Lev Haiba

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—Así que la niña sigue triste -dijo Satori cruzándose de brazos.

—Sí y deja de decir eso, te escucha -reprochó Reon.

—¿Qué te parece hacer algún postre? -el pelirojo se acercó a ella- Mañana es el cumpleaños de Reon.

—Igual que el de Lev -susurró la chica cubriéndose más el rostro.

—¿No tienes el número de la chica? -preguntó Satori a su amigo.

—Vamos.

La chica mientras se acomodaba en el sofá quedó dormida, quizás el estar triste la ponía así.

La cosa era esta, ambos se conocieron en una tienda de postres hace un año. Lev iba por su propio pastel de cumpleaños así como Eri iba por el de Reon.

Ambos siendo como imanes, coincidieron en el pedido, desde ahí, se formó una amistad. 

Poco a poco se fueron conociendo, no importaba en que escuela estudiara cada uno, a ninguno le importaba y de igual manera, tampoco que ella apoyara al equipo del chico medio ruso y no el de su primo Reon.

Cuando ellos estaban por pasar al último año de preparatoria, empezaron a salir hasta formalizar su relación. Ahora están a unos días de salir para irse a la universidad, así como también hace unos días, ambos terminaron su relación.

Por la noche, la chica seguía en el sofá de su primo, pues era costumbre que ella asisitiera a todos sus cumpleaños incluso con una semana de anticipación.

—Hey -llamó Satori con dulzura, la chica lo miró- He traído algunos ingredientes y tu primo quedó con unos amigos en el supermercado, eh... Por si gustas, ya sabes, hacer postres -dijo sonriendo para después irse a la cocina.

Eri solo lo miró irse.

Era solo un cumpleaños... De igual manera le afectaba era claro. Pero estaba ahí por Reon, por su primo y no por Lev.

De hecho, llegó el mismo día en el que todo terminó.

¿Por qué terminó? ¿No podían tener una relación a distancia? ¿O Lev estaba interesado en alguien más?

No. No debía de importarle, eso le haría más daño.

Se levantó y poco a poco caminó hasta la entrada de la cocina. Miró la espalda de Satori y como tenía un delantal puesto. Miró la isla de la cocina y estaba llena de muchos ingredientes.

—Satori -llamó en un susurro.

El chico volteó y sonrió.

—No quiero obligarte.

—Quizás eso me distraiga -sonrió  Eri.

—Si ese es el caso, te invito a mi paraíso -Eri sonrió y tomó un delantal.

Satori contaba algunas anécdotas haciendo reír a la chica.

Incluso lanzaba algunas preguntas para que Eri pudiera entrar en la charla. El método del pelirojo era bueno.

La puerta de la casa sonó y ambos sabían que era Reon.

Ambos miraron al chico en la isla de la cocina.

—Tardaste mucho -dijo Eri mirándolo.

—Tenía asuntos pendientes y uno de ellos te espera en la puerta.

El corazón de la chica se detuvo un momento y después empezó a latir con fuerza.

No quería imaginar a que se refería Reon... ¿Era lo que ella pensaba?

𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 - 𝑯𝒂𝒊𝒌𝒚𝒖𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora