Wei Wuxian vuelve a la vida después de dieciséis años. Su aspecto físico sigue siendo el mismo que tenía antes de caer al abismo en la batalla de Ciudad sin Noche.
Se encuentra en un lugar frío en los Recesos de las Nubes. Confundido y desorientado...
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En dos semanas más se cumpliría el primer aniversario de la muerte de Wei Wuxian y Lan Wangji sabe que el tiempo es tan solo un enemigo más que se ha puesto en la fila de su tristeza.
Mira a su hermano y al pequeño Wen Yuan que ahora es un Lan, como también atesora tan filialmente que es un Wei. Se pierde en el paisaje de las túnicas blancas y ve al conejo negro con manchas grises que reposa tan a gusto en su regazo, observa también a Xichen y el suave toque al otro conejito que duerme en la comodidad de sus ropas y la paz que viene del frío presente le hace creer.
Creer que estarán bien sin él.
A pasado estos últimos meses entre la realidad de unos sueños que resultaron ser demasiado para su comprensión y con el miedo de entrar en la locura crea un tótem para no olvidar su realidad y por eso cuándo toma el peso de Chenqing en sus manos sabe que todo a sido parte inefable de sus caminos.
Quién le haya escuchado lo hizo y le ofreció una oportunidad. Pero comprende que todo requiere un precio y aunque no le han dado palabras claras no puede decirle que no a su pago.
Escucha la risa de su hermano por algo que le dijo A-Yuan y el niño se ríe a gusto con él. Se pregunta que tan genuina es su sonrisa cuándo sabe que esa misma ha cambiado a lo largo del tiempo y en especial hace un año, en la que su propio mundo se cayó a pedazos.
Confía en su hermano, a sido su primer amigo y el consejo siempre ha formado parte de su guía en la cultivación y en lo personal. En el pasado atendió a sus solicitudes escasas y nunca le falló hasta ese día en que Wei Ying le dio la espalda a su cultivo y el mundo optó por condenar su preciosa alma.
Ver la desesperación y el dolor detrás de las sonrisas de Lan Xichen fueron el lenguaje que tomó para intentar luchar en la protección de un hombre que había sido llamado por la muerte en esos pasos lentos que avisaron que tan prematuramente se iría.
Lan Wangji leyó el poema en la negociación para poder dejarlo en paz en los Túmulos Funerarios, vio como su líder de secta lo intentó con tanto esfuerzo pero no fue suficiente y el asedio ocurrió incluso cuándo Gusu Lan se negó.
Las lágrimas ocultas de su hermano fueron como un libro que hablaba de un amor no correspondido; sabe lo que ambos comparten y que eso mismo forma parte de esa única verdad de la que nunca se han permitido conversar.
Una verdad que se llamaba Wei Wuxian.
Lan Wangji mira a su hermano y ve la nostalgia de un luto en su sonrisa, ve la forma en que sus ojos tristes miran la forma de las nubes al igual que él, ve el mar entre sus tormentas y comprende que amar es dar el paso a renunciar cuándo el daño se torna mayor.
Porque amar a Wei Wuxian fue fácil, como el respirar, pero también es tan duro como sobrevivir en lo asfixiante de su partida.
Por eso no puede evitar sentirse culpable cuándo la elección de proteger el corazón de ese alguien que amas, mató a su único y verdadero amor.
Un secreto en el aire de un ruego, en el segundo cubierto de un atardecer que no llega a ver el anochecer. En ese universo en el que un solo hombre capturó la maldición se su clan en esas dos almas que le lloran en la oscuridad.
Lan Wangji ve el peso de amar y lee ese mismo en la persona que criará al hijo de su marido y le duele porque quiere quedarse con el niño y reclamarlo como suyo; cuidarlolo y protegerlo en ese camino que se llama vida. Pero sabe que no puede hacerlo, ya que para recuperar a la persona que ama le tendrá que entregar a su hermano a Lan Yuan, cuándo él no esté y se vaya a encontrar la manera de pagar por el alma perdida de su esposo en esa espesa oscuridad. No le importa quedarse colgado de ese sentimiento eterno si eso traerá de vuelta a Wei Wuxian.
Por eso y por tantas otras cosas que involucran al dueño de ese amor, no puede ser completamente honesto con su hermano, no ha sido capaz de decirle de su matrimonio para evitar la letanía de un corazón que cada día estaba más roto. No quiso formar parte de un daño que amarraría tanto la letra de una obligación que tal vez les quitaría a las dos personas que más amaba su libertad de querer, por eso no quiso lastimar a Wei Ying y no quiso dañar a Lan Huan con esas verdad.
—Xichen.
Mira a su hermano, él devuelve el contacto visual y sabe que protegerá esa nueva oportunidad. Le pide perdón en silencio y trata de transmitirlo, porque sus próximos pasos son peligrosos y egoístas.
Entregará esa alegría que tiene las notas perfectas de una canción y al mismo tiempo la cadencia del sonido un instrumento viejo a manos de un dios que lo llamará al sacrificio.
Acude a su tío en una petición para registrar en los archivos el matrimonio que no puede contarle a su hermano. Se arrodilla y ruega por ese requisito que requiere para hacerle volver, mira la cinta roja que reposa en su muñeca izquierda y le cuenta al hombre que lo crió los pasos que tomará.
Noches después hace caer al líder de su secta en un sueño a base de hierbas en su té y se permite ser egoísta en el juicio de sus decisiones cuándo deja a Bichen en el pedestal al lado de Shuoyue. Suelta su espada como lo hizo su esposo y toma a Chenqing en sus manos, dejando en manos de su hermano esa verdad en común que nunca se han detenido a conversar.
Deja su carta y una petición que confía, la cumplirá. Piensa en ella cuándo horas más tarde se lleva a Chenqing a los labios y las notas de WangXian suenan en las paredes frías de una cubierta en blanco cuando abraza su primavera fría.
A la mañana siguiente Lan Wangji no tiene la oportunidad de ver las lágrimas de dolor y de esperanza en los ojos de su hermano cuándo él lee en su nota la única petición de su corazón.
Lan Xichen comprenderá con el paso de los los años el pago de ese ritual, cuándo la luz de su interior sea arrancada a voluntad ese día, en que el final de la página de ese libro le diga como hará feliz al dueño de aquellas últimas palabras.
Cuida y protege a Wei Ying.
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... Ojito que en los primeros capítulos Xichen le dice a Wuxian que Wangji le dejó una nota pero que no puede decirle de su contenido.
He dejado muchos mensajes en rima por aquí y espero que los comprenda. *toma un poquito de té*
