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CHAPTER 03: TRUST ME.
—Amai, creo que no se irán de ahí en un tiempo —susurró Kokoro, viendo como los ladrones empezaban a hacer un hueco en la pared para comprobar si el dinero estaba ahí.
—Que idiotas son... —murmuró Amai—No nos llevamos herramientas, era imposible que nosotras escondieramos el dinero dentro de la pared.
—¿Ahora qué haremos? ¿Esperamos a que terminen para ir a la segunda planta?
—No —respondió rápidamente—. Es mejor ir pensando en un segundo plan.
Amai cerró los ojos, intentando pensar en algo. De repente, la imagen del sótano le llegó a la mente.
—¡Ya lo sé! —abrió los ojos, mirando a Kokoro. Empezó a caminar hacia el lado contrario al que estaban mirando, dejando a su acompañante confundida.
—¿Qué se te ocurrió? —preguntó, siguiéndole el paso.
—Hay una bóveda en el sótano —explicó, acelerando su paso. Dió un pequeño vistazo al tiempo que quedaba, viendo que quedaban sólo doce minutos en el reloj—. Nos esconderemos ahí.
—Tienen armas —comentó lo obvio—. Nosotras también tenemos, pero es mejor protegerse que pelear.
—Que tengan armas no significa que nos vayan a disparar.
—Le dispararon a nuestro compañero, Kokoro —la miró con ironía—. Existe una gran posibilidad de que vengan por nosotras y nos obliguen a decirles donde está el dinero, y nos matarán si no les decimos.
—¿Y si nos matan ellos ganarán?
—No lo creo. Las reglas del juego dicen que los ladrones ganan sólo si encuentran el dinero. Así que si nos matan de igual forma tendrán que buscar el dinero —llegó a la puerta del sótano y su mano quedó elevada a unos centímetros de la manija.
—¿Qué pasa?
—Nada —negó con la cabeza para rápidamente intentar abrir la puerta, pero ésta no abrió. Estaba cerrada con llave—. ¡Maldición!
—¿Está cerrada con llave? —preguntó y Abe asintió con la cabeza.
—Tengo una idea, pero es muy arriesgada —anunció, tomando su arma lentamente.