Wei Wuxian vuelve a la vida después de dieciséis años. Su aspecto físico sigue siendo el mismo que tenía antes de caer al abismo en la batalla de Ciudad sin Noche.
Se encuentra en un lugar frío en los Recesos de las Nubes. Confundido y desorientado...
Actualización una vez a la semana. 2.007 Palabras.
Este capítulo puede ser algo confuso. Te recomiendo repasar el capítulo 15.
Lan Wangji |
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La muerte de Wei Ying lo llamaba todas las noches y cada día más le costaba huir del recuerdo de que el sentimiento más puro que tuvo jamás podría ser escuchado.
Le duele la espalda, pero eso no es nada comparado a la herida sin sanar que bordea la vida en la que está pendiendo su camino a la sanación. Sabe que nunca lo logrará y el pensamiento no lo ha dejado en paz.
Lan Yuan duerme tranquilo abrazando al lider de su clan, pronto se cumpliría un año desde la muerte del padre de esa pequeña alma que tanto desea proteger; pero la angustia le recuerda que no puede quedarse junto a él.
Su clan lo ha llamado una desgracia, una vergüenza para el mundo del cultivo por las decisiones que tomó. Por eso comprende que el mejor curso de acción es dejar que su nombre no figure en los registros como padre de Lan Yuan, la unica forma de protegerlo es alejarlo de los comentarios maliciosos y las intenciones poco claras; por eso ahora es un Lan pero a manos de Xichen.
Hay dolor en la partida, pero entiende que es necesaria para salvar el alma de su esposo. Los sueños no lo han dejado en paz, hay días en los que no comprende si todo es una visión o es un hecho real. Pero vuelve en sí cuándo recuerda que Chenqing se esconde bajo una de sus mangas.
Ve a su hermano dormir junto a Lan Yuan y sabe que estarán bien. Odia hacerle esto a Xichen, el dejarle caer en un sueño profundo y no decirle la verdad se siente mal, en especial cuándo se trata de Wei Ying. Cree que nunca podrá ver la verdadera herida de Xichen por la muerte de la persona que él también quiso. Jamás le dejará ver esa parte de su corazón y espera que Lan Yuan pueda aliviar esa parte que está marcada por una maldición Lan.
Deja a Bichen en mismo pedestal en dónde reposa Shuoyue y se pregunta por Suibian.
Sale del Hanshi con un adiós que por cada hora que pasa se escapa de sus manos. Se recuerda que todo estará bien, que las heridas de su espalda ya no duelen tanto, que dejar a su hermano y al niño que quería adoptar como suyo lo encontrarán en el calor de un futuro al que espera volver.
Todos dicen que amar es una maldición Lan. No está de acuerdo, porque Wei Ying es la bendición más inefable que pudo conocer.
La energía resentida le abre el paso del mismo modo cuándo fue a los Túmulos funerarios para reunir la fuente que el pago le exige para ir hasta él.
No importa el precio, no importa lo que tenga que perder si su esposo vuelve a tener una nueva oportunidad. Acaricia la cinta roja que adorna su muñeca izquierda y esta le recuerda el motivo por el cuál hará esto.