Capitulo 12.

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Amanecí con una super resaca aún me seguía dando vueltas, gire para volver a dormir mejor abrace a alguien supuse que mi mujer hasta que ronca, ¿Ella no ronca o sí?.

—María yo dijo que es.. —balbuceo.

Eso sí que es raro no lo tome importancia me acomodé más hacia ella.

—Buenos días mi am....

—¡Ahhhhhh!—gritamos ambos.

Haciendo que nos caigamos de la cama sentí frío esa no era mi mujer, era fea bueno la persona mi mujer no es fea.

—¿Quién eres?—gatee para poder ver mejor-¿Carlos?.

—¿Aidan?—frunció el ceño.

—¿Qué haces aquí en mi casa?.

Nos sentamos en el piso.

—La verdad no recuerdo pero siento que estuvo bueno la despedida.

Asentí mientras que seguíamos sentados tratando de hacer memoria solo venían algunos recuerdos borrosos y una risa a veces llenaba la habitación.

—Creo que nos pasamos ayer—asintió—Vamos a comer tengo hambre.

Este me siguió bajamos y ya había comida eso nos pareció raro en la casa solo había un silencio y ese aroma a pan recién tostado con café solo sentí unas manos tomando mi  brazo me gire a ver quién era y era Carlos.

—¡Buenos días borrachos!—grito una voz femenina.

—¡Ahhhh!—volvimos a gritar.

—¿Qué en esta casa gritan mucho qué?—dijieron en la cocina.

Nos acercos más y ahí estaba mi mujer y María terminando de poner la mesa de la cocina al notar nuestra presencia su semblante cambio a uno serio y frío tomaron asiento era vidente que igual nosotros.

—Buenos días cielo—dije tratando de darle un beso.

Pero ella se movió lo mismo sucedió con Carlos nosotros nos sentamos enfrente de ella quien empezaron a desayunar.

—¿Pasa algo?—pregunto Carlos.

Pero no obtuvimos nada solo unas miradas frías y enojadas me sentía como cuandoama regaña ese sentimineto permanecía intacta en la habitación de la cocina.

—¿Amor?.

—Serian tan amables de comer, bañarse y al último dar explicaciones de lo ocurrido de ayer—hablo María después de un infierno de silencio.

—Si.

Contestamos ambos.

Terminamos de desayunar, recogimos para no pelear era mi primera borrachera no oficla dijo es un poco yo no tomo y creo que le molestó a mi mujer, de nuevo un sentimiento de culpa no recordaba casi nada.

Al terminar de recoger todo nos bañamos y bajamos a la sala quienes estaban ella sentadas hojeando una revista de bebés y viajes.

—Llegamos.

Ella nos miraron hizo una seña que nos sentamos enfrente de ellas nos analizaban como aquellos nos que habían robado dulces.

—Antes que reclamen lo sentimos nos pasamos de copas en nuestra despedida de soltero, fuimos muy irresponsables.

—El si yo no—dijo Carlos quien miró mal a María.

—La cuestión es que no nos molesta que tomen, si no que van al parque y pelean con los niños—abrimos la boca—Después nos espían.

—Y duermen juntos es algo increíble.

Me sentía avergonzado, me mujer tenía su ceño perfectamente fruncido y unas ojeras.

—¿Yo peleando con un niño?—dije sarcásticamente.

Ella levanto una ceja haciendo que me diera miedo.

—Jamás aunque a veces son berrinchudos—conteste.

Ella aplaudió mié tras reía con María si que me dan miedo esas mujeres.

—Valla amor y así quieres hijos.

—Yo no quería—contesto Carlos.

Eso ocasionó que María se levantara a llorar, mi mujer suspiré y fue con ella.

—La cagué—mordió su uña.

—Si horrible, ven con ella besa la y dile que es mentira y que quieres otros dos chamacos.

—Si eso haré.

No tardó mucho en volver mi mujer la abrace en medio del abrazó la besé en toda la casa se escuchó un si, ya se habían perdonado algo que me tranquilizó.

—Ya vámonos William.

—Ya me tengo que ir pero al fin seré tuya como dios manda—beso mi mejilla.

—Adiós cielo.

Ambas se fueron dejándome solo con Carlos que ambos nos miramos y subimos a dormir aún me sentía cansado. Sin duda alguna estaba listo en poder ser esposo de ella, apartir de mañana sería otra vez yo creando bellos recuerdos después de mi perdida de memoria.

𝗧𝗲 𝗘𝗻𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗲. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora