Capítulo 5

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Sus labios se tocaron suavemente. Martin iba despacio, animándola a corresponderlo y ella no pudo resistirse durante mucho tiempo, terminó rindiéndose y le correspondió.

Estaban concentrados solo el uno en el otro, en el sabor de sus labios, en las sensaciones que les despertaba el beso, sus lenguas se encontraron... como si todo alrededor se hubiera detenido.

Martin y Alicia solo se separaron cuando escucharon a los aplausos de los demás. Alicia se puso muy avergonzada con la situación.

- Vaya, para quién no quería besarlo... tu muy bien, ¡hermanita! - bromeó Julieta, soltándose una carcajada seguida por todos.

Alicia estaba anonadada, no supo qué decir, así que prefirió quedarse callada. Miró de reojo a Martin y se dio cuenta de que él la miraba intensamente.

La cena siguió como si nada, pero sentado a la distancia, Sergio miraba a la pareja con amargura y odio.

Los dos regresaron a casa en absoluto silencio.

- ¿No vas a decir nada? - preguntó Martin al entrar a la habitación.

- ¿Qué quieres que te diga? - dijo nerviosa.

- No lo sé... que te gustó el beso, por ejemplo. - respondió sonriendo.

- ¡Te aprovechaste de la situación para besarme! - le dijo seria.

- Es cierto, no lo niego. ¡Pero para besar se necesitan dos! – habló él, mirándola.

- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó con incredulidad.

- ¡Que correspondiste el beso!

Alicia se quedó sin habla. Martin, aprovechando su estado de inercia, se acercó y la agarró de la cintura.

- ¿Y si seguimos desde dónde nos interrumpieron? - le propuso mientras se acercaba más a su boca.

- ¡Estás loco! - Alicia dijo, tratando de soltarse de su agarre.

- Sí, ¡estoy loco por volver a sentir tu boca sobre la mía, Alicia!

- ¡Por favor, suéltame!

Martin era un caballero y nunca la besaría a la fuerza, así que la soltó.

- ¡Mejor me voy a dormir! - Alicia dijo sin mirarlo y se fue al baño a cambiarse.

"¿Me estoy enamorando de Alicia Montiel?" - pensó Martin, mientras se quitaba el traje de la cena.

Alicia se tardó solo unos minutos para ponerse el pijama.

- ¿Qué estás haciendo? - le preguntó Martin, al verla poner un montón de almohadas en medio de la cama.

- Dividiendo la cama. – contestó, molesta.

Alicia siguió agarrando almohadas y haciendo una línea divisoria en la cama mientras trataba de ignorar al máximo sus miradas insistentes.

- ¿Acabaste? - preguntó con una sonrisa.

- Sí, ¿Por qué?

- ¡Porque quiero acostarme! – habló él, quitándose los pantalones y quedándose solo en calzoncillos y una camiseta. Luego se acostó.

- ¿Vas a dormir así? - preguntó ella, sin poder guardar silencio.

- ¡Suelo dormir desnudo! – dijo sonriendo, pero al ver la cara de sorpresa de Alicia, ya no quiso provocarla - ¡Estaba bromeando!

- ¡Muy gracioso! - murmuró Alicia, acostándose en seguida y volteando a un lado - ¡Tienes que entender que te estoy pagando por ser mi acompañante y nada más!

El acompañante (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora