𝗧𝗲 𝗘𝗻𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗲. [✓]

Capitulo 18.

Les haré un resumen rápido después de esos tres meses de ascos, vómitos y antojos vienen los más difíciles para un hombre y es que compre libros acerca del embarazo y como ser un buen padre.

—Sabias aquí que podemos tener relaciones todavía, solo que cuando cumplas 8 meses ya no—dije mientras bebía café.

—Si Aidan pero no habrá más sorpresas—advirtio.

Estaba apunto de comer una pizza con mostaza encima yo se la quité pero me miró mal.

—Les hará daño cielo ten come este plato de frutas.

También he leído que llegan sus meses sensibles y estamos en uno de ellos, les comento que ella llora y yo bueno...

—¿Me estás diciendo gorda?—se le llenaron sus ojos de lágrimas.

—No cielo es solo qué...

—¡Ya déjame!—grito para irse al cuarto.

—¡Ven aquí ______!—grite y con eso un portazo—¡No azotes la puerta carajo!.

Si descubrí que tengo los enojos, mientras ella sigue de sensible llorando le viene los ascos, suspiré frustrado y subí el plato de frutas con la pizza.

Toque levemente la puerta pero como lo supuse ella no abrió y tampoco hizo el intento de hablar, baje por el suero y viví a subir con ella abrí la puerta y la vi en el baño, débil mientras vomitaba mié tras lloraba.

—Sabes que odia gritar y verte así—me inqué con ella—Perdóname no debí de haberte hablado así y sobretodo haberte echo llorar cielo.

—No es tu culpa Aidan el embarazo nos hace así hubiera deseado que tú vieras los ascos—limpio su boca.

—Ten puedes comer la pizza y la fruta—la ayude a ir a la cama.

—Solo quiero un hijo Aidan—advirtio.

—Solo con un hijo cielo lo prometo—bese su mejilla.

Una de esas peleas por el embarazo y llegamos a otra etapa en dónde tiene antojos y llora pero también parece encelo mi mujer. Por un lado yo evitó que coma algunas cosas que nos prohibieron en el doctor como grasas, chocolate, picante. Aún sigo con los enojos y es todo.

Hemos idos todos juntos al ultrasonido siempre pudo una fotografía para poder tenerlo en su álbum de mi bebé.

—¿A qué hora nos toca ir para el ultrasonido?—dije tomando su bolso.

—¿Para qué?—dijo.

—Pues porque hoy nos revelan el sexo del bebé, ¿No?—evito mi mirada—¿______ ya fuiste sin mi verdad?.

—No cielo es solo que.....—alce una ceja—Esta bien si fui sola es una sorpresa Aidan no te enojes.

—Ya me iré a dormir William hasta mañana—dije dejando las cosas.

—Pero son las 4:30 Aidan.

—Dije hasta mañana—subí las escaleras.

8 meses...

Si ya había pasado tanto tiempo en ese lapso pedía algún indicio de que sería pero ella se negaba a decírmelo.

—Amor mío quiero jugar contigo y una de estas pelotas revelará algo importante—dijo ella colando las pelotas.

Estábamos en una cancha de beisbol había se encontraba solamente María y Carlos y no olvidemos a nuestra querida Hanny.

—Bien no más queda decir que aceptó—me pare y me coloque.

Ella poseía un vestido ondulado a lo cual no venía nada pegado, lanzo la pelota la golpe salía un polvo blanco y así sucesivamente lanzo pelotas pero todas salían igual nada.

—No aquí no está la sorpresa vamos—jalo mi mano llevándome a una silla todos nos quedamos quietos—Come el pastel Aidan ahí debe de estar.

Yo empeze a comer la rebanada, era de chocolate blanco.

—¿Qué me vas a engordar?—dije sarcástico.

—No cielo ven—tomo mi mano—Ya ahora sí está es la buena.

Algo en mi está furioso llevábamos todo casi el día comiendo, jugando y no me decía que carajos hacia la aqui.

Hasta que empezó un estallido, miles de estadillos en el cielo era ya de noche mire al cielo y ahí estaban los fuegos artificiales.

—Que hermoso—dijo María.

—Esto me recuerda al 4 de julio—dije orgullo.

Y es que como no estarlo si desde que desperté mirando un rostro lindo estaba atónito acerca de no poder recordar nada y esa frustración.

—Te dije que necesitábamos recuerdos nuevos—beso mi mejilla.

Y volvio esa sensación que ella solamente produce en mi otra vez.

—Te amo.

Y en ese instante apareció ese anuncio que cambiaría por completo nuestro pensar, mi vida sería otra alguien a quien protejer.

"Soy niño."

Yo quedé inmóvil al ver que tendría un mini yo por supuesto que sí, sus amigos aplauden mientras que mis ojos caían lágrimas hasta que vio como Carlos la abrazo.

—Felicidades futuro papá de un niño—dijo Carlos yo apreté mi mandíbula.

—Ya es tarde William debemos irnos—tome la cesta que traíamos.

—No espera debo ir con mi madre—dijo viniendo hacia mi.

—No me importa ven que ya es tarde hasta mañana chicos—dije.

Ella se despidió mientras subíamos al carro el camino a casa fue silencioso no dije nada así como llegué entre a la casa y me fui a dormir en la madrugada pude escuchar sollozos pero no hice caso...