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1.288 Palabras.

La biblioteca no había cambiado estéticamente desde la última vez que estuvo allí, supuso que tras el ataque del clan Wen podrían existir ciertas variaciones importantes en la arquitectura pero el caso no fue así

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La biblioteca no había cambiado estéticamente desde la última vez que estuvo allí, supuso que tras el ataque del clan Wen podrían existir ciertas variaciones importantes en la arquitectura pero el caso no fue así. Era como si todo de remontara casi dos décadas atrás dónde su esposo trazaba en su pergamino algún trabajo en particular mientras él lo observaba solo unos metros más allá con una nula intensión de copiar las reglas cuándo ambos eran rodeados por la juventud.

Llevaba un par de días escondiéndose en la tranquilidad de las páginas, en un rincón de la sección prohibida en dónde Lan Xichen le había dado acceso con la condición de estar bajo su vigilancia o la de su hijo, pero en este caso se encontraba solo en la primera planta, lejos de los otros discípulos por unas cuantas horas y sin la compañía de cierto padre e hijo que permanecían ocupados con todo el asunto de las conferencias y los invitados que irían llegando.

Seguía haciendo frío y más aún al recordar sus años de adolescencia sin guerra y a un Lan Zhan que ya no estaba ahí. Nunca pudo haber imaginado que se encontraría rodeado de libros en un lugar dónde el amor se había ido hace tantos años atrás.

La libertad momentánea de no hacer uso de su máscara fue suficiente para traer melancolía en su búsqueda a la verdad, cuando sintió el peso de esta en incomodidad de su rostro. Lan Xichen le dio la seguridad de otorgarle la privacidad en ese espacio entre medio de la nubes y lo dejó solo para hallar lo que ambos querían encontrar. Le aseguró que nadie podía interrumpirle y que podría estar seguro de eso.

Eso fue el primer fallo porque no se percató de su error, tan solo respondió a su nombre.

—Wei Wuxian.

—¿Mm?

El silencio fue enternecedor cuándo Lan Qiren se presentó frente a su podio. Mirar al hombre que lo estudiaba bajo el autocontrol ejemplificado en su rama familiar. Se sintió como un animal acorrradalado en dónde ni siquiera las burlar podrían ser una buena manera de salir de esto. Se reprendió a si mismo por su descuido, estaba tan atrapado en su investigación nostálgica que no pudo cerrar la boca cuándo tuvo que hacerlo.

Iba a decir algo pero el anciano con un gesto de mano no lo dejó avanzar. —Xichen es un excelente político en el lenguaje verbal, pero falla mucho en el corporal y supe que a pesar de su omisión me estaba mintiendo.— Wei Wuxian solo bajó su mirada para no hacer mayor contacto visual,— Supe que había algo raro en tu presentación y en la forma en como mi sobrino seguía escondiéndote en su casa y eso es algo que solo se ha dado con sus hermanos jurados, Sizhui, yo y... Wangji.

El último nombre sonó quebrado, como si emitirlo en voz alta trajera consigo dolor. Wei Wuxian no comprendía que había pasado realmente entre Lan Zhan y su tío, Lan Xichen tampoco habló mucho de eso y por ende no preguntó al respecto. Pero sabía que al hombre debía dolerle, aunque desconocía si las similitudes podrían compararse con el líder de la secta Lan.

Lan Family Book |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora