Capitulo 16.

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Otra madrugada más en el baño acompañando a mi esposa en sus ascos no entiendo que le pasa, desde que llegamos de nuestra luna de miel a estado así.

—Vamos al doctor por favor cielo—pedí mientras sobaba su espalda.

—Bien iré al doctor le diré a María que me acompañe—dijo mientras se limpiaba la boca.

—¿Por qué a ella?.

—Aidan.

—No yo soy tu esposo quiero estar contigo mi cielo—toco mi mejilla—Llevarme cielo.

Ella negó y se fue a la cama yo la seguí y me acosté a un lado ella sobaba su estómago mientras respiraba profundamente tome su mano y la besé.

—Yo se que quieres ir conmigo al doctor pero María también irá así que puedo ir con ella es más ya irá a su último ultra sonido y quiere que este con ella—comentaba mientras acariciaba mi cabello.

—¿Ya mero va nacer nuestro sobrino?—ella asíntio.

—Ya mero.

Beso mis labios para acomodarse de nuevo a la cama y al fin dormir, en lo que quedaba para descansar podía imaginarme con una hermosa familia para ambos ver cómo nuestros hijos corrían por toda la casa.

—Se fue María con tu esposa y—dijo Carlos alargando la y —No me llevó.

Reí ante su pequeño berrinche.

—Pues ya somos dos amigo es más vamos a desayunar afuera no tengo ganas de hacer el desayunó—tome mi saco.

—Si vamos quiero respira algo más que no sea este olor a tu casa café con limón—rió.

Salimos a la cafetería en dónde inició todo, al entrar en mis fosas nasales entro el olor a café y huevos fritos.

—A desayunar—agarro el menú.

En medio del pedido empezamos a ver a tres trabajadores siendo amigos Carlos y yo volteamos a vernos.

—Creo que ex William te contó el como se conocieron ¿No?—yo asentí—Esto trae recuerdos mi querido amigo.

—Y vaya que si Carlos tres siendo amigos.

Sonreímos a ver tal escena, es grandioso que algunas personas se puede enamorar en un simple lugar.

—¡Aidan!—grito Carlos escupiendo su café—¡Vámonos!.

—Si una disculpa no estaría mal—dije sarcástico.

—¡Voy hacer papá!—brinco—¡Voy a ser papá!.

Gritaba mientras sangoleteaba a una pobre señora quien apenas venía entrando a la cafetería.

—¡Felicidades!—dijo un señor.

—¡Aidan voy hacer papá!—me jalo para afuera—¿Cómo me veo si parezco papá?.

Reí y encendí el auto.

—Eres un papá tonto.

Maneje hacia el único hospital que había aquí en este pueblo, al llegar aquel ni supo cómo bajar bien se echó correr al entrar mi mujer entro y golpeó a Carlos.

—Ve por ella ya va nacer ahhhh—gritaba mientras lo abrazaba eso no me agrado.

—Mi amor—dije llendo con ella—¿Cómo fue que pasó esto?.

—Pues al llegar le dieron las contracciones tuvimos que pasar a su ultra sonido pero le dijieron que todo están bien y que nos regresamos pero ella se empezó a peliar con el doctor y le dijo que ya no podía más y del coraje se le rompió la fuente.

—Valla—fue lo único que soltó mi boca—¿Por qué no grabaste?.

Río.

—Hay Aidan.

Después de estar ahí por unas horas al fin salió Carlos llorando nos hizo señas para que pudieras ir con el, entramos a una habitación ahí estaba María con un bebé en sus brazos. Mi mujer se acercó hacia ella y la abrazo.

Yo me quedé inmóvil al ver tal escena ya te daría un sobrino, pero algo en mi estaba vacío aún quería poder sentir una sensación o una emoción.

—Felicidades—dije.

—Es muy hermosa—dijo mi mujer.

En mi pecho una presión de poder tener un bebé en mis brazos y vivir aquel sueño.

𝗧𝗲 𝗘𝗻𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗲. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora