-Tú..., ¿por...?
-¿Uh? ¿Tan mal me veo?
-No..., es solo que..., ¿por qué ahora?
-Daniel, tú eres parte de mí..., ahora déjame ser parte de tí.
Aquel lobo mediano se acercó a mí, dejando detrás de él unas huellas blancas brillantes que desaparecían después de unos segundos.
-Pero..., ¿qué acaso no estabas recuperándote? Me dijiste que...
-Daniel...
Aquel espíritu de lobo se acercó hasta mí, me miró con aquel rostro sin ojos, con aquel cuerpo vacío. Solo un alma.
Solo un espíritu.
Después miró la luna, se acercó al ventanal y me miró.
-¿No vienes?
Traspasó aquel ventanal.
-Espera...-me acerqué al ventanal. Quería seguirlo, quería respuestas, pero no podía cruzar aquella ventana.
Pero lo ví irse, alejarse cada vez más.
Desesperado por alcanzarlo, toqué la ventana y pude sentir mi mano atravesarla.
-¿Qué...?
Salí de la mansión y corrí tras Byux.
-¡Byux! ¡Espérame!
Él se rio.
-¡Daniel! ¡Alcánzame!
Corrí y corrí.
Y, entre tantos jadeos, lo pude ver sentado mirando la luna en aquella cresta de la colina. En la orilla del acantilado.
-Byux.
Me acerqué a él y me senté a su lado.
-¿Por qué me trajiste aquí?
-Mira la luna.
Le hice caso y pude notar que se había puesto en media luna.
Me sorprendí.
Y, súbitamente, pude ver el collar brillar.
Lo miré fijamente y pude admitirar la belleza que se mostraba.
-Es...es el lobo....¡Hay un lobo dentro del collar! -y pude ver que sostenía una media luna.
-Sí, es increíble, ¿no?
-Lo es. Jamás lo hubiera imaginado -lo miré atentamente-. ¿Y qué es esa constelación?
-Es Akrea, mi madre -observó el cielo-. Mira ahí.
Observé un grupo de estrellas y levanté el collar para comparar la constelación con aquel grupo de estrellas del cielo; y una línea brillante dorada formó la constelación del cielo, dando a entender que era la misma que la del collar.
-¡E...es la misma! -reí-. ¿Me estás diciendo que este collar ha sido el mapa de una constelación todo este tiempo?
-Sí. Akrea no solo está en el cielo, sino en este collar también.
-¡Es asombroso! Siempre me había dicho mi abuelo que tenía algo especial, pero jamás esperé esto.
Seguí observando la constelación.
El collar brillaba hermosamente que se podía notar con claridad su contenido.
-¿Y de qué sirve?
-Madre quiso dármelo cuando era un niño; era no solo de bendición, sino también para recordarme que ella estaba ahí, mirándome y cuidándome.
-Y supongo que a cualquiera que vea con este collar supondrán que eres tú, ¿no?
-Hay probabilidades, pero eso solo sería una pista para dar conmigo.
-Entiendo -dejé de ver el collar y lo miré-. Oye..., sobre tu historia..., habías mencionado que eras un niño, que tenías forma de uno. ¿Ya no puedes volver a esa forma?
Él dejó de ver la constelación para verme.
Su mirada era limpia, ni triste ni devastadora. Estaba ahí para cualquier cosa.
-No, el cuerpo murió, se pudrió..., pero podría mostrarte la apariencia que tenía. No como humano, no puedo, pero sí como un espíritu.
-¿De verdad puedes hacer eso?
-Sí, aunque te advierto que no será increíble.
Su cuerpo se descompuso, tomando forma de un niño.-¿Ese...eras tú?
-Sí, ¿se ve mal? Uh, en forma humana se veía mejor. Lo siento, es blanco porque es solo un espíritu, pero...
-No está tan mal -reí.
-¿Qué?
-Claro, yo estoy mejor, pero...te ves bien.
Byux se sonrojó y miró al piso.
-Gra...gracias. Nadie...me había dicho eso.
Me levanté y miré aquellos parches en su rostro, tocándolos.
-¿Esto fue...por los maltratos que sufriste?
-Sí, morí con ellos, así que por eso aparecen.
-"El espíritu toma la apariencia de la muerte de su cuerpo humano" -dije, citando a mi abuelo.
-Sí..., así es.
Nos quedamos en silencio por unos segundos.
-Oye..., ¿te gustaría dar un paseo?
-¿Un paseo?
-Sí. Ven, acuéstate y sube tu camisa
Hice caso a lo que dijo.
Pude ver cómo Byux entraba a mi estómago a través de la marca.
Y sentí que mi cuerpo ya no era mío.
-¿Qué hiciste?
-Tomé el control de tu cuerpo.
-¿Puedes hacer eso? Devuélvemelo.
-Dijiste que ibas a dar un paseo conmigo.
-No sabía que...¡Wow!
Y, POOM, mi cuerpo se transformó en un lobo.-¿¡Qué es esto!? -grité, aunque lamentablemente solo podía ver.
-Nos convertimos en nuestro lobo. Esta es nuestra forma.
-¿Y qué pasó con el Espíritu de lobo?
-Ese soy yo, pero este lobo, somos nosotros.
-Esto es...increíble.
-Lo será más cuando corramos.
-Espera espera...
Y de pronto, sentí un enorme huracán pegarme el rostro; sentí millones de emociones; Byux aulló, gritamos y corrimos los dos juntos.
-¿Quieres intentarlo? -dijo.
-¿Puedo?
Así, sentí poder mover mis miembros.
Y volvimos a correr.
-¡Esto es genial! ¡Puedo ser un animal! -grité, riéndome.
-¡Sí! ¡Esto es asombroso!
Ambos nos reímos. Aullé y me detuve, sintiendo mis patas flaquear.
Mi respiración era agitada y me dolía el cuerpo de tanto correr y brincar.
-Eso...fue asombroso -dije, caminando lentamente.
-Creo que un descanso nos daría bien -rio Byux.
Pero pronto escuchamos unos aullidos. Mis orejas se movieron al igual que mi hocico.
-¿Qué es ese olor tan fétido?
-Da...Daniel, tenemos que irnos.
-¿Qué?
-Despierta, ¡ahora!
Y ví a unos horribles lobos rojos que se fueron transformando en demonios, en monstruos horripilantes, podridos y con dientes filosos exageradamente. Y los ojos blancos puestos en mí.
Retrocedí.
-Byux, ¿qué son? ¿Son los Mutantes?
-¡Tienes que despertar! ¡Daniel!
Y uno se lanzó sobre mí.
-¡DANIEL!
-¡AAH! -grité fuertemente, levantándome del sillón de donde estaba. Mis manos temblaban.
Miré a mi alrededor, viendo que seguía donde mismo.
Miré el reloj: las 4 de la tarde, qué alivio.
Y miré a mi derecha, donde había un Golden Retriever con el hocico abierto, sentado, mirándome.
Sentía mi pómulo derecho húmedo y me sequé con la manga gris de mi camisa.
Esa bola de pelos me lamió, pensé, asqueado.
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The Legend Of The Spirit Wolf.
WerewolfTras la muerte del Zixu, Goethe le advierte a Akrea que su hijo ha muerto y que necesita un nuevo cuerpo, un nuevo portador. Es por ello que Daniel, un chico de 16 años, es el elegido para llevar consigo al Zixu y cumplir con su leyenda: dejar crece...