Capítulo 21

3.3K 371 35
                                    

Izuku no dejaba de admirar aquel anillo de compromiso mientras lo llevabas al trabajo. Podías ver cómo lo miraba con gran entusiasmo, aunque nunca soñó con llevar una joya tan cara en su mano y temía dañarla.

—Quiero llevarte a una reunión que tendré con unos conocidos, pero antes quiero saber si me concedes el permiso de presentarte como mi prometido.

Izuku se sonrojó tanto como la primera vez que viste sus mejillas rojas. Ser presentado de esa forma lo hacía sentirse inquieto, sin saber cómo debía actuar, qué debía vestir o decir. Al ver esa expresión llena de preocupación en él, intentaste aliviarlo.

—No debes preocuparte por nada, solo quiero que seas el mismo de siempre, el cálido y hermoso Izuku que conozco.

—¿Y si digo algo mal y se ofenden?

—Eso no sucederá. Además, si no quieres hablar con alguien, está bien, y si no quieres ir también está bien.

Aunque al chico le hacía una enorme ilusión que lo presentaras como su amante y prometido. El auto se detuvo antes de lograr pensar en una respuesta.

—Hemos llegado —sonreíste con calidez. Antes de que Izuku saliera; te miró como si esperara algo de ti, y tú, en cambio, sacaste de la guantera tu cartera para buscar una tarjeta—. Quiero que lleves esto contigo, por si necesitas hacer compras.

Izuku vio aquella tarjeta que mostraste por primera vez y no quería ni tomarla.

—Señorita, yo no creo necesitarla —se negó.

Suspiraste, dejando salir una pequeña risa.

—Izuku, todos necesitamos dinero. Quiero que te acostumbres a llevar mi tarjeta, mi chequera, mi cuenta bancaria, sin tener que pensar mucho. Si nos casamos, llevarás más objetos de valor que esta tarjeta.

Izuku tragó hondo, ya que no sabía realmente qué hacer si su vida cambiaba tanto.

Al final, el chico tomó la tarjeta, y sentiste orgullo de que pudiera tener tu dinero a su disposición. Aunque seguía esperando algo más de ti.

—¿Sucede algo? —Estabas un poco confundida, y eso podría hacer que llegara tarde al trabajo.

Seguía tan enrojecido y miró hacia sus manos apenado.

Es tan tierno actuando así.

—B-beso... —musitó.

—¿Ah? —No habías logrado escuchar.

—Y-yo quiero un b-beso —alzó la mirada, viéndose inofensivo e inocente con sus mejillas rosadas.

Te acercaste a él sin pensarlo dos veces. Que Izuku te pidiera un beso era increíble; te llegaba a emocionar literalmente en todos los sentidos.

De nuevo, era una bombita de feromonas, todo tembloroso y a la vez tierno. Parecía incluso doblegarse, al toque cariñoso de ese "beso sencillo".

—¿No dijiste que tenías trabajo que hacer?

Estaba perdido, aunque intentara fingir que no era así.

—Sí... —asintió agitado.

Salió del carro tembloroso, y podía sentirse un poco húmedo allá abajo.

No sé por qué siempre me pongo así con ella.

Al entrar al vestidor, las feromonas impregnadas en su cuerpo lo delataron.

—Increíble, Midoriya está bien, pero bien comprometido —exclamó Jiro.

El joven se sonrojó, pensando que quizás no había sido tan sutil.

—Quería agradecerles por preocuparse por mí; la señorita y yo resolvimos nuestros problemas —explicó Izuku con una sonrisa tímida mientras mostraba su anillo de compromiso caro.

—¡Dios mío, se ve costoso! —exclamó Mina, sorprendida —. ¿Cuánto costó tal anillo?

—Mucho dinero —forzó otra sonrisa en ese momento, dejando a sus amigas completamente asombradas.

—Que no se te olvide invitarnos a la boda —le recordó Uraraka, a lo que Izuku asintió emocionado, asegurando que no lo olvidaría.


...


En otra ocasión, tenías una fiesta de negocios con varios socios, cerrando el mes con ganancias millonarias. Con tanto dinero ganado, estabas dispuesta a comprar una nueva casa para vivir con Izuku.

En la reunión te acompañaban aquellos hombres pulcros, como Hanta Sero, embajador de estilo en su esmoquin de diseñador de vestidos de bodas, que irradiaba elegancia y frescura. Su atuendo blanco inmaculado, adornado con detalles de encaje y un chaleco plateado, fusionaba la sofisticación clásica con toques modernos. La corbata floral y los zapatos de charol negro añadían un encanto único, demostrando su naturaleza versátil y relajada. Su personalidad resaltaba en la elección de un atuendo que equilibraba la formalidad con un toque juguetón, demostrando que la moda es una expresión de su espíritu dinámico y creativo.

Además, Mirio Togata, el diseñador de moda de estilo antiguo llevaba un atuendo moderno con su distintivo toque juvenil. Vestía un traje ajustado a la moda contemporánea, con una chaqueta de corte elegante pero informal. Los pantalones estrechos y las zapatillas de diseño contrastaban con la apariencia clásica de sus creaciones. Su camisa de colores vibrantes añadía un toque de frescura y originalidad, mostrando su habilidad para combinar lo antiguo con lo moderno. Mirio personificaba la elegancia juvenil con accesorios llamativos, como gafas de sol retro y pulseras de cuero, destacando su inclinación por lo antiguo y su pasión por la innovación en la moda. Además de ellos dos, sus amigos Kaminari y Eijirou también participaban en la celebración, disfrutando de la compañía y el buen vino.

—Quiero pedirte un favor, ____ —se dirigió a ti Hanta.

—Dime —sonreíste.

—En unos meses lanzaré una línea fuera de mi especialidad; busco un modelo excepcional, un omega atractivo e inocente. Según sé, tú contratas muchos modelos hermosos y puede que tú tengas la persona que necesito.

Te detuviste a pensar en la cantidad de modelos que trabajan para tu marca, pero ninguno cumplía con las expectativas.

—Podría pedirle a mi secretario que te ordene expedientes laborales para que tú elijas según necesites.

—¿En serio? ¡Muchas gracias! —agradeció Hanta, y propusieron un brindis por tu cooperación.

Mientras hablaban de la desastrosa vida amorosa de Denki, recibiste una milagrosa llamada de Izuku. Te levantaste, dejando atrás el ambiente alegre de tus amigos ebrios.

—¿Cariño? —contestaste con una ligera ebriedad en tus sentidos.

Izuku guardó silencio por unos minutos, preocupándote.

—¿Vendrás al restaurante? —quiso saber. Seguía avergonzado de extrañarte.

—No podré ir hoy, tengo una reunión importante ahora —miraste por la ventana a tus amigos ebrios.

Izuku parecía lastimado, así que solo aceptó en un tono dolido.

—Mañana iré por ti al trabajo, así que solo será por hoy.

No era suficiente; anhelaba volver a verte y sentía la ansiedad crecer conforme avanzaba el día.

—Estaré esperando —dijo, deseando que confirmaras que irías en ese mismo instante.

—Enviaré un mensaje más tarde. Me aseguraré de que un chofer te lleve a casa y también un escolta; así estaré más tranquila acerca de ti seguridad.

—No es necesario.

—Lo es. No quiero que un alfa se acerque, así que pedí exclusivamente a una beta para escoltarte.

El chico dejó salir un suspiro en ese momento; no quería eso, solo quería verte, pero no podía expresarlo porque sentía que sería egoísta.

—Si necesitas más, no dudes en llamarme.

La llamada finalizó, dejándote con la sensación de que su voz estaba extraña en ese momento, como si estuviera inseguro.

...


En su estrecho apartamento, Midoriya estaba a salvo como tú querías, pero había un inconveniente: las sábanas tenían tu aroma impregnado, y tenía uno de tus abrigos en su guardarropa, que abrazó en la cama.

Esta esencia es tan cálida; quiero que ella me abrace mucho...

El chico parecía un conejo peludo entre esa prenda, por alguna razón, se sentía abandonado y solo, triste sobre todo por no tenerte. Ya era tarde para que lo visitaras.

Estaba quedándose lentamente dormido en esa fragancia de fresia y lavanda tan tranquilizadora.

𝐄𝐋 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐋𝐀 𝐀𝐋𝐅𝐀 𝐈𝐃𝐄𝐀𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora