Capítulo 16.

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-Melissa -susurré-. Qué lindo nombre, ¿no lo crees, Byux?
-¿Byux?
-Sí, Byux -mencioné, alargando la "u".
-¿De cuándo acá me llamo así?
-Desde hoy, ¿alguna objeción?
-Me agrada.
-Igual -agarré una manzana de la cocina, mordiéndola-. Por cierto, ¿por qué te llaman Zixu?
-Significa "acariciar con el alma".
-¿"Acariciar con el alma"? ¿Qué significa?
-Soy un espíritu, un alma de un animal ejemplar.
-¿Y por qué "acariciar "? -le dí otro mordisco a la manzana mientras salía de la cocina a escondidas.
-Porque yo hago justicia, mantengo la paz en equilibrio. Soy amor, paz, sabiduría y justicia; eso es como una caricia. Y, como soy un espíritu, un alma, por eso es "acariciar con el alma".
-Ugh, vaya nombre -cuando me terminé la manzana, la dejé dentro de un jarrón de adorno que estaba por el pasillo.
-Eso es desagradable.
Suspiré.
-No es mi hogar, ¿qué esperabas?

Ayer había hablado con Melissa, discutiendo sobre nuestras historias y dudas que teníamos el uno al otro; le había preguntado sobre el líder de toda esta mansión, diciéndome que su nombre era Lixion: un hombre guapo, grande, potente y adinerado.

Subí las escaleras lentamente, encontrándome con unos guardias que me escoltaron.

Él era como el rey de esta manada, Kanux. Melissa me contó que tenía 3 hermanos: Tyrek, el menor; Marshall el que sigue después de Lixion; y Cristina, la que sigue después de Tyrek.
Hasta el momento no sabía quiénes eran exactamente, es decir, no sabía qué apariencia tenían.
También me dijo que su padre se llamaba Andrew, quien lo describió como un hombre de cabello rojizo y ojos azules; un cuerpo grande y de una amabilidad extrema; y que le fascinaba vestir cómodamente y a su manera; era divertido.
Ella tenía 2 hermanos, los que la molestaban: Yael, de 18 años, y Sharon, de 19 años.
Gemelos.

Es un dolor de cabeza mencionar todo, pensé, llegando a mi cuarto para, después de unos minutos de estar dormido al llegar ahí, recibir un mensaje de una de las empleadas de ahí.
-Joven Zixu, vengo a traerle ropa -llamó a la puerta una chica.
-Está bien -ella abrió la puerta y dejó la ropa encima del sillón de por ahí.
-El amo Lixion desea comer junto con usted, así que, por favor, baje al comedor cuando haya terminado.
-¿Comer conmigo? ¿Por qué? -me levanté de la cama.
-Así lo desea el amo -se inclinó en forma de reverencia-. Si no se le ofrece nada más, me retiro, Zixu. Con permiso.
-Gracias - cerré la puerta y me dirgí al baño para bañarme.
-¿Por qué querrá verme? -pregunté.
-No lo sé, pero sería una buena oportunidad para hacer las pases.
-No me jodas -entonces, ví que el shampoo se me había caído-. Mierda. Oye, pásame el shampoo.
-No soy una hada mágica.
-Tienes poderes, ¿no? Pásamelo, me da flojera agacharme a por él.
-Soy un lobo espiritual con la intención de generar lo que la humanidad no puede por su egoísmo...Soy algo supremo, valioso, y tú..., ¿me pides que te pase un shampoo?
-Sí, ¿qué hay con eso?
-Dios, creo que Akrea me metió en un cuerpo erróneo.
-¿Me vas a pasar el shampoo o no?
-¡Que no hago ese tipo de cosas, niño!
Agh!, sabía que eras un inútil.

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Me puse una camisa blanca con un estampado azul marino y con dos líneas horizontales debajo de este dibujo; unos jeans y mis Converse negros que casi siempre uso (uf, los llevo desde la primera vez que vine).
Bajé las escaleras para llegar al comedor y encontrar una hermosa habitación con solo dos platos llenos de comida: uno en el extremo, donde estaba Lixion y otro al lado de este.
Tragué saliva.

