Wei Wuxian vuelve a la vida después de dieciséis años. Su aspecto físico sigue siendo el mismo que tenía antes de caer al abismo en la batalla de Ciudad sin Noche.
Se encuentra en un lugar frío en los Recesos de las Nubes. Confundido y desorientado...
Sé que nadie me lo ha preguntado, pero es importante que mire las etiquetas.
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Sangre.
Lan Sizhui pensó que iba a morir esa noche, luchando con una criatura que había acabado con todo a su paso. La cantidad de personas muertas a su alrededor abarcaba a casi todos los residentes de la casa principal de la villa Mo.
Habían llegado junto a Lan Jingyi esa misma mañana, nada fuera de lugar había sucedido. La señora Mo y su hijo, este último particularmente irritable e insolente, falto de todo decoro personal, siendo rápido y grosero con las palabras. Pero fuera de eso, nada fue distinto a la preparación de una cacería hasta llegada la noche. Junto a Lan Jingyi habían organizado la formación de banderas de atracción fantasmal en el Patio Oeste con el fin de no permitir que nadie se les acercara, lo que significaba que querían atraer a los cadáveres ambulantes hasta aquí y capturarlos de una sola vez. Según la información que les entregaron al llegar y la que les habían dado antes de ir.
Pero todo se había salido de control. El espíritu era fuerte, tomando la vida de más de diez personas y cada una de ellas perdiendo el brazo izquierdo. Miró hacia atrás para ver el cuerpo inerte de Lan Jingyi, la sangre se escurría desde su frente hasta su mejilla, la espada yacia aún en su mano pero sin fuerzas. Lan Sizhui se sintió inútil y con el corazón a cuestas. Deseaba, anhelaba y rogaba que aún siguiera con vida. Había mucho que su compañero no sabía, tanto que decir, tantas palabras robadas con el tiempo.
Pero trató de no pensar en eso, aún tenía que luchar y salvar su vida. La señal había sido enviada hace más de una hora y no sabía por cuánto tiempo más podría contener al espíritu en aquella matriz de prisión, ya que se estaba quedando sin fuerzas y no quería recurrir a lo único que podía sacarlo a él y a una de las personas más importantes para él de aquella lamentable situación. Lo protegería con todo lo que tenía, incluso si eso significaba hacer algo poco ortodoxo.
[...]
Wei Wuxian voló lo más rápido que pudo. Lan Xichen era casi un peso muerto en sus brazos, intentó usar su energía espiritual de camino a la Villa Mo para tratar de estabilizarlo pero era una maniobra difícil y riesgosa; siendo que ambos podrían caer de Bichen si la pérdida del equilibrio se daba gracias a ello.
—Tendré que dejarte cerca de la casa principal—. Wei Wuxian no quería discutir al respecto, ni debatir cuál era la mejor opción. —Si quieres que tu hijo reciba ayuda inmediata debo ir solo, aún estás muy débil y no podré protegerte ni a ti ni a él.
Lan Xichen odiaba la condición en la que se encontraba, jamás había terminado en tal estado. Drenado por completo de su energía espiritual por tocar un libro, hizo una nota mental para buscar más respuestas al respecto pero ahora su mayor prioridad era Sizhui y sabía que estaba siendo terco al negarse a dejar que su compañero de viaje fuera solo, por eso intentó considerar con una gran lucha interna el que le dejara a una distancia prudente para canalizar la energía suficiente para ir a prestar su ayuda. Fue inútil, no dejaría a su hijo solo. No era negociable.