Yamamoto Taketora

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—¿No crees que tu novio exagera? -preguntó una de las amigas de Izumi.

Se sabe que la chica se enamoró del chico con mohicano por las atenciones que le dio durante sus citas.

Izumi es una chica de tercer año del Nekoma, al igual que su novio.

—¿Exagerar? -preguntó con cierta duda Izumi.

—Sí -respondió otra de sus amigas.

—Él es así, siempre trata de darme algo de atención y  además de querer cuidarme.

—¿Pero no te cansas?

Izumi no respondió. 

Se empezaba a cansar de escuchar esas palabras viniendo de esas chicas que consideraba sus amigas.

Las chicas rieron y la campana sonó interrumpiéndolas.

—¿Yamamoto-san vendrá por ti, cierto?

—Sí, vendrá -respondió Izumi.

Él chico fue por su novia hasta el aula en donde se encontraba. La llevó a la parte trasera de la escuela para que pudieran almorzar de una manera tranquila.

—¿Estás bien? -preguntó el chico rompiendo el silencio que los acompañaba.

—Claro... Solo estoy pensando.

—¿Pensando? -preguntó el chico e Izumi asintió- ¿En qué?

—Sobre algunas cosas que las chicas me dijeron.

—Es... ¿Sobre nosotros?

Izumi miró a su novio algo sorprendida.

Taketora sabía que no le agradaba a las amigas de su novia. O al menos no a la mayoría.

¿Pero acaso a ella le importaba lo que dijeran sobre él? ¿Ella cómo tomaba esos comentarios?

—Sí... Pero realmente no me interesa -sonrió la chica.

—Y-yo... Lo lamento.

—¿Por qué te disculpas? Ellas no saben que realmente me gusta estar contigo y no necesito explicarles el por qué te quiero.

Taketora sonrió con orgullo, sabía que la chica de la que se enamoró no podría defraudarlo y mucho menos burlarse como sus amigas y quizás otras chicas hacían.

El chico terminó su almuerzo y se puso de pie, para después sentarse en el suelo, quedando a los pies de su novia...

—¿Qué haces? Te ensuciarás y será difícil de limpiar.

—¿Sabes que te quiero? -preguntó el chico mirando a Izumi.

El sonrojo en el rostro de la chica llegó solo en segundos.

—Eres la única chica con la que puedo hablar sin ponerme nervioso... Al menos ahora -dijo y ambos sonrieron- Y amo que cuides de mí, que tú... Me apoyes.

—Y siempre lo haré.

De un momento a otro, el rostro de Taketora cambió de felicidad a tristeza. 

La chica mostró confusión y preocupación.

—Y es por eso que no puedo llevarte conmigo a esos rechazos. Jamás me perdonaría que las chicas que dicen ser tus amigas o incluso otras personas se burlen de ti... Por mí.

Taketora se puso de pie y al momento Izumi tomó una de sus manos, haciendo que su bento cayera al suelo.

—Hey, ten cuidado -dijo Taketora de manera dulce. Levantó lo que quedaba de aquel bento para colocarlo a lado de la chica- Sé que parece loco -rió- Quiero que seas feliz, quiero tu felicidad aunque me cueste la mía.

Taketora tomó sus cosas. 

Antes de irse, miró a la chica. Quería llorar pero no lo haría frente a ella.

Ambos se miraron y se acercó para besar la frente de aquella chica quién miraba todo sin procesar lo que pasaba frente a ella.

Mientras tanto, Izumi vio como Taketora se alejaba, terminando con lo que alguna vez tuvieron.


[...]


Semanas después, la escuela Nekoma se enteró que el equipo de voleyball jugaría un torneo para buscar un pase a las nacionales.

Izumi iría junto a dos amigas. Las verdaderas amigas y no las otras chicas que decían cosas de Taketora. Fueron vestidas casual.

Cuando se encontró con Akane, no evitó llorar junto a ella.

Izumi vio los partidos del Nekoma, ganaron un último partido para jugar con una escuela que tomaba fama rápido, aquella escuela de cuervos.

Antes de que el equipo del Nekoma entrara a la cancha, Izumi se despidió de sus amigas y de Akane.

Caminó en medio de aquellos pasillos mirando a jugadores tristes, motivados y algunos asustados.

-Hey Izumi-san ¿No te quedarás a ver el juego? -dijeron detrás de ella. La chica volteó encontrándose con Yaku- Hola.

—Yaku-san, hola... No, creo que es momento de irme.

—Lo entiendo, pero de verdad no quieres quedarte ¿Un momento?

—Yaku-san, los he estado apoyando desde el principio -dijo Izumi sonriendo.

—Lo sé, siempre miro hacia quienes nos apoyan y Akane-san estaba contenta, gritaba más que de costumbre -dijo riendo aquel líbero-.

Ambos rieron por un momento antes de despedirse.

—¡Yaku-san, es hora! -gritó el chico de primero famoso por ser alto y mestizo.

—Mucha suerte Yaku-san, estaré feliz de recibirlos en la escuela como ganadores.

—¡Y así será. Gracias Izumi-san!

Detrás de Lev, se encontraba aquel chico de mohicano. 

Yaku no se sorprendió de verlo ahí, pero si se sorprendió al ver a su amigo con una mirada triste hacia donde se alejaba aquella chica.

—No hiciste nada -susurró Yaku.

—No puedo.

—Lev, vámonos.

El líbero y la futura estrella se fueron dejando solo a Taketora. Aquel chico miró y dudó. 

Al final, decidió lo que haría. 

Aunque ganaran o perdieran, él iría con Izumi para buscar de nuevo a su chica, a la chica que incluso sin ser nada, estuvo ahí por él y por el equipo. Lo sabía bien aunque no se lo hubiera dicho. 

Él la conocía.

Y ella a él.

Sabían que se encontrarían, pero no sabían cuando ni donde.

El destino jugaría a sus favor.

O quizás nunca lo haría.



𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 - 𝑯𝒂𝒊𝒌𝒚𝒖𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora