Wei Wuxian vuelve a la vida después de dieciséis años. Su aspecto físico sigue siendo el mismo que tenía antes de caer al abismo en la batalla de Ciudad sin Noche.
Se encuentra en un lugar frío en los Recesos de las Nubes. Confundido y desorientado...
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Casi todos los sentidos de Wei Wuxian dejaron de funcionar al escuchar las palabras de Lan Xichen.
Quince años. Wangji desapareció.
Dos noticias que no lo están dejando respirar. Su mente automáticamente pensó lo peor. Muerte. Parpadeó para contener lo que podría ser sus lágrimas, sintió la calidez de su núcleo dorado, era tan extraño. Era como si fuera alguien más dándole un consuelo y tratara de eclipsar todas sus confusiones. No entendía nada o tal vez entendía mucho y no sabía como procesar la información.
Ver a Lan Xichen no le estaba ayudando, comprendía que era el hermano de su Zhiji, pero hace mucho que ya no confiaba en él y en ningún líder de secta. No después de todo lo que había pasado, ese misma persona que estaba frente a él había levantado su espada en contra suyo y contra las personas que había querido proteger.
—Joven Maestro Wei—. Lan Xichen lo volvió a llamar por segunda vez. Ya no lo estaba apuntado con Shuoyue y el tono de su voz era más suave de lo que recordaba — No es seguro hablar acá. Por favor, acompáñeme.
—No.
Eso fue automático, sea cuál sea el motivo que lo llevó a terminar en los Recesos de las Nubes no cedería ante su petición y aunque sabía que el Líder de la secta Lan era uno de los cultivadores más fuertes y que tal vez en su condición podría ser derrotado por él al no tener un arma, ni siquiera sabía si podría usar su cultivo demoníaco para defenderse. No quería rendirse con tanta facilidad.
Lan Xichen vio la desconfianza en sus ojos. Sabía leer las expresiones de los demás y en especial las de su hermano. Le dolía pensar en él, habían noches como esta en las que el sueño no llegaba, agobiado por tantas cosas inconclusas y también por una infinita culpa. Las pesadillas siempre le recordaban el deseo de un perdón desesperado, ya que sentía que Lan Wangji nunca lo perdonaría y eso no lo había dejado en paz en todos estos años.
Puede recordar los últimos meses que estuvo junto a él, las heridas de su espalda y el castigo que presenció. Sobrevivió, pero una noche sin un anuncio, sin despedirse. Sólo con una petición escrita y dejada en su Hanshi con solo con una demanda adosada a una súplica. Una que a cuidado y protegido como propia hasta el día de hoy.
—No le haré nada—. divisó rápidamente lo que Wei Wuxian estaba tratando de esconder de su vista. —Pero si seguimos acá alguien vendrá y no estoy seguro de cómo puede terminar esto.
Wei Wuxian no quería demostrarle que estaba un poco asustado y agobiado. Quería respuestas, las necesitaba pero su desconfianza a todo esto no le dejaba ceder. Pero algo en él le seguía transmitiendo un susurro a un voto de confianza, como si le estuviera pidiendo un favor, uno con él cual estaba luchando tanto. Por eso, después de lo que fueron unos minutos interminables. Accedió.
Sin decir nada dio un paso hacia él y Lan Xichen comprendió. Caminaron en silencio, la residencia del Líder se encontraba a poca distancia del bosque y atento a cualquier movimiento o ruido extraño en caso de que algún discípulo estuviera cerca por sus rondas nocturnas, llegaron al Hanshi sin inconvenientes después de unos minutos.
Wei Wuxian se detuvo cerca de la puerta al momento en que Lan Xichen la cerró. Este se dio cuenta de su desconfianza y por eso trató de darle su espacio y con la gracia sigilosa de un Lan fue hasta su mesita de centro para preparar un poco de té. Wei Wuxian lo observó y aún sin moverse dio un vistazo rápido a la habitación en que se encontraban. Todo estaba rodeado de colores blancos y distintos tonos azules. Espacio amplios que se dividían en pantallas de privacidad. Había un olor en particular pero no podía distinguirlo, por un momento pensó en Lan Wangji y en su majestuoso olor a sándalo. El recuerdo de las palabras de Lan Xichen dieron un vuelco completo en su interior. Lan Wangji, su Lan Zhan estaba desaparecido.
—¿Cuantos años han pasado desde mi muerte?—. fue la primera pregunta que le hizo. No quería sonar autoritario, pero si lo fue.
—Dieciséis—. Lan Xichen respondió inmediatamente sin mirarle mientras le servía un poco de té de Jazmín. Esperando que Wei Wuxian aceptara sentarse frente a él.
Eso significaba que Lan Wangji desapareció un año después. —Disculpa mi atrevimiento pero no puedo dejar de pensar en esto ¿Por qué te siento tan sereno ZeWu-jun?—. era algo que se estaba preguntando desde que se encontraron. Como si fuera completamente normal verlo después de todo ese tiempo y no solo eso. Wei Wuxian había muerto. Eso lo estaba inquietando y su comportamiento era algo dubitativo. Estaba a nada de dar media vuelta y arrancar.
—No me malinterpretes—. Lan Huan lo miró dejando su espada a un costado. —Yo también tengo muchas preguntas y... —observó sus vestimentas blancas, eran las mismas de su didi y se preguntó si eso le estaba haciendo actuar de ese modo con la persona que estaba a pocos metros de él.
—Termine lo que quería decir. Algo que detesto es que las personas queden a mitad de una frase—. el tono de Wei Wuxian fue duro, sabía que estaba siendo despectivo con él. Pero aún no quería se sentía seguro en su presencia. Necesitaba algo a cambio.
—¿Qué sucede con tu núcleo dorado?—. sabía que era una pregunta arriesgada. Pero desde el primer momento en que lo vio pudo sentir algo que no quería decir en voz alta.
No tenía idea como responder a su pregunta. En su vida anterior lo había perdido al dárselo a su hermano, pero ahora extrañamente tenía uno y sabía perfectamente que ese núcleo era de su Zhiji; podía reconocer su energía espiritual y eso lo aterraba, por eso mismo agregó a su lista el que no le entregaría esa información al Líder de la secta Lan.
—Está completamente bien.
Lan Xichen no insistió. Por ahora.
—Siéntese, maestro Wei—. volvió a invitarlo y está vez con una pequeña sonrisa. Una que era genuina y esperaba que él pudiera comprenderlo.
Wei Wuxian seguía dudando, pero sus incógnitas aumentaban y solo por ese motivo se sentó frente suyo. El libro descansaba en una de sus mangas e intentó esconderlo una vez más, pudo ver la mirada curiosa de Lan Xichen al movimiento de sus manos y como esta se detenía en su muñeca izquierda en la cuál descansaba la cinta de regulación Lan.
—Es la cinta de Wangji—. Wei Wuxian puso particular atención al sonido del nombre de su Zhiji. Era como si escucharlo fuera desgarrador y anhelante al mismo tiempo, su transmisión incluso llegó hasta él. Pero fuera de eso también estaba el hecho de que aquello pertenecía a Lan Wangji. Su Lan Zhan.
Por eso se quedó mirando aquel adorno de metal con forma de nubes que descansa al centro de su cinta. Lo supo al momento de verla, lo supo al momento de recodar ese acantilado antes de caer, el como la cinta del amor de su vida cayó al abismo junto a él.
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