-Siéntate -su voz resonó por el lugar, asustándome repentinamente y poniéndome nervioso; era una voz sexy, gruesa y firme

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-Siéntate -su voz resonó por el lugar, asustándome repentinamente y poniéndome nervioso; era una voz sexy, gruesa y firme.
Me senté al lado de él, donde la vista hacia la ventana era visible.
Miré el plato y me dí cuenta de que había sopa de espinacas, verduras y carne, todo acompañado de vino..., aunque yo no tenía vino, sino...¿agua natural?
¿Por qué no me trajo una Coca cola o un Dr. Pepper?, pensé. Hubiera preferido eso. Qué mierda.
-Solo comerás 3 veces al día: la cena es dentro de 6 horas. Si crees que puedes soportar el no comer dentro de ese tiempo determinado, no comas y dale la comida a alguien que sí tenga hambre -dijo, dándole otro bocado a la sopa de espinacas, seguido de un sorbo a su vino.
Agarré el tenedor, listo para comer la carne, pero él me detuvo.
-La sopa es primero.
Lo miré con el ceño fruncido. ¿¡Qué!? ¿¡La sopa es primero!? ¡Eso es una mierda! Uno puede comer lo que quiera y empezar con lo que sea.
¿Quién se cree que era? ¿Mi madre?
Él jamás hizo contacto con mis ojos, así que aproveché a rodar los ojos en forma de molestia.
Sopa tu abuela, pensé.
Y entonces comí la sopa.
¡Odio la sopa de espinacas!
-¿Por qué quisiste comer conmigo? -pregunté, miándolo.
No respondió.
-¿No responderás?
Se limpió con un trapo blanco (de los que usan en los restaurantes) y habló, mirándome.
Detuve mi respiración.
Esa mirada llena de sangre.
-No se debe de hablar cuando estás comiendo. Come, después hablas.
Lo miré enojado, no dándole mucha importancia al asunto y volviendo a comer.

Cuando terminamos de comer, unos empleados recogieron los platos, limpiando la mesa a su vez. Se inclinaron en forma de respeto y se fueron.
-Tu nombre es Lixion, ¿verdad? -él se acomodó su corbata negra.
Llevaba un traje ajustado que marcaba su musculoso cuerpo; era completamente de negro.
-Para tí, "amo" -se levantó del asiento.
-Ja, ahora nos vamos con esa clase de "formalidad", eh.
Me miró, sereno como siempre.
Deberías al menos sonreír un poco, pensé. Me pones tenso.
-Si no quieres hacerme enojar, que no te lo recomiendo, será mejor que sigas al paso de la letra mis órdenes, niño. Ahora, ven aquí.
Me estremecí ante aquella última frase y rápidamente fui con él.
Mi corazón latió fuertemente.
Siento que voy a explotar.
-¿A dónde vamos..., Lixion? -sonreí, molestándolo.
Antes de subirnos al auto, él me miró fijamente.
-Deja de mirarme..., es incómodo.
Se acercó hasta mí, empujándome sobre el cofre del auto.
Me agarró la barbilla, apretándola fuertemente.
Y un aura pesada se generó.
Y sus ojos brillaron.
-Ah..., ¿cómo es que Akre te eligió? -susurró, acariciando con su otra mano mi rostro. Se acercó hasta mi oído-. Eres hermoso..., pero asquerosamente podrido por dentro.
Me lamió la oreja y después se separó de mí.
-La próxima no será solo la lengua.
Se subió al auto y lo encendió.
Me quedé aturdido por unos segundos.
¿Qué había pasado? ¿Qué...?
¿Cómo?
¿Qué quiso decir con lo último?
-Yo...-reaccioné a tiempo antes de que él me dejara.
Ugh.
-¿A dónde vamos?
-A comprarte ropa.
-Oh, ¿y esa amabilidad? -una sonrisa juguetona se creó en mis labios.
No me miró.
-No te creas la gran cosa, niño. Eres un humano, delicado y pequeño. Para los licántropos, es normal que la ropa sea diferente.
¡Genial!, pensé. ¡Podré escapar! ¡Podré ver a mi familia de nuevo!
Solo debo de esperar el momento adecuado.
No debo hacer que él sospeche.
No.

Porque no quiero volver a caer en las garras de ese lobo.
No de nuevo.

The Legend Of The Spirit Wolf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora