Wei Wuxian vuelve a la vida después de dieciséis años. Su aspecto físico sigue siendo el mismo que tenía antes de caer al abismo en la batalla de Ciudad sin Noche.
Se encuentra en un lugar frío en los Recesos de las Nubes. Confundido y desorientado...
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Wei Wuxian se despertó cuándo el cielo aún se tornaba de negro. De costado y con visión al jardín pudo ver el reflejo de la nieve caer en una tormenta que bañaba las montañas de un clan que le daba su estadía.
Quiso dar la vuelta por la falta de calor pérdida en las mantas esparcidas, pero se encontró con algo más que sábanas blancas; el líder de la secta Lan dormía a su lado y no supo en que momento pasó.
Que desconcertante fue vislumbrar un perfil tan familiar y tan lejano. Si Wei Wuxian pudiera sumar otra lucha a sus muchas, sería ver el rostro de Lan Wangji en el reflejo de su hermano.
En el pasado nunca lo afectó porque nunca fue necesario, nunca había anhelado tanto recuperar lo perdido, nunca había deseado tener a Lan Wangji en su vida, nunca lo había valorado tanto.
No sabe por cuanto tiempo se quedó mirando el descanso de alguien en el camino a la desconcentración de a qué los llevó a terminar así.
—¿No puedes dormir?
Wei Wuxian se asustó al escuchar su voz ronca por el sueño, se demoró más de lo debido en responder ante una repentina vergüenza.
—No—. Hizo una pausa, necesitaba salir de sus dudas y como estas los llevaron a los dos a compartir un espacio estrecho. —¿Qué...
—Estabas cansado—. Wei Wuxian lo vio luchar un poco con su silencio antes de continuar y fue algo bastante nuevo. —Yo también lo estaba y ambos terminamos aquí, lamento si eso fue inapropiado, pero...
—Está bien—. Habían sido días duros, el viaje a la Villa Mo fue mucho más de lo que podía esperar y el ritual de Mo XuanYu aún lo tenía desconcertado. Quería averiguar un poco más, ya que tenía dudas de si el chico pudo haber tenido éxito o no.
Dudaba del verdadero paradero de Lan Zhan.
—Creo que fui yo quién te llevó a dormir conmigo, estoy seguro de que debo haber hecho o dicho algo—. Se sentó en la cama y se permitió mirarle, la tarde anterior estuvo tan sumido en sus pensamientos que creyó perder parte de sus recuerdos. —Lamento si fue demasiado.
—No lo fue—. Ante sus palabras Wei Wuxian creyó ver algo más en sus ojos, pero no estaba seguro de que era.
—¿Me dejarás usar tu biblioteca?
Lan Xichen lo miró por unos momentos en silencio antes de asentir. Una parte de él tuvo la impresión de lo que lo estaba leyendo.
—¿Podré ingresar al sección prohibida?
Vio la sutil vacilación antes de darle una respuesta y pensó que era aceptable. Un miembro externo no tendría que tener acceso a algo tan importante y confidencial.
—Lo harás, pero siempre y cuándo este yo o Sizhui presente.
Creyó que obtendría una negativa y se sorprendió al descubrir lo contrari. —Me parece justo—. Su mano derecha fue hasta su muñeca izquierda para acariciar la cinta que descansaba ahí, se le estaba haciendo cotidiano y familiar. Vió mirada de Lan Xichen desviarse a su piel cubierta de lo más sagrado para los de su clan.