Esta es una historia donde Izuku es un omega y la protagonista, un alfa dominante.
_____ Yoshimura es una alfa dominante, dueña de una gran fortuna y reconocida en el mundo de la moda por su versatilidad como diseñadora. Obsesionada con el trabajo...
Al caer la tarde siguiente, Midoriya trabajaba como de costumbre. Cada tanto miraba hacia la puerta, ansioso por verte entrar, por sentir tu presencia en el ambiente. Su corazón latía con fuerza cada vez que escuchaba pasos acercándose, esperando que fueras tú.
Pero quienes llegaron fueron tus amigos: Kirishima y Denki.
La chispa de expectativa que iluminaba su rostro se apagó de inmediato. Sus hombros cayeron, y en su pecho se instaló una desilusión pesada. No eras tú.
Kirishima cruzó miradas con Midoriya antes de entrar al elevador, como si pudiera ver a través de él, como si supiera que había algo entre ustedes, aunque no pudiera explicarlo con certeza.
El pelirrojo prefirió dejar sus pensamientos de lado. Una vez en el comedor, tomó asiento junto a Denki, y Midoriya se acercó a atenderles como cada noche.
Ambos revisaban la carta con la misma rutina de siempre, pero Denki la bajó a la altura de su nariz y miró de reojo a su amigo antes de soltar la pregunta que también rondaba la mente de Midoriya:
—¿Hoy tampoco trabajó ___?
Era inusual que no estuvieras molestando a Midoriya con órdenes y trabajo extra solo para verle refunfuñar, mientras él te la devolvía con el triple de esfuerzo.
—Sí —afirmó Kirishima—, está en su época de calor.
Midoriya sintió cómo su estómago se contraía. Su mano dejó de escribir en la libreta sin que se diera cuenta.
"¿Su celo?"
El aire se sintió denso de repente.
—¡Disculpe! ¿Puede repetir su orden? —dijo, sacudiendo la cabeza, intentando aparentar normalidad.
Sus pensamientos se habían nublado al instante.
"Quería verla tanto que ni siquiera consideré esa posibilidad... Pensé que me estaba evitando por lo que pasó aquel día".
Pero la verdad era otra.
Exhaló aliviado, aunque la sensación de calor en su pecho no desapareció. Su mente, traicionera, trajo de vuelta la escena del beso.
Los labios de ___ sobre los suyos. La calidez de su piel. El aroma embriagador que lo rodeó por completo.
Un escalofrío le recorrió la espalda, y el ardor en su rostro lo delató de inmediato.
Sus mejillas se encendieron, su piel ardía, y su pulso se aceleró de golpe.
Sacudió la cabeza con fuerza, tratando de borrar la imagen, de arrancar esa sensación que lo estaba consumiendo, pero fue en vano.
El deseo enterrado en lo más profundo de su ser resurgió con fiereza.
Quería volver a sentir ese calor.
Quería más.
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