Capitulo 25.

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Los días pasaron tan rápido que ya habíamos llegado al noveno mes mi mujer se sentía más agitada y ahora la casa estaba llena de problemas.

—Ni pienses en eso William porque la respuesta siempre será un no — dije viendo me al espejo del baño.

—Estoy cansada de estar aquí quiero salir a caminar Aidan — dijo recargada en el marco de la puerta.

—¿Tu que no entiendes o qué? —deje el rastillo en su lugar.

—Aquí el que no entiende eres tú —se dió la media vuelta y agarró su bolsa.

—¿A dónde crees que vas? —cuestione ella solo se bajó de las escaleras—. ¡No me estés ignorando!.

Grite pero ella azoto la puerta y así salí detrás de ella mis patéticos hermanos no estaban en la casa.

—Ni me sigas Aidan porque no viene a ser tu esclava y quedarme en la casa —paro en seco agachándose.

—Regresate ahora mismo a la casa —dije pero ella solo me miraba con enojó es como ver a mi ocho—. No lo volveré a repetir.

Ella solo me miraba, tal vez mi hermanos tiene razón solo estoy aquí porque es la imagen viva de de ocho. Lo más raro de todo es que ella cuando llegó a la academia sabía todo de mi.

—¿Por qué te da tanto miedo a que salga sola Aidan? —dijo alzando una ceja.

—No es miedo —dije firme pero ella solo río—. ¿De qué te estás riendo?.

—Ahora todo me cuadra Aidan —fue la única frase que dijo antes de entrar a la casa—. Cómo no me dejas salir a caminar estaré limpiando unas cosas.

Y así se marchó subió al cuarto del bebé a tejer, a veces la veía y se veía concentrada en lo que hacía.

—Vamos a comer mujer ya está lista la comida —dije viéndola ella solo asíntio.

—Te veré abajo entonces —salió de la habitación para meterse a la de nosotros.

Mis hermanos ya habían llegado con tantas cosas del bebé, Klaus era el que tenía más cosas.

Recuerdo cuando ocho le había contando a Klaus que quería ocho bebés.

•••

—¡Ahhhhhhhh! —había escuchado los gritos y rápido me teletransporte a la habitación de ocho.

—¿¡Qué pasa estás bien cielo!? —tenía mi respiración agitada.

—Eres una loquilla ocho —dijo Klaus apretando a mi ocho para después verme a mi—. Y tú dale con todo tigre rrrr.

Dicho esto se fue dejándome ahí estutrefacto, ocho solo río y camino hacia mi.

—¿Tigre? —alce una ceja.

—Ya sabes cómo es Klaus —dijo aún riendo.

—¿Qué fue lo que le contaste ocho? —entre cerré mis ojos y ella me beso.

—Le dije que el sería el padrino de dos de mis bebés —yo abrí la boca indignado.

—¡Es encerio! —ella asintió.

—Lo tienes que aceptarlo es mi mejor amigo —se cruzó de brazos y yo solo la besé.

•••

Ella abrió fin gusto sus regalos, a veces nos visitan María y Carlos pero ahora estaban intentando tener otro bebé así que estaban ocupados.

—Todo es muy bonito chicos —dijo doblando la ropa—. Yo se que mi bebé le gustará todo esto.

—Será el galán de este pueblo —hablo Vanya sentándose con ella.

—¿Qué nombre tendrá? —dijo Klaus poniéndose enfrente de ella.

—Si ya dinos _________ —comento Ben tomando lugar a un lado de ella.

—Bueno estamos entre dos nombres me gustaría que se llamará Yael o Luka —ellos asintieron.

Más tarde ella se puso mal habíamos tenido otra pelea tonta veía como lloraba y me señalaba me sentía peor cada minuto que estaba ahí.

—¡Eres un idiota Aidan! —grito con toda sus fuerzas—. No quiero que mi bebé tenga un padre como tú.

—Ya te dije que no fue así podrías dejar de inventar todo en tu cabeza —la toque y ella me manoteo.

—Aqui la que se hace ideas en la cabeza eres tú —abrió la boca con dolor y se empezó a agachar.

—Párate no empieces William —dije irritado.

Pero en ella veía como salía un líquido en sus piernas rápidamente me acerque a ella y la trate de calamar mis hermanos los mandé por un tubo y ahora debería de llamarlos.

Pero no tenía respuesta por parte de ellos estaba solo con ella.

—Demonios si hubiera llamado a una partera ya nos hubieran atendido —dije mientras baja con ella por las escaleras.

—Me importa un carajo en dónde es así que solo ayúdame imbécil —dijo enterrando sus uñas en mi hombre—. ¡Aidan ya no aguanto!.

—Te llevaré al hospital solo aguanta un poco más —la cargue como pude llegué al auto y la subí rápido me dirijo a mi puerta y me subí rápido a el.

En el camino fue muy espantoso sus gritos, el dolor que me daba cuando enteraba sus uñas en mi brazo seguía mojando el asiento y yo trataba de no mandar al demonio a los demás autos.

Habíamos llegado rápido nos atendieron en el lugar, mis hermanos llegaron la estaban preparando en el quirófano y yo me ponía las cosas para poder entrar con ella.

—Vamos tú puedes cinco —dijo Ben tocando mi hombro—. Apoya la mucho.

—Cualquier cosa avísanos esperamos aquí afuera del vidrio —comento Vanya haciendo me sentir seguro.

—Tú puedes tigre es momento de que veas cómo nave el bebé —sonreí.

Entre nervioso y ahí estaba ella cubierta de sudor apunto de llorar del dolor me acerque a ella y me dió su mano, veía como subía y baja su respiración.

—Hola señor Gallagher soy el doctor Pérez seré quien ayude a su esposa le pido que la apoyo en todo momento para que esto no sea tan complicado —dijo poniéndose en posición.

—Aidan esto está de —soltó un grito ahogado.

—Tranquila cariño todo estar bien te lo prometo —ella asíntio.

—Si pasa algo debes de prometer que siempre te vas a cuidar y cuidaras de nuestro bebé —dijo yo solo asentí.

—Muy bien señora empuje una, dos y —así estuvimos por un par de minutos.

Cuando ella podía hablar me daba indicaciones de que debía que hacer, en ese momento la habitación se llenó de un grito y un llanto todos aplaudieron rápido nos dieron el bebé. Pero también un sonido final que hizo que todo se volviera loco.

Mis hermanos entraron para agárrame y le sacaron junto con la bebé para que valla a observación.







𝗧𝗲 𝗘𝗻𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗲. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora