hermano, su mejor amigo. Así que, aquí tienes la sorpresa, estoy pillada del mejor amigo de mi hermano ¿y lo mejor?, nos llevamos como el culo porque no para de tratarme como una niña pequeña, aunque el solo me saque tres años.
