A la mañana siguiente, Alicia se despertó tarde. Estaba sola y con un tremendo dolor de cabeza. Se preguntó dónde estaba Martin, pero pronto su pregunta fue respondida con su entrada a la habitación.
– ¡Buenos días, Alicia!
- ¡Buenos días, Martin!
- ¿Te sientes bien? –preguntó él, notando que ella estaba desmejorada.
- No... ¡siento que mi cabeza se va a explotar! - dijo Alicia, mirándolo.
- Te pediré una medicina... esperame un minuto, ¡ahora vuelvo! - dijo atentamente y se dirigió a la puerta.
- No, no hace falta. ¡Quiero hablar contigo! - intervino Alicia, impidiéndole que se fuera.
- ¿De qué quieres hablar? - preguntó Martin, sentado frente a ella en la cama.
- Quiero disculparme por lo de anoche ... ¡Bebí demasiado y seguramente dije alguna tontería! - ella evitó su mirada.
- No hay nada de que disculparte... ¡Necesitabas a esa borrachera!
- Aún así, quiero que me perdones. ¡Eres mi acompañante, no mi nana!
- ¡Olvídalo! - dijo sonriendo.
Y así se hizo un incómodo silencio entre ellos, Alicia apenas podía mirar a Martin. Su sonrisa pícara y esos ojos intensos la dejaban desconcertada.
- ¿Vamos a dar un paseo? - preguntó Martin, rompiendo el silencio.
- ¿Adónde quieres ir?
- A donde quieras llevarme... ¡Conozco muy poco de México!
- Está bien, me arreglo y nos vamos. - Alicia dijo, levantándose.
- ¿Y tu dolor de cabeza? - preguntó preocupado
- ¡No te preocupes, pronto se me va a quitar y antes de que nos vayamos me tomo la medicina! - ella le sonrió.
"Es tan atento! "- pensó Alicia.
Después de media hora, estaba lista.
- ¿Adónde vamos? - preguntó Martin, curioso.
- ¿Sabes patinar sobre hielo?
- ¡No!
- ¿Vives en Londres y no sabes patinar sobre hielo? – le preguntó, divertida.
- No he tenido la oportunidad de aprender.
- ¡Pues entonces te enseñaré!
Pasaron todo el camino hablando de varios temas. Bueno, al menos Alicia era quien más hablaba. Estaba súper emocionada, Martin solo la escuchaba y decía algunas cosas de vez en cuando, pero su atención estaba completamente en Alicia.
- ¿Segura que sabes patinar, Alicia? – le preguntó con incertidumbre mientras la miraba ponerse los patines.
- Para tu información, soy una gran patinadora. - contestó tratando de parecer seria.
– ¡Bueno, entonces haz una demostración! - habló sonriendo.
- Está bien ... ¡Mirame y aprende! - dijo mientras entraba a la pista de hielo.
Alicia empezó a patinar en círculos, luego agarró velocidad e hizo algunos saltos, dejando a Martin con la boca abierta.
- ¿Ahora confías en mí para enseñarte? – le preguntó, acercándose.
- Vaya... ¡Eres muy buena! ¿Has pensado alguna vez en ser una profesional?
- No, esto es solo un hobby... ¡y no te hagas, ven acá! — dijo Alicia, tendiéndole la mano.
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El acompañante (ADAPTACIÓN)
Roman d'amourAlicia Montiel se va a Londres para huir de los recuerdos de su casi matrimonio fallido con Sergio Carranza. Allí se convierte en una respetada profesional, pero su vida amorosa nunca se recuperó después de lo sucedido. Ahora, después de 10 años lej...