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chapter 19.

CHAPTER 19: RESEARCH.

    Se removió en su cama al momento de despertarse gracias a la luz solar que se asomaba por los espacios libres que daban las cortinas, para después sentarse en la cama todavía con los ojos cerrados.

    —Sólo agradezco venir a este lugar porque no había dormido tan bien desde hace tiempo —murmuró, arreglando su cabello con sus manos que se había despeinado al momento de dormir.

    Una cama grande y suave, sumándole aire acondicionado. Desde que había llegado a aquel oscuro Tokio no durmió más que en muebles y colchones duros, o en tiendas de campañas, o en futones* que logró encontrar en alguna que otra tienda. Y, por fin, después de tanto tiempo, logró encontrar un buen lugar para dormir en el que quisiera dormir para siempre. Pero no estaba en un lugar que le gustase al 100%.

    Después de unos minutos de estar mirando hacia la nada agarrando fuerzas se levantó lentamente de la cómoda cama, dirigiéndose al baño para tomarse una ducha corta y lavarse los dientes.

    Al momento de estar más despierta y más animada estiró su cuerpo completamente, tomando el único traje de baño que era de su talla para volverselo a poner. No sabía a quién acudir para buscar nuevos trajes de baño, así que le preguntaría a Kuina cuando la viera ya que llevaba más tiempo que ella.

    Tendió su cama y al momento de terminar volvió a sentarse en ella, sin saber que hacer. No quería salir y encontrarse a Niragi, Aguni o el Sombrerero, pero tampoco podría quedarse encerrada todo el día en su habitación, ¿o sí?

    Decidió levantarse y salir lentamente de su habitación para por lo menos caminar un rato, sin saber exactamente a donde ir. Quería buscar a Arisu, pero ni siquiera sabía donde quedaba su habitación. Se sintió una completa tonta al recordar que en ningún momento se le ocurrió preguntarle al chico ese detalle.

    Se topó con algunas personas en su caminata disfrutando de su vida, dándose cuenta que ella en ningún momento fue así y no creía serlo en un futuro. Nunca bebió, nunca fumó, nunca se drogó, nunca fue a fiestas. Pero vivió su vida se su propia manera, y eso estaba bien para ella.

    Después de todo, fueron sus amigos quienes la ayudaron a vivir su vida para que se adapte a su estilo de vida.

    Tropezó con una persona que caminaba un tanto rápido, haciendo que la chica se alarmara creyendo que era alguno de los militares. Pobrecita, la tenían traumada.

    —Lo-Lo siento —se disculpó en un tartamudeo, aunque al momento de levantar su vista su expresión se alivió completamente—. ¿Usagi?