The Legend Of The Spirit Wolf.

Capítulo 10.

-¿Puedo verlo de nuevo? ¿Pueden hacer ese ritual otra vez? ¿Puede hablar? -pregunté.
-No, no y sí. Ahora deja de hablar -respondió la anciana.
-¿Por qué no? ¿Realmente es real o era un holograma? ¿Cómo lo puedo llamar?
La anciana me miró furiosa y solamente se volteó para abrir la puerta.
-Por favor..., tengo muchas cosas qué preguntarle.
-Pronto podrás hablar con él cuanto quieras, por el momento no. Toma esto -me dio una bolsa color verde militar.
-¿Qué es?
-Suministros.
-¿Para qué? ¿A dónde vamos?
-Es un largo viaje de aquí hasta la manada Kanux.
-¿Manda Kanux? ¿Por qué iremos ahí? ¿Qué es? ¡Oye, anciana, espérame!
Antes de que se fuera, la agarré de la mano.
Me miró.
-No creas que iré allá. ¡Tengo una familia que me espera! ¿¡Qué pasará con ellos!?
Ella suspiró.
-Mira, niño, olvídate de ellos, ahora tu vida es esta.
-¿Qué? -la solté-. ¿Mi vida ahora es esta? ¡Yo no pedí tenerla! ¡Mi vida como antes era mejor!
No recibí respuesta alguna.
-Por favor..., necesito regresar. Probablemente estén preocupados y buscándome por doquier.
Yo...¡quiero volver a ver a mi familia!
-No puedo..., prometí que te llevaría con él...
-¿Con él? No sé quién mierda sea, pero no iré -me giré para después irme-. ¡Me iré a pie de ser necesario! ¡Y si me detienes...! -la miré furioso-. ¡Juro que encontraré la forma de quitarme a esta cosa de mi interior!
La anciana no dijo nada y simplemente se quedó parada.
Genial..., pensé. Haremos un largísimo trayecto de camino a casa.
-Lo haré.
Me detuve y la miré.
-¿Qué?
-Te llevaré de regreso..., pero si él te encuentra..., olvídate de regresar con tu familia. Y no involucres a mi aldea. Después de esto me olvidarás.
-¿Es eso necesario?
La anciana se acercó a mí.
-Él haría cualquier cosa por lo que es suyo. Si llega a malinterpretar que yo te secuestré..., podría arrasar con mi aldea.
-¿Pero quién es él?
Se dirigó hacia una carreta con un caballo café oscuro con blanco.
-Es mejor que no lo sepas con exactitud. Pero solo te diré que él quiere poseer al Espíritu de lobo.
Me subí a la carreta y nos fuimos.
-¿Poseerme? -reí-. Quiero ver que lo intente.