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Eirian se ubicaba recostado en la cama. De vez en cuando, podía escuchar los pasos de Franco pasando por ahí, pero no era capaz de abrir los ojos, pues los mareos se apoderaban de él apenas miraba el techo, sin mencionar las fuertes punzadas en su nuca. El chico, incluso, lo llegó a comparar con aquel dolor que sufrió cuando le dio el famoso COVID.

Pasaron las horas y no fue hasta en la noche que el chico comenzó a sentirse mejor, a tal punto de que, aunque le costaba, podía levantarse de su cómoda cama. Pero fue cuestión de segundos para que el dolor en las sienes y esa sensación de mareo provocaran en Eirian la necesidad de vomitar.

Inmediatamente, el castaño corrió a su baño personal para desechar lo que posiblemente era lo único que había comido durante el día. Una vez finalizado el proceso, regresó la mirada a la cama, casi juraba que esta le hablaba, aunque, dejó de ponerle atención cuando vio su teléfono en su buro.

El móvil vibró constantemente hasta que Eirian lo tomó.

Era una llamada de Lucas.

Eirian no tardó en contestarle, pues se sentía avergonzado de la actitud de su tío hacia ellos y quería disculparse.

-Hola.

Inmediatamente, del otro lado de la línea resonaron varios gritos poco entendibles, pero era clara la voz de Marcos reprochándole al chico un sinfín de cosas, aunque la voz de Lucas no tardó en resonar.

-¿Cómo te encuentras?, ¿mareado?, ¿te duele la cabeza?

Lucas parecía tener un buen conocimiento respecto a los síntomas que presentaba Eirian en ese momento.

»Si es así, es debido a la desconexión indebida de tu tío. Tomate una Paracetamol. Tal vez ayude.

Eirian cambió de tema, sin avisar:

-Lo siento. -Se disculpó, haciendo que del otro lado de la línea, su amigo se quedara en un silencio algo incómodo-. Mira, ya sé que mi tío me desconectó y la manga del muerto, pero la manera en la que te trató no fue la correcta.

Lucas tardó en darle respuesta:

-No te preocupes -dijo entre susurros.

-Ahora que ya me desahogué. Que te dije hasta de lo que te ibas a morir... -intervino Marcos, dejando sus gritos de lado-. Aquí viene la pregunta más importante: ¿Te gustó el juego?

Marcos miraba el teléfono con ansias, esperando que Eirian le diera la mejor de las reseñas, que le dijera que era un genio, que tenía razón, que el juego era una maravilla y que a pesar de que los In Ear costaran aproximadamente quinientos dólares, Rojas los compraría sin chistear. Pero no, lo único que recibió fueron características frases de sarcasmo.

-¿Que si me gustó? -Eirian echó una risa sonora-. ¡Una, casi soy asesinado por unas bestias!, ¡dos, casi me matan unos Pitufos! y para rematar ¡Me encuentro con el insoportable de Alex! -Cambió su indignado tono de voz por uno más calmado y espeluznante-. ¿Crees que me gustó?

El silencio nuevamente se apoderó de los tres amigos. Pero para mala suerte de Eirian, Marcos no pareció entender su lenguaje del sarcasmo:

-¿Sí?

Eirian quería ahorcarlo en ese momento.

-Alex está arrepentido de lo que hizo. -Habló Lucas-. ¿Cuándo harán las paces? Ya no es lo mismo si no estamos todos juntos. Ya perdónalo.

-Después de ser testigo de todo lo que me hizo, ¿sigues defendiéndolo? ¡¿De qué lado estás?!

El tema de Alex era algo que a Eirian le alteraba. No quería ni mencionarlo, ni verlo.

OAXO "¿TE ATREVES A JUGARLO?" [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora