Capítulo 18

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Alicia corrió lo más rápido que pudo y, cuando finalmente llegó a su habitación, cerró la puerta con el seguro y se tiró a la cama.

"¿Cómo pude creer que él era diferente?" - pensó mientras las lágrimas corrían por su cara.

No pasó mucho tiempo y Alicia escuchó muchos golpes desesperados en la puerta.

- Por favor, Alicia, ¡abreme la puerta! – pidió Martin.

Él no recibió respuesta.

Alicia, mientras trataba de contener su llanto para que Martin no la escuchara, se levantó con todas sus fuerzas y volvió a empacar.

"Dios mío, me arrepiento de haberme enamorado de él ... todo lo que pasamos juntos fue una farsa, solo estaba haciendo su trabajo de acompañante. Él solo seduce a las mujeres, las lleva a la cama y luego las tira. "- pensó mientras ponía su ropa en las maletas sin siquiera doblarla.

Martin seguía tocando la puerta y gritando el nombre de Alicia. Estaba muy nervioso, ya no sabía más que hacer para que ella lo escuchara.

Después de empacar sus cosas, ella tomó el teléfono y llamó a la única persona que estaba segura de que la apoyaría.

– ¿Hola, Fedora? - Alicia dijo tratando de calmarse.

–¡Amiga querida del alma! Al fin te acordaste de mí. - dijo bromeando.

- ¿Puedo quedarme en tu casa? - preguntó entre sollozos.

- ¿Qué pasó? ¿Estás bien? - se preocupó.

- Estoy bien. No quiero dar explicaciones por teléfono ... solo ven a buscarme lo antes posible, tengo que irme lejos de aquí.

- Está bien. ¡Cálmate, ya voy para ahí!

Alicia le pasó a Fedora la dirección y esperó mientras miraba por la ventana... Martin todavía no había dejado de llamar su nombre, pero no le respondió.

- ¡Por favor, mi amor, déjame entrar! – exclamó ya desesperado.

"Ella no debió haberme escuchado decir esas cosas ... ¡Alicia nunca me perdonará!" – pensó en silencio, tratando de escuchar algo detrás de la puerta.

Cuando Alicia finalmente vio el coche de Fedora entrando y estacionando en la puerta principal de la casa, se llevó todas sus cosas y abrió la puerta de la habitación. Martin, que estaba sentado en el piso del pasillo, se levantó cuando escuchó el ruido del seguro y supo que lo que más temía estaba sucediendo. Ella se iba.

- Alicia, por favor, hablemos. – le rogó.

Alicia respiró profundo y otra vez contuvo su llanto.

- ¡No tenemos nada de qué hablar!

- Lo que escuchaste no... - trató de decir, pero fue interrumpido.

- Sé muy bien lo que escuché... no te preocupes. Si realmente estoy embarazada, voy a hacerme cargo del niño sola. ¡Puedes volver a tu vida sin un niño que se interponga en tu camino! - dijo dándole la espalda y saliendo.

- Escúchame, Alicia... ¡solo estoy confundido! - Martin dijo tomándola del brazo.

- ¿Y cómo crees que estoy yo? No pensaste en mis sentimientos, ¿verdad? Ahora es demasiado tarde... me pregunto cómo fui tan estúpida para entregarme a ti en cuerpo y alma. ¡Eres incluso peor que Sergio! - dijo alejándose de su agarre.

Martin se quedó parado en el mismo lugar, mirándola alejarse. Las últimas palabras de Alicia se quedaron grabadas en su mente.

"¡Eres incluso peor que Sergio!"

El acompañante (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora