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Jisung había acabado de contarle todo a su amigo, con detalles y todo. No quiso excluir nada. Levanto la cabeza, ya que todo el rato observo nervioso el jugueteo de sus manos, temiendo la reacción del mayor.

Hasta que por fin gesticulo una expresión de sorpresa, mezclado con angustia y preocupación. Claro que Jisung no supo descifrar esos sentimientos.

–Hyung, ¿está enojado? – El menor empezaba a preocuparse.

-–Jisung, me hubiera gustado que me contarás todo esto en el momento que pasó. Me angustia saber que pudo llegar a hacerte daño y que yo desconocía totalmente sobre esto. – Chan lo abrazo. Se sentía protegido con él. – No estoy enojado. Simplemente quiero que me cuentes todo esto en el momento. Quiero ayudarte Jisung, quiero protegerte. Pero si no me cuentas estas cosas me lo pones difícil.

-Perdón hyung, no era mi intención que se sintiera excluido. Solo no quería preocuparlo. – Jisung se aferró a la camiseta del mayor. – Le prometo que no volverá a pasar.

–Si por algún motivo vuelve a suceder, llámame enseguida Sunggie. No importa la hora, no importa si este trabajando. Vendré a protegerte. ¿De acuerdo? – Chan pensó unos segundos. – Es más, si no puedes llamarme, por motivos extremos, tendremos un código. Me enviarás ese código por mensaje y tu ubicación. Así será más fácil para ambos.

–Está bien hyung. Ya hablaremos de ello. Ahora quiero ver películas contigo, porfis.

Jisung le hico el pucherito. Chan era débil ante el pucherito.

–Okay, yo prepararé las palomitas. ¿Puedes bajar abajo a comprar unas bebidas?

Jisung asintió y fue por su billetera y las llaves de casa.

Ya abajo en el portal del edificio saludó al portero y salió dirección a la tiendita de convivencia.

Jisung tembló un poco, había bajado tan rápido que se le olvidó coger un jersey. La noche estaba fresca y Jisung bajo con una simple camiseta, genial. Debido al frío decidió acelerar el paso.

Al entrar a la tienda vio a Hyunjin de turno. ¿Era tarde y seguía trabajando?

–Hola hyung, como esta. – Dijo el menor mientras se dirigía a coger dos botellas de CocaCola individuales.

–Sunggie, hola. Bien, esperando que se hagan las doce para cerrar la tienda. Luego me iré a casa. ¿Y tú? – Dijo el rubio mientras se apoyaba en el mostrador.

–Bien, vine por algo de tomar. – Dijo enseñando las bebidas que tenía en las manos. – Oye hyung, ¿le parece si mañana hacemos con Minnie y Innie una merienda? Minho ha estado muy pesado estos días. Dice que extraña a Innie, aunque hayan pasado solo cuatro días desde la última vez que lo vio. – Jisung se rio.

–Me parece perfecto Sunggie, Jeongin amará la idea.

Sin mucho más que decir Jisung se despidió del mayor y salió de la tienda con la bebida en las manos y una sonrisa, ya que tenía los mejores amigos que alguien puede tener.

No sé si ustedes les ha pasado, pero sientes en tu espalda el peso de una mirada muy intensa, sabes que te están mirando, pero si no giras a buscarla, no sabes a quien le pertenece. Pues eso es exactamente lo que le estaba ocurriendo a Jisung. Sentía una intensa mirada encima de él y aunque se giró para encontrarla, no lo logró. Así que le restó importancia.

Lo que Jisung no sabía es que, efectivamente, alguien lo estaba observando. Desde hace unos días realmente.

Lo habían estado siguiendo y sabían su rutina de pies a cabeza.

Little Minho - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora