Capítulo 28.

86 7 0
                                    

-¿Uh?
Lixion se separó de mí y me jaló del brazo para sacarme de ahí.
-¿Qué mierda estás haciendo?
Agarró su abrigo y me envolvió en él para después cargarme.
-Llevándote a mi habitación, por supuesto.
Me sonrojé de nuevo.
-Oh, Daniel. No no, jamás especifiqué para qué -posó su mano en mi trasero para apretarlo-. ¿Tan pervertido eres, pequeño?
-¡No me llames así! -susurré fuertemente mientras caminábamos por aquellos pasillos y subíamos las escaleras-. Y deja de tocarme. Aquí el único pervertido eres tú, idiota.
Lixion exhaló.
-De verdad que tengo ganas de ponerte mi pene en esa grosera boca que tienes. A ver si así te callas.
Lo miré molesto.
Pervertido, pensé.
 
                                                     -------------

-Oye, espera, esto no es una habitación, es la piscina -¿cómo es que no me enteré de este lugar?, pensé.
-Lo sé.
-¿Y entonces por qué...?
Antes de poder terminar mi oración, Lixion me había lanzado a la piscina, impresionándome.
Me sumergí tan profundo que apenas y tuve tiempo de reaccionar y quitarme el abrigo pesado de él.
-¡HIJO DE...! -grité, saliendo a la superficie mientras tocía-. ¿¡Por qué mierda hiciste eso!?
Él sacó un cigarro.
-Te hace falta un baño, niño: apestas.
Lo miré furioso mientras él me miraba con una sonrisa juguetona.
-¿Ah, sí? Bueno...-me acerqué a la orilla donde estaba él. Agarré su tobillo y...-, los perros pulgosos como tú les hace falta un baño también -y jalé de sus pantalones hasta hacerlo caer de enfrente hacia la alberca, subergiéndolo por completo.
Me reí fuertemente mientras intentaba salir de la alberca.
No podía parar de reírme, entonces, cuando por fin había conseguido sacar parte de mi cuerpo para irme, él me detuvo y volteé a verlo.
-¿Qué? -fruncí el ceño.
Pero...pero él...él tenía una mirada...Uh, ¿cómo describirlo? Una mirada sorpresiva, intrigante, jodidamente confusa a mi parecer, y te hacía pensar el qué pasaba por su mente en ese mismo instante.
Es como cuando te preguntas el por qué los insectos se quedan parados en un mismo lugar por horas: ¿estarán dormidos? ¿Muertos? ¿Atentos a lo que los rodea?

Era una mirada que jamás esperé ver en él.
Entre un juego de miradas que hizo que mi corazón latiera como loco, dijo:
-Los niños no deberían de hablar de esa forma -entonces me jaló para que los 2 nos hundiéramos, pero no solo en el agua..., sino en un beso.
Ah, sí, un beso, ¿pueden creerlo?
¡ERA MI MALDITO PRIMER BESO!
¿Qué le diré a la chica que me gusta? Cada vez que la quiera besar voy a recordar a este grandulón hombre guapo.

El beso era suave, pero no solo porque sus labios se sentían bien, sino porque el agua llegaba a perfeccionarlos; él estaba tan pegado a mis labios que impedía el pase de mucha agua a nuestras bocas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El beso era suave, pero no solo porque sus labios se sentían bien, sino porque el agua llegaba a perfeccionarlos; él estaba tan pegado a mis labios que impedía el pase de mucha agua a nuestras bocas.
Mis brazos flotaban libremente mientras trataba de procesar lo que estaba sucediendo; sus manos sostenían con firmeza mi cabeza, impidiendo que me separe de aquellos labios increíblemente reconfortantes.
Abrí los ojos lentamente, intentando acostumbrarme a que el agua toque mis ojos. Y entonces pude notar que él me estaba viendo fijamente con aquellos ojos rojos brillantes suyos; su cabello negro medio largo flotaba hermosamente, como si fueran algas.
Burbujas salieron de nuestros labios.
Pero las respiraciones...Oh, aquel silencio, aquel...pesado sonido, aquella presión del agua sobre nuestros oídos....Jamás me había sentido de aquella forma.
Mi cabello rubio flotó, uniéndose con el de él.
Colores verde y rojo estaban juntos.
Él posó su mano izquierda en mi cintura, dejando la derecha en mi barbilla.
Pronto advertí que era tiempo de tomar aire antes de ahogarme.
Millones de burbujas salieron de mi boca cuando mis labios se separaron muy poco de los de él; millones de golpes fueron los que le dí en aquel pecho enorme desnudo que se podía apreciar a través de su blusa blanca mojada; millones de veces fueron las que intenté alejarme de él.
-¡Mm...! -grité internamente, advirtiendo que me estaba ahogando: ahogándome en sus besos..., ahogándome en el agua.
Él abrió la boca, separando nuestros labios, pero su lengua tocó la mía y la pasó sobre mis labios, quienes se encontraban un poco apretados por la presión que estaba haciendo en mis mejillas con su mano, antes de salir a la superficie.
Tocí fuertemente, respirando rápidamente, con aquel enorme impulso de querer respirar lo más pronto posible.
Mis ojos se vieron un poco cubridos por mi cabello largo.
-¿¡Pero qué sucede contigo!? -grité una vez logré tranquilizar mi respiración-. ¿¡Estás loco!? ¡Casi me matas!
Él solo me miró y...acarició mi rostro, después hizo los cabellos que estaban en mi rostro a un lado para verme mejor a la cara.
Estoy desnudo ante él, pensé, entonces, ¿por qué no siento vergüenza? ¿Por qué siento que me desnuda...emocionalmente? Como si fuera un libro. Como si supiera lo que realmente pasa dentro de mí.

Ese rostro suyo...Jamás lo había visto tan de cerca: puedo ver que es guapo: tiene una nariz fina, unas cejas perfectas, unos labios carnosos y...unos ojos tan bellos.
¿Qué es este sentimiento?
-Eres lindo -me dijo, besándome la frente para después salir de la piscina-, pero molesto.
-¿Qué? -salí yo también-. ¿Y? No es como si yo te hubiera pedido que me secuestraras.
Él me miró de reojo mientras se quitaba el traje.
Oh, por Dios.
Se lo va a quitar.
Se lo va a quitar.
Y se lo quitó todo frente a mí mientras iba por un par de batas blancas.
-¿Te gusta lo que ves? -preguntó, estando de espaldas hacia mí.
Su espalda era ancha, enorme y podías sentir que se sentía como una roca; tenía una piel blanca, linda y, de enfrente, entre todos esos enormes y bien formados abdominales, había una cicatriz. Ahí, justo en los intestinos.
-Me da igual -dije, agarrando la bata que me lanzó-. El cuerpo de las mujeres es mejor.
-Para ser un niño de 16, eres muy vulgar -se puso la bata y se recostó en aquel camastro café al lado mío.
-En la vida aprendes muchas cosas, incluso estando tan joven -me recosté también, al igual que él-. Los demás te forman, ¿sabes?
Él solo prendió un cigarro.
Después de unos segundos, dije:
-¿Qué te pasó?
Él me miró y señaló su abdomen.
-¿Esto? No es nada, en realidad.
-¿Nada? -lo miré-. Si dejó marca es porque fue grave. Quiero saber qué paso.
Fruncí el ceño, sereno.
Él rio.
-Me fascina esa expresión -dejó el cigarro en el cenicero y se acomodó-. Me lo hice cuando tenía 7 años.
-¿Tan temprano? ¿Por qué?
-Tú dices vulgaridades a los 16, no te quejes.
Lo miré furioso.
-Hubo un momento en el que los Mutantes atacaron nuestra aldea, buscando al Zixu: pensaban que estaba ahí; Dios, hicieron un maldito desastre.
Y al final lo encontraron y lo mataron.

Mi familia y yo habíamos recibido un mensaje de que la aldea estaba siendo atacada ante seres que ni siquiera pensamos que atacaríamos tan temprano; mi padre se convirtió en lobo al igual que los demás, dejándonos a mi madre y a mis hermanos solos.
Mi madre se había convertido en lobo, pero daba la misma porque estaba embarazada. Yo ni siquiera podía ser capaz aún de transformarme.
-Pensé que eras El protector.
-Nacimos con ese "don", pero nosotros somos quienes lo despiertan. Debe de ser...una clase de sentimiento.
-¿Sentimiento?
-Es indescriptible, a mi parecer.
Rodeé los ojos.
-Continuaba diciendo que, ante las adversidades que se nos presentaron, tuve que luchar, y en su momento recibí esta cortada.
El imbécil de Akron me encajó la espada de mi padre.
¿Y sabes qué pensé cuando la ví en sus manos?
-No.
-Que él había muerto -Lixion dejó de verme para mirar el techo y agarrar el cigarro.
Pude notar que había marcas de quemaduras en sus manos, aunque eran poco notables.
-Pero no, simplemente lo dejó en cama por toda la jodida vida. Así que espero encontrarme de nuevo con ese hijo de puta de Akron -exhaló aquel humo. Me miró-. Fin del cuento, ¿ya te dormiste?
-Ja, ja, qué gracioso.
Oye, por cierto...
-Señor -dijo una empleada, llegando de imprevisto.
-Adelante -Lixion apagó su cigarro.
-Aquí tiene la lista de los invitados, a parte de la manada, para la fiesta de esta noche.
Le entregó una hoja con unos adornos en dorado.
Lixion miró aquella hoja.
-Quita a Chris, ese imbécil es odioso -le entregó la carta de nuevo-. Llévatelo junto con esa ropa, y has que traegan dos cambios: para él y para mí.
-Sí, señor.
-Puedes retirarte.
Ella se inclinó en forma de reverencia, marchándose.
-Espera...,  ¿fiesta? ¿Cuál?
-Oh, cariño, no te lo he dicho, ¿verdad?
Le paré el dedo de en medio.
Él rio y se levantó para ir a servirse vino.
-Eres la esperanza del mundo, Espíritu de lobo, es obvio que todos querrán conocerte.
-Estás bromeando, ¿verdad? -pregunté, viendo cómo Lixion se acercaba a mí después de tomarse su vino.
Me agarró del cuello y nos miramos.
Su expresión fue tan serena que por unos instantes me dio miedo.
-¿Te parece que estoy bromeando?

The Legend Of The Spirit Wolf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora