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Hyunjin le mandó la foto de la dichosa carta.

Chan se largó a llorar.

Estaba conduciendo, pero cuando Hyunjin le había llamado supo que tenía que parar.

Ahora se encontraba a medio camino de su trabajo llorando por todas estas cosas feas que tenía que pasar Jisung. Odiaba el hecho de que Jisung siendo un ser de luz y alegría sea tan dañado por su propia familia.

Por otro lado, Jisung ya iba recobrando consciencia y terminaba de procesar todo lo que había leído.

Estaba muy asustado. Pero no se alejaría de Minho. Menos ahora con esa carta amenazadora. Protegería a su pequeño rayo de luz con su vida, no dejaría que nadie le toque, ni si quiera, un pelo.

Inconscientemente, el mayor agarró la mano de Minho.

Jisung no se separaría del ni para mear ahora. Y todos tenían claro eso.

–Papi, todo estará bien ¿Sí? No dejaré que nadie te haga daño. – Minho era todo lo que necesitaba para superar este problema. Y a sus amigos, claramente, también. Aunque no tuviera muchos.

Media hora después de que Jisung mantuviera a Minho abrazado a él, casi hasta atosigarlo. Decidieron que lo mejor era que empacasen rápido las cosas de Jisung.

–Sunggie, ¿no te dejas nada?

Jisung negó. Llevaba lo indispensable para él.

–No hyung, ya está todo. Ya podemos irnos. – Hyunjin asintió y le ayudó con su bolsa.

Luego de asegurarse que dejaron todo bien cerrado salieron del apartamento. Bajaron y al llegar abajo se dirigieron donde Jungwon. El cual vio preocupado a su hyung, ya que este venía aún un aturdido por lo que acababa de pasar.

–Hyung, ¿está bien? Se ve pálido.

Jungwon era tan ajeno a la situación que creo que no sería capaz de adivinar o si quiera acercarse a pensar algo, para acertar lo que le pasó a Jisung para que este bajara así.

–No, tranquilo Wonnie. Ya me voy con Hyunjin a casa de una amiga, volveré cuando Chan hyung vuelva. – Aclaró este. – Cuídate Wonnie. Y, por favor, come a tus horas. Sabes que odio que hagas dietas.

Jisung no quería preocupar al menor, por eso decidió no contarle.

–Está bien hyung. – Habló Jungwon avergonzado, de ser regañado frente a gente que no conocía. Estaba levemente sonrojado por ello. – Cuídese usted también Sunggie hyung. Vuelva pronto, no sé si soporte tanto tiempo sin usted. – Lloriqueó el menor. Y fue a abrazar a su mayor.

–Lo harás bien sin mi Wonnie. Pero si quieres escríbeme para salir por la mañana. – Le pellizco suavemente la mejilla. – Aceptaré encantado

–Adiós Jungwonnie, fue un placer conocerte. Gracias por la ayuda. – Hyunjin le guiña el ojo, después de susurrar lo último.

Jungwon asintió entusiasmado y mientras se iba se despidió con la mano.

De camino a casa Jisung no podía evitar mirar a Minho cada diez o quince segundos.

–Sunggie, Minho va a estar bien. Tranquilo. No le pasará nada si estás tu con él, lo puedo jurar. – Puso su mano encima de la de Jisung, la cual reposaba en sus piernas.

Los niños eran ajenos a la conversación de los mayores. Pero ese pequeño acto no pasó desapercibido para los pequeños, especialmente para Minho. Quien miraba con desaprobación a su mayor.

Hyunjin al verlo por el retrovisor decidió apartar la mano. Podía notar la mirada desaprobadora de Minho.

–Minho, no te voy a robar a tu papi. Cálmate. – Se rio el mayor.

El camino de vuelta a casa de los hermanos Lee fue un tanto incomodo. Más que todo porque Jisung se tensaba cada rato, miraba a todos los lados sin que Minho se diera cuenta y luego lo miraba por el retrovisor.

Al llegar Jisung fue corriendo a bajar a Minho, cogió su pequeña maleta y se aferró a su pequeño.

Hyunjin comprendía el miedo de Jisung, pues el estaría peor si hubieran amenazado así a su pequeño. Así que se dispuso a solo ayudarle con su pequeño equipaje.

Todos subieron al apartamento, Hyunjin se aseguró de entrar ultimo para ver si había alguien sospechoso y encabezar luego para evitar sorpresas desastrosas. Protegería a toda costa a su amigo.

–Hyung, ya puede irse. Estaré bien aquí. Voy a ordenar un poco el cuarto libre para no quitarle la cama a mi noona. – Jisung le miraba apenado.

Se sentía así ya que el mayor pasó todo el día cuidando del, no le molestaba claramente pero no quería ser una carga para él. Tiene una vida y por mucho miedo que tuviera Jisung no podía depender de la protección de sus amigos.

Hyunjin acepto sin rechistar. Él estaba tranquilo ya que el día anterior había hablado con la portera. Explicando la situación por encima le dijo que si veía a alguien con la descripción que le dio o se viera sospechoso, que le avisara inmediatamente.

- Esta bien Sunggie, pero tienes que prometerme que cualquier cosa me llamarás. Inmediatamente. ¿De acuerdo? – Jisung asintió. – Nos vemos pequeño, cuídense y asegúrate de cerrar las puertas bien, ábrele solo a Soulgi y a mí. Nadie más. Te quiero Sung, saldremos de esta ¿sí? Todo estará bien. – Dijo el alto mientras lo abrazaba como despedida. Le dijo adiós a Minho con la mano y salieron del apartamento.

Se fueron. Ahora estaban él y Minho, solos.

Jisung enseguida fue a cerrar bien la puerta, era un tercero, pero por si acaso aseguró las ventanas también. No iba a permitir que nadie le hiciera nada a su pequeño.

Luego de asegurar todo, puso música en un altavoz portátil. Agarro sus cosas y la manita de Minho para dirigirse a la habitación sobrante.

Y así, ambos, se pasaron toda la tarde ordenando dicha habitación.

Hasta que Jisung se dio cuenta de que no tenía colchón.

Ni mantas para taparse. No quería volver al apartamento solo y menos llevar Minho. Necesitaba que alguien lo acompañara a comprar o a buscar lo que necesitaba. No podía quitarle a su noona la cama, ya estaba siendo demasiado buena.

La cuestión estaba en que no quería llamar a Hyunjin, ya lo había ayudado demasiado esta mañana. Se sentía una carga para su mayor.

–Ya sé, Minho ve a ponerte los zapatos amor. Saldremos a comprar un rato.

Mientras el pequeño se calzaba Jisung llamó a Changbin, no quería arriesgarse a salir solo con Minho.

Beep...

Beep...

Be...

Hola bonito Sung, ¿a qué se debe el placer de tu llamada?

–Hola Binnie hyung, quería saber si me podría acompañar a comprar un par de cosas. Pensé en usted porque también tengo un par de cosas que explicarle y contarle. - Se rio un tanto nervioso.

Claro que si Sunggie, paso por ti en cinco minutos. Mándame tu ubicación por mensaje. – Respondió alegre.

–Okay hyung. – Dijo, espero que colgara y enseguida le mando la dirección.

Le mandó la dirección por mensaje a su mayor y fue en busca de su cartera para luego dirigirse a la entrada a ponerse sus zapatos.

–Vamos Minnie, tenemos que esperar a un hyung para que nos acompañe.

Y ahí fue donde Minho supo que sería una mañana pesada.

Little Minho - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora