Él llegó hasta la fuente y agarró agua para lavarse las manos.
Después se quedó pensando por unos momentos.
-¿Extrañas...a tu familia?
Miré hacia el piso.
-Demasiado.
-¿Y por qué no vas a verlos, entonces?
Apreté mis puños.
-Porque no puedo.
-¿Por qué?
-Porque no puedo salir de aquí: no puedo librarme de nadie de aquí. Todo por...-miré mis manos-. Todo por este inmenso poder. Por esta estúpida leyenda.
-¿No te gustaría verlos? -sonrió.
-¿Puedo? -lo miré con esperanza de que fuera real lo que estaba diciendo.
-¿Por qué no?
-¿¡De verdad!? ¿¡Cómo!?
-¿Ahora sí estás interesado, niño? -dejó de lavarse las manos y se las vio: seguían sucias como antes, así que hizo rechinar sus dientes-. Ni la maldita agua de este lugar puede quitar esto -susurró.
-Haría lo que fuera por verlos: quiero ver a mi madre, a mi padre. ¡A todos!
-¿Cualquier cosa? -sonrió.
-Sí...: lo que sea. Solo quiero irme de aquí y verlos. Quiero que todo regrese a como era antes.
-Cumpliré tu deseo, niño..., pero tienes que dar algo a cambio.
-¿Qué?
-Lo sabías, ¿no? La leyenda del Espíritu de lobo: aquel que engendre al hijo podrá tener un inmenso poder. ¡Podrá hacer lo que sea con la miserable vida de la humanidad! -ante un regocijo inmenso, se abrazó a sí mismo.
-¿Estás diciendo que debo de dejar que tú me la metas para poder crear al hijo del Espíritu de lobo?
-¡Ay! ¡Por supuesto! Como eres un niño pensé que no comprenderías esa clase de temas.
-Las experiencias te enseñan muchas cosas -dije, cabizbajo.
Él alzó una ceja.
-Pero no es a mí a quien debes de recibir, sino a Akron.
-¿Akron? ¿Su líder?
-¡Sí, niño! ¡Increíble! ¡Increíble! -aplaudió.
-Si dejo que usen mi cuerpo para que el hijo del Espíritu de lobo nazca..., ¿me dejarán en paz?
-¿Mm...?
-Quiero decir..., todo este mundo, esta leyenda, todo, ¿dejarán de estar en mi vida? ¿Podré regresar con mi familia y tener una vida normal?
-Claro que sí, pero recuerda: debes de cumplir tu parte.
-¿Y qué si no?
Él dejó de sonreír y después, en un rápido movimiento, dejó crecer sus uñas y las acercó hasta mis ojos.
-¡Morirás!
Me paralicé por completo. Tenía tan cerca aquellas afiladísimas uñas que podían destrozarme los ojos en cuestión de segundos.
Tragué saliva.
Él se rio.
-Perdón, ¿te asusté, niño? Uy, no era mi intención -sonrió.
Miré la fuente.
-Está bien...
-¿Qué?
-Está bien -lo miré-. Cumpliré con esa estúpida leyenda -me acerqué a él lentamente-. Pero si se atreven a engañarme...juro que se arrepentirán.
-Ugh, qué miedo -dijo él, haciéndose hacia atrás-. Estando el Espíritu de lobo contigo no creo que nos atrevamos a hacer eso.
-Bien.
-¡Ah! Pero antes...-agarró el collar que mi abuelo me había dado y que estaba debajo de mi camisa para después arrojarlo a la fuente.
-¡Ey! ¡Eso es mío!
-No es tuyo, es de él -señaló mi bolsillo-. Además, no lo necesitarás a donde vayamos.
-Pero... me lo dio mi abuelo y...
-¿Quieres olvidar este mundo?
-Sí.
-Entonces tienes que dejar todo lo que conlleva ese mundo: el collar es de él, pero si lo dejas, lo dejas a él, ¿entiendes?
-Sí.
-¡Excelente, niño! Vámonos.
De pronto, noté que estaba dejando su cuerpo humano a un lado: sus huesos de repente se hicieron grandes; su carne se desprendió de sus huesos, se abrió y dejó salir una capa gruesa, enorme y llena de plumas; sus manos se hicieron grandes, más peligrosas y con uñas largísimas; unas alas se abrieron con una espléndida ventisca que me empujó no muy lejos; sus cuernos, largos y gruesos, abrieron su cráneo; y su rostro real, fuera de un estado mórbido, se presentó con orgullo: tenía unos ojos blancos, no tenía nariz y su boca era grande.
Justo como un demonio.
Un Mutante.
Sus patas, parecidas a las de un águila, me agarraron.
-¡Eh! ¡Espera!
Y emprendimos un viaje en las alturas.
Podía ver todo desde ahí arriba; el viento me pegaba con ímpetu; tenía frío pero no me importó.
Los pastizales eran pequeños cuadros con diferentes tonalidades en verde. Como una caja de Rubik.
Las luces eran brillantes.
Se parecía a las imágenes del mar que había visto: transparente y con luces.
Era asombroso.
Pero lo fue solo por unos instantes.
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The Legend Of The Spirit Wolf.
Manusia SerigalaTras la muerte del Zixu, Goethe le advierte a Akrea que su hijo ha muerto y que necesita un nuevo cuerpo, un nuevo portador. Es por ello que Daniel, un chico de 16 años, es el elegido para llevar consigo al Zixu y cumplir con su leyenda: dejar crece...