Capítulo 22

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- Afortunadamente, logramos detener el sangrado y el bebé está bien por ahora. La condición de la paciente es estable, pero aún hay riesgo de perder al bebé. – habló el doctor.

Martin suspiró aliviado. Alicia no había perdido al bebé, eso sí era una buena noticia, aunque no era todo lo que el doctor tenía para decirles.

- Este será un embarazo muy riesgoso para la señorita Alicia y el bebé... mañana haremos algunos exámenes médicos, y dependiendo de los resultados, sabremos cuáles son los siguientes pasos para llevar el embarazo lo más lejos posible, pero es muy probable que el bebé nazca prematuramente. Ahora lo importante es garantizar que ella descanse y no tenga emociones fuertes, ¡la vida de la paciente y sobre todo la del bebé dependen de ello! – dijo mirando a Fedora y Martin muy serio.

- No se preocupe, haré todo lo que esté a mi alcance para que los dos estén bien. – habló Martin con preocupación - ¿Cuándo podremos verla?

- Pueden verla ahora, ya está en una habitación. - respondió el médico y poco después llamó a una enfermera y le pidió que los acompañara a la habitación de Alicia.

Ella estaba despierta y cuando vio a Fedora entrar por la puerta, logró esbozar una débil sonrisa.

- Fedora, qué bueno verte ... ¡tuve tanto miedo de perder a mi bebé! - dijo abrazándola.

Martin se quedó parado, mirándolas a la distancia ...

- No te preocupes, amiga querida del alma. Ahora todo está bien. ¡Nos vamos a asegurar de que sigas todas las recomendaciones médicas! – le dijo sonriente.

- Me asusté mucho, no sabía qué hacer y no contestabas el teléfono. - Alicia expresó con los ojos llorosos al recordar los momentos de angustia y miedo que había pasado.

- Tranquila, no puedes tener esas emociones fuertes. Piensa en tu bebé, ¡lo peor ya pasó y ahora todo estará bien! – Fedora trató de calmarla.

Alicia asintió y, secándose las lágrimas, al fin se dio cuenta de la presencia de Martin. Cuando sus miradas se encontraron, su corazón se aceleró.

"¡Todavía está aquí!" - pensó Alicia, sin dejar de mirarlo.

Fedora, notando el intercambio de miradas entre los dos, se disculpó con la excusa de que iba a la cafetería y los dejó solos para hablar.

Martin se acercó a la cama de Alicia.

- ¿Como te sientes? - preguntó mirándola preocupado, todavía se veía muy pálida.

- ¡Mejor! — respondió, mirando hacia otro lado. No se sentía muy cómoda hablando con Martin.

Se quedaron en silencio un rato.

- Gracias por ayudarme cuando te llamé ... ¡si no fuera por ti habría perdido a mi hijo! – Alicia lo miró con una pequeña sonrisa.

-¡Nuestro hijo! – él la corrigió - No tienes nada que agradecerme, nunca me perdonaría si les hubiera pasado algo. - dijo sin dejar de mirarla.

"¡Nuestro hijo!" - Alicia repitió mentalmente mientras lo miraba en silencio.

El incómodo silencio que se hizo otra vez en la habitación fue interrumpido por la llegada de Fedora. Martin se alejó de la cama de Alicia y se paró junto a una ventana fingiendo mirar afuera, estaba dispuesto a no dejar sola a Alicia de nuevo.

- Lo siento, amiga. No puedo quedarme aquí contigo toda la noche, mañana temprano tengo una junta fuera de la ciudad y tendré que irme de viaje por unos días, pero ahora no sé qué hacer ... ¡no puedo dejarte sola en este estado! - dijo Fedora preocupada mientras se sentaba en una silla al lado de la cama de Alicia.

El acompañante (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora