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2.994 Palabras.

Wei Wuxian se negó a dormir en la habitación contigua de la principal en el Hanshi, prefiero la comodidad que algunos almohadones le podían ofrecer al quedarse cerca la puerta

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Wei Wuxian se negó a dormir en la habitación contigua de la principal en el Hanshi, prefiero la comodidad que algunos almohadones le podían ofrecer al quedarse cerca la puerta. Lan Xichen había dejado de insistir en que usara la recamara al ver tanta determinación terca en sus palabras; tuvo recuerdos agridulces y por eso mismo prefiero alejarse, no sin antes poner talismanes de seguridad en todo su hogar. La advertencia había sido clara para Wei Wuxian y el aceptó a regañadientes su orden.

"Tiene prohibido salir, Joven Maestro Wei y espero que pueda comprender la situación en la que nos encontramos."

Solo una pequeña vela iluminaba el Hanshi, por petición de Wei Wuxian. Desde su caída a los Túmulos funerarios no podía soportar la oscuridad, eso sumado a las pesadillas que le persiguieron tiempo después. Agradeció ese gesto de parte de Lan Xichen, pero no lo suficiente para decirlo en voz alta.

Al sentirte un poco más seguro, pero no convencido por completo al pensar que el Líder de la secta Lan no estuviera durmiendo como decía por miedo a que pudiera escapar. Él sabía que podría hacerlo, era sencillo bajar las barreras que protegían el Hanshi, pero no tenía ningún plan en mente en esos momentos y no era tan sencillo caminar como si nada por los Recesos de las Nubes como alguien que había vuelto de la muerte. Se quedó, por ahora.

Sacó el libro blanco de una de sus mangas, tenía tanto que pensar y tan solo habían pasado pocas horas desde su llegada al mundo que lo convenció de morir. El título del encuadernado brillaba en tonalidades plateadas.

Lan Family Book .

Su mente trataba de procesar toda la información que tenía en esos momentos. Habían pasado dieciséis años desde su muerte, su primer respiro lo dio en la cueva del estanque frío del clan Lan, su aspecto era tan saludable; no como el que lo tenía al borde de la desnutrición después de salvar a los Wen. Su ropa, tan blanca y prístina como la de su Zhiji y más aún su núcleo dorado, uno que vivía dentro de suyo.

Cerró sus ojos para poder comprender el motivo, le costaba mucho aceptar uno. Ya que solo quería saber que había pasado con Lan Wangji, su amigo, su adorado Lan Zhan. Quince años y ni siquiera su hermano sabía el paradero de una de las personas más importantes para él, sino la más importante.

Hablaron de eso hace unas horas antes. Lan Xichen fue cauteloso con las palabras y Wei Wuxian lo notó pero por ahora prefiero no insistir en muchos detalles, si el Líder no se lo decía, él lo descubriría por sí mismo tarde o temprano. Según sus dichos su amigo se fue una noche sin dejar más que una nota. Pidió verla, pero Lan Xichen no se lo permitió.

Algo que había llamado profundamente su atención era la expresión de tristeza reflejada en su rostro y sus palabras. Como si arrastrarlas llevaran consigo una herida abierta en un campo de batallas sin sanar. Volvió su concentración al libro que descansaba en sus manos. Sólo habían dos páginas escritas, el resto de las hojas permanecían en blanco. La primeras líneas estaban deslizadas en al centro de la páginas junto al nombre del autor, la segunda solo decían un par de palabras.

